I
Nadie podría decir
exactamente cuando fue que aquella Historia dió comienzo, pero
nosotros vamos a empezar a contarla desde la noche en que las
criaturas que vivían en el Bosque Escondido, sintieron un potente
ruido pasar por encima del Bosque, acompañado de unas brillantes
luces de colores.
Los que ya dormían y se
despertaron con el ruido, apenas alcanzaron a ver algo.
-Pero... Que ha sido eso?
Dijo el zorro Mijail.
-Y... luces... luces que
hacen ruido. Respondió Liber el
Carpincho.
-Eso ya me di cuenta... lo
que pregunto es “Que” fueron esos ruidos y luces que acaban de
pasar justo encima de nuestras cabezas.
-Lo dicho: luces que hacen
ruido, respondió Liber bostezando.
-Ay Liber, estoy hablando
en serio, no te da curiosidad saber que fue eso?
-La verdad que no mucho;
tengo sueño. Además dicen que la curiosidad mató al gato.
-No me vengas ahora con
refranes humanos. Aqui ha ocurrido algo... Tal vez eso pueda tener
que ver con nosotros. Yo no me puedo quedar quieto.
Habrá alguien aquí que
me quiera acompañar?
-Yo te acompaño, dijo
Sirio, el viejo sabueso de la Tribu.
-Yo también quiero ir
abuelo. Yo voy! dijo Nario, uno de los dos cachorros nietos de Sirio.
Votán, el ratón, asomó
el hociquito desde atrás de una piedra y agregó:
-Cuenten conmigo... me
encantan los misterios.
-Shshshshshttt, dijo la
Lechuza Relámpago mientras aterrizaba. Era una forma de decir que
ella también se unía a la expedición.
Los demás animales se quedaron en su mayoría en silencio, pero otros se
quedaron hablando. Por que asi ocurría desde tiempos lejanos en el
Bosque Escondido, donde todos sus moradores hablaban el Lenguaje
Universal de los Animales Secretos
No muchos más se
agregaron al grupo que a esas horas salía con rumbo al Valle
Florido.
Algunos, como Liber el
Carpincho, se habían vuelto a dormir enseguida.
Sirio, que era uno de los
habitantes más veteranos del Bosque, comentó que a veces le costaba
creer que algunos de sus compañeros no se sintiesen atraídos por
las cosas diferentes.
Pero así ocurría, como
era este el caso.
La culebra Pelusa indicó
que era mejor así, que fuesen un grupo pequeño, sino la expedición
corría el riesgo de convertirse en un tumulto, más ruidosa aún que
las luces que querían investigar.
-Exacto Pelusa, dijo Votán
el ratón. Más vale pocos y valientes, que muchos y con miedo.
-Bueno, ya tenemos un
valiente, eso seguro, dijo el zorro Mijail en tono cómico.
Todos reían, en tanto se
acercaban al límite del Bosque escondido. El firmamento brillaba
intensamente, a pesar de que no había luna, las estrellas iluminaban
bastante aquella noche.
Atravesaron el angosto
desfiladero, que era la salida habitual del Bosque.
Continuaron por el antiguo
sendero que llevaba hasta el borde de la meseta.
Al llegar al borde, se
podía divisar a la luz de las estrellas, la enorme extension del
valle Florido, y allá al fondo, la Montaña de la Suerte, que tenía
un brillo extraño en aquella noche particular.
Por un momento, todos
quedaron fascinados contemplando aquella hermosa escena de la
Naturaleza.
Fue el cachorro, Nario, el
que habló en medio de aquel silencio:
-Pero, adonde habrán ido
esas luces? La Montaña tiene un raro brillo, pero... no se...
-Es verdad, dijo la
culebra, aqui todo es calma y silencio...
-Entonces que? Dijo Votán,
hemos venido al santo botón!
-Bueno... no sean
pesimistas, dijo el zorro. Miren que preciosas estrellas, y ni hablar
de la montaña: es un poema...
De nuevo, todos quedaron
fascinados con aquel increible paisaje.
Fue Sirio, el sabueso, el
que rompió el silencio esa vez.
-Oigan, miren... esa nube
allá arriba, colgando solita en medio del cielo.
Si, es verdad, dijeron los
demás.
-No estaré yo alucinando,
dijo la Lechuza Relámpago, que hablaba por primera vez en todo el
viaje, pero a mi me parece que esa nube se agranda... se hace más
grande, lo ven?
Quedaron todos con los
ojos como platos, observando aquel fenómeno que al parecer ocurría
a ojos vistas.
Poco a poco, fueron
descendiendo hacia el valle, a ver si descubrían algún indicio de
las luces misteriosas, pero nada se oía o veía por ningún lado. A
excepción claro de aquella nube que sin dudas seguía creciendo y
expandiéndose allá arriba.
El ratón Votán dijo que
se había cansado, que él ya no seguía. Fue entonces que Sirio se
ofreció a llevarlo en su lomo. Invitación que el ratón aceptó
enseguida y trepó de inmediato sobre su amigo
Nario, el cachorro quien
además de ser capaz de asombrosos cálculos, era un gran observador,
fue el primero en notar que aquella nube había empezado a
relampaguear.
-Vaya, dijo la Lechuza en
tono de broma, parece que mis antepasados los relámpagos han querido
venir a saludarnos.
Pero las risitas
provocadas, fueron más bien nerviosas.
La nube se seguía
extendiendo, y el relampagueo parecía colorearse.
-Diría que es buena hora
para volver no? Dijo Pelusa la culebra.
-Si, me parece que si,
dijo Sirio, esto tiene una pinta muy más que rara, y cuando menos,
amenaza lluvia. Mejor volver, si, tiene razón Pelusa.
Todos estaban de acuerdo
en regresar, pero Mijail, el zorro, dijo que iba a intentar llegar a
la montaña de la Suerte.
Los amigos no intentaron
convencerle de lo contrario, solo le desearon mucha suerte y le
advirtieron que tuviese cuidado. En medio del valle Florido se
separaron. Mijail rumbo a la montaña y los demás con rumbo a casa,
al Bosque Escondido, allí donde la Naturaleza y sus criaturas habían
creado algo distinto...
Caminaron sin apresurarse
demasiado, pero cuando comenzaron a subir a la meseta, empezó a
tronar. Y aquellos truenos sonaban extrañamente parecidos a las
luces que ellos habían salido a buscar.
Todos se dieron cuenta de
eso, y lo de los colores cambiantes, ahora evidentes, también ahora
lo notaban, debían ser los mismos que habían alcanzado a ver pasar
por encima de su bosque.
De repente, el aire no
pudo ponerse más pesado, y un fuerte trueno adelantó la lluvia que
ya sentían como empezaba a caer.
Asi que los amigos que
tenían patitas se dispusieron a correr, los que tenían alas a
aletear fuerte y Pelusa a zigzaguear rápido para agarrar velocidad,
pero la subida no era fácil, y menos con lluvia.
Todos avanzaban como
podían, entre aquella cortina de agua, y cuando estaban por llegar a
lo alto de la meseta, fue Nario el que gritó:
-Son ranitas! Están
cayendo ranas!
Más asustados que otra
cosa, los animales se apresuraban a llegar a la planicie, por
momentos resbalando y con gran esfuerzo. Veían a las ranas, las
veían caer a su lado, pero en el suelo no veían otra cosa que agua
y barro, era algo muy muy raro.
Asi que corrieron,
reptaron y volaron hasta llegar al desfiladero, por el que entraron
rapidamente, y cuando se detuvieron, mirándose y chorreando el agua,
ya estaban de nuevo en casa. Pero allí en el Bosque no llovía,
aunque todavía se oían los truenos retumbar.
Pues que con los truenos y
el alboroto, muchos animales se despertaron, otros ya lo estaban, y
se acercaban al grupo de los recién llegados.
-Que ha pasado? Preguntó
la tortuga Baltasar.
-De no creer, repetía
Sirio, de no creer...
-Bueno, pero... que es lo
de no creer Sirio, dínoslo ya por favor, dijo Baltasar.
-Bueno, fue así, dijo
Pelusa, la culebra agitada. Resulta que llegamos al Valle y ahí
nomás salió una nube, una nube rara que empezó a crecer y a
relampaguear luces iguales y ruidos iguales a los ruidos y luces que
pasaron por acá , o sea los ruidos y luces que fuimos a investigar.
Pelusa se quedó sin
aliento, entonces Nario continuó:
-Mijail quizo seguir hasta
la montaña, y nosotros nos volvíamos cuando nos agarró la
lluvia...
-Y una lluvia de ranas!
Gritó Votán, desde el lomo de Sirio todavía.
-Como que de ranas? Dijo
Liber el carpincho.
-De ranas... dijo Votán.
Y moviendo algo, encima del lomo de Sirio continuó: De ranas como
esta, dijo, y levantó una ranita que parecía dormida o desmayada.
Esta vez no quedó animal
en el bosque sin despertarse, la novedad se comunicó a la velocidad
de la luz, y rapidamente, los amigos expedicionarios se vieron
rodeados de todos los demás, que querían conocer aquella historia,
y aquella visitante, pero también querían saber de Mijail, luego de
aquella tormenta, pero eso último no podían responderlo.
Nario el cachorro, se
había acercado a aquella ranita dormida que todos miraban. Sirio,
con mucho cuidado y la ayuda de Votán, la habían dejado en el
suelo. Nario se acercó, y sin más, le dió un lametón a la
ranita; la que, como por artes de magia, se despertó y por su cara
no parecía creer lo que veía...
Los animales también se
sentían sorprendidos ante aquel repentino despertar, y fue Nario
nuevamente el que tomó una decisión, preguntandole a la ranita:
-Y tu como te llamas?
-Pe- pero, tu, tu hablas
el Lenguaje Universal de de...
-De los Animales Secretos,
terminó de decir Nario. Aqui todos lo hablamos... Bueno, a partir de
cierta edad...
-Me... me llamo Ojito,
dijo la Rana. He venido por algo, pero ahora mismo estoy confusa.
Donde estoy?
-Tranquila, dijo Baltasar
la tortuga, estás en el Bosque Escondido. Acá formamos una
hermandad de criaturas que cooperamos unas con otras. De hace ya
mucho tiempo vivimos aqui, de un modo... diferente, pero eso ya lo
irás viendo. Ahora... y Tu Ojito...De donde vienes? Por que según
cuentan has bajado con la lluvia, algo bastante insólito si a eso
sumamos otros fenómenos que hoy hemos presenciado en los alrededores
de nuestro hogar.
-Bueno, dijo Ojito, no me
es fácil ahora explicar nada. Quisiera descansar un poco, saben? Y
mañana si, espero sentirme en mejor forma y asi poder contarles, o
empezar a contarles mis porqués
-Claro, si, tu descansa,
dijo la Lechuza Relámpago. Mañana coincide que es la Luna Nueva,
siempre nos reunimos en el centro del Bosque, en el estanque.
Celebramos la consagración del Agua Cristalina, o el agua de
Estrellitas, como también algunos llaman. Será muy lindo, ya verás,
y conocerás algo más de nosotros.
-Si, eso está bien, dijo
Sirio, pero me tiene preocupado Mijail.
-Mijail como buen zorro es
muy listo, dijo el ratón, no creo que le haya ocurrido nada malo
-Abuelo, por la mañana ya
estarán volviendo mis padres con la medicina para mi hermanito,
Ellos vuelven cruzando el Valle, algo verán, dijo Nario.
-Si, puede ser, esperemos
a mañana a ver entonces.
-Lo mejor ahora es
descansar, dijo Pelusa la culebra, mañana será un día agitado y a
mi los ojos se me cierran.
Y si, los animalitos se
retiraron a descansar. El ratón Votán invitó a Ojito a dormir en
su cuevita en el árbol. A lo cual ella aceptó encantada.
El silencio poco a poco
volvió de nuevo al Bosquecillo Escondido, y pronto todos se habían
dormido, a excepción de Relámpago, que por su naturaleza era
noctámbula, y aunque ya no cazaba, le seguía gustando la trasnoche.
*
* *
A la mañana siguiente, los animales del bosque se pusieron temprano en actividad.
Era el día que celebraban
el Novilunio,motivopor el cual se iban desplazando hacia el interior
del Bosque Escondido.
La fiesta se desarrollaba
alrededor del Lago de Cristal, que era el nombre con que siempre
habían conocido a aquel hermos estanque.
-Buen día, le dijo el
ratón Votán a la rana Ojito, que recién se despertaba. Has dormido
bien?
-Si, esas plumitas son muy
cómodas, la verdad.
-Me alegro, dijo el ratón.
Vamos afuera si querés. Sirio acaba de decirme que el viento le ha
traído el olor de Colafuego y el de Lucero, así que deben de estar
por llegar.
-Y quienes son? Preguntó
Ojito.
-Son los papás de Nario y
de Baster, Colafuego es el Hijo de Sirio.
-Vamos, si, por supuesto,
dijo Ojito, saliendo de la cuevita en el viejo árbol.
El día era esplendoroso,
todos iban y venían muy animados. Saludaban con gran simpatía a la
nueva invitada, y ella respondía de igual forma.
-Mamá! Papá! Se oyó la
voz de Nario gritar. Y salió corriendo a toda pastilla rumbo a las
rocas que eran la entrada y la salida de aquel Bosque.
Ojito iba conociendo a los
animales, y todos mantenían animadas charlas sobre esto y lo otro,
aunque nadie le preguntaba nada directamente, Ojito les agradecía el
gesto, aunque sin decirlo.
Luego la atención se
centró en la llegada de los padres de Nario, a quienes le
preguntaron si habían visto u olfateado el rastro de Mijail al
cruzar el Valle. A lo que ellos contestaron que si, que les había
extrañado bastante sentir el rastro del zorro con rumbo a la
montaña, y que además también habían sentido el rastro de los
demás participantesde la expedición de la noche anterior.
Entonces les contaron todo
lo ocurrido. Y como Ojito había llegado hasta ellos.
-Pero bueno, dijo
Colafuego, en el valle no había rastro alguno de ranas , eso seguro.
-Esas ranas... eran
proyecciones mías, por decirlo de alguna manera, dijo Ojito
enigmáticamente.
-Tu tranquila Ojito, dijo
Colafuego. Sigue descansando, cuando quieras contarnos algo, ya tu
sabrás si es el momento. Ahora vamos a llevarle la medicina a
nuestro pequeño, que es lo primero, luego iré de nuevo a la Montaña
de la Suerte, a ver si doy con Mijail.
Lo único que quisiera
preguntarte, si no lo tomas a mal, es una cosa.
-Pregúntame, dijo Ojito.
-Ese gran trueno, esas
luces, de donde se supone tu bajaste, Podrían representar un peligro
para nosotros?
-Esas luces y esos
truenos, dijo Ojito, han sido una gran excepción. Gracias
seguramente a Mijail, el reflejo de Gaia pudo manifestarse.
-Pero quién es Gaia? Dijo
Sirio
-Gaia es la Madre Tierra
-Y por que dices que se
reflejó gracias a Mijail?
-El hizo que yo ocurriera.
Yo vengo desde una manifestación de Gaia, que era esa especie de
vehículo de luces, lo que quiero decirles es que, Gaia me ha enviado
a ustedes, pero no esperen de mi todas las respuestas, por que no se
demasiado, todos estamos aprendiendo de todos siempre...
-Ojito... dijo Baltasar la
tortuga. Que si vienes de la Naturaleza, acéptanos como tus amigos.
-Por supuesto, dijo la
rana.
-Bueno, dijo Colafuego, me
voy a ver a mi cachorro que su mamá lo debe estar curando, y así
puedo salir cuanto antes rumbo a la montaña. Luego hablamos... Y por
cierto, Ojito: Bienvenida!
Ojito sonrió alegremente.
La tortuga dijo que ya era
hora de alimentarse un poco, y todos se echaron miradas cómplices,
que Ojito no interpretó.
Fue el ratón quien le
dijo:
-Es que... hay cosas de
nosotros que aún no conoces, pero si nos acompañas, te mostraremos
una...
La ranita suspiró
intrigada, y los acompañó rumbo a donde todos iban, al lago
interior del Bosque, ese que llamaban El Lago de Cristal.
Al llegar, la ranita se
sintió maravillada ante la contemplación de aquel Lago y aquel
lugar.
-Es... es hermoso, alcanzó
a decir
-A que si... dijo la
culebra.
El lago tenía la forma de
un óvalo, el brillo y la quietud de sus aguas, daba la impresión de
que esas aguas estuviesen más altas que la propia orilla que las
contenía, parecía una gran piedra, como un lapislazuli de enormes
dimensiones.
Pero quienes le habían
puesto nombre, encontraron la imagen justa, parecía más exactamente
un Lago de Cristal finamente pulido.
-Tiene 64 Sirios en su
parte más larga, dijo Nario de repente, y 32 en su parte más
angosta, exactamente la mitad.
-Que quieres decir con
Sirios? Preguntó Ojito.
-Pues... es mi sistema de
medidas. Utilizo la altura de mi abuelo para medir cosas. No se... se
me ocurrió...
-Vaya, que ingenioso
Nario, no se me hubiera ocurrido.
-Gracias, dijo Nario, pero
mira...
-Que hacen?
-La Comunidad se prepara
para recibir su primer alimento, dijo Hugo el zorzal.
-Ah! dijo Ojito, y observó
nuevamente aquel intercambio de miradas cómplices.
Entonces, cuando todos
estuvieron en el lugar que querían estar, Ojito vió como todos
ellos observaban hacia el mismo punto por encima de los árboles.
Por unos momentos quedó
desconcertada, pero cuando aparecieron los primeros rayos de sol, se
dió cuenta que era aquello lo que estaban esperando.
Todos miraban al sol, y
hacían guiños alternados con un ojo y luego con el otro.
Ojito empezaba a recordar
ahora algunas cosas, y a continuación se puso a hacer lo que todos
estaban haciendo.
Estuvieron en aquello por
algunos minutos humanos. Y cuando el sol ya se había alzado
completamente sobre los árboles, los animales comenzaron a tocarse y
abrazarse por un lapso de tiempo similar al anterior.
-Que?... no pareces tan
sorprendida de nuestra forma de nutrirnos Ojito, dijo Votán.
-Bueno, es que... ocurre
que estoy recordando cosas. Y ocurre que esta es una de esas cosas
que he recordado: el alimento Solar. Y sigo recordando cosas de este
Bosque. Cosas que no sabía que sabía...
-Y como es eso? Preguntó
Baltasar, la tortuga.
-No lo sé. Tiene que ver
con Gaia, tiene que ver con esa nave de la que bajé... he sabido
también que el Agua del Lago es nutritiva.
-Así que ya lo sabes,
dijo Baltasar. Es verdad, le llamamos: el Agua Cristalina. Y es el
alimento complemantario junto con el Sol.
-Vamos a beber? La invitó
Nario
Entonces se dirigieron a
la orilla y bebieron. Lo que no sospechó la ranita es que tuviese un
sabor tan increible.
-Que aquí se recuerde,
dijo Rufo el mapache. Nadie que haya estado en este bosque ha vuelto
a ingerir plantas o frutos, ni mucho menos otros animales.
-Bueno, solo a excepción
cuando salimos del bosque, que alguna fruta o raíz si que comemos,
por que el agua cristalina nos queda lejos, agregó Sirio, y con el
Sol no nos alcanza. Pero lo cierto es que algunos, como en mi caso,
que vinimos del exterior, antes nos alimentábamos como se alimentan
todos allá afuera, ya sabes... Pero este bosque, y sus habitantes,
te ayudan a cambiar tu propia naturaleza, en haras de un bien común.
Somos la prueba viviente de que ese cambio es posible.
-Pues les digo algo, dijo
Ojito, esa Fe en ustedes mismos, es la que nos dará valor en
momentos difíciles.
-A que te refieres con
momentos difíciles? Preguntó Rufo el mapache.
-No... bueno, es decir...
no he querido inquietarlos, pero, bien saben ustedes que allá...
lejos de este sitio hermoso, hay muchos, muchísimos conflictos
relacionados en su mayor parte con los Humanos y su olvido. Y bien
sabemos que lo que hacemos en la Tierra, para bien o para mal, nos
repercute a Todos, temprano o tarde.
-Eso es verdad, dijo Liber
el carpincho, quién recordaba como una vez los humanos habían
estado a punto de quitarle la vida con unos troncos que escupían
fuego y truenos.
-Yo les he dicho que estoy
aquí por algo, dijo Ojito. Gaia está actuando a través de todos
Nosotros. Ella nos asigna el momento y el lugar. Ella es la
Naturaleza y ella tiene sus motivos, esos motivos, como les digo,
tienen que ver con todos Nosotros. Pero para comprender sus cosas, es
necesario tener paciencia y esperar el momento oportuno y el lugar
adecuado. Lo que puedo decirles es que el Lugar es Aquí, ahora lo
que debemos saber es cuando será el tiempo oportuno para hacer lo
que ella nos pida...
Hubo entonces un silencio,
y Sirio dijo:
-Vaya, que nos has dejado
sin palabras, Ojito.
-Me sigo acordando de
otras cosas de las que ya les iré hablando, del mismo modo que
quiero seguir oyendo todo lo que ustedes puedan y quieran contarme.
Todos estamos Aprendiendo
algo en todo momento, si prestamos suficiente Atención.
-Me gusta tu filosofía
chico, dijo Baltasar, pero si tu filosofía no junta leña seca nos
quedamos sin festival!
Una carcajada general puso
a todos en movimiento.
Si, ya no habían dudas.
Ojito había aparecido
entre ellos y había venido a alterar sus rutinas.
A revolucionar, quizás,
sus Vidas, aunque no quedaba del todo claro como ocurriría eso. Y
era inquietante, claro... pero también era excitante.
Estaba por ocurrir algo,
nadie sabía que, pero la intuición derivada de su instinto lo
anticipaba.
Y lo bueno de aquello era
que Ojito les resultaba muy familiar, casi como si allí se hubiese
criado.
Era, desde ya, y así lo
sentían:
Uno más de la Tribu.
*
III
La tarde transcurrió
entre labores y juegos. Y cuando los montones de leña ya parecían
suficientes, la Tortuga dijo:
-Así está bien. Ya con
esto alcanza.
Y en ese momento, un
murmullo generalizado recorrió el bosquecillo.
Se trataba de Colafuego,
quién había regresado, y traía sobre su lomo a Mijail el zorro,
que parecía inconciente.
Por un instante, algunos
temieron que algo malo le hubiese ocurrido, pero Colafuego
tranquilizó a todos diciendo que Mijail no estaba herido, ni tenía
señales de golpes ni de nada parecido.
Contó que se lo había
encontrado en una cueva de la montaña de la Suerte, asi como estaba
ahora: dormido. Que había intentado sin suerte despertarlo. Motivo
por el que con gran esfuerzo tuvo que trasladarlo encima suyo.
En ese momento llegó
Nina, la zorra, y abrazó el cuerpito de su compañero, que ya lo
habían bajado del lomo de Colafuego.
-Tranquila Nina, ya está
con Nosotros, y está bien, dijo el viejo Sirio, calmando a la
zorrita. Solo falta que despierte...
-Lo llevaré a la
madriguera, dijo ella, más tranquila.
El Sentimiento del grupo
era tan fuerte, que sentían que Mijail estaba bien, y que solo había
que esperar el momento oportuno, tal así como Ojito había dicho más
temprano.
Cuando empezó a
anochecer, todos vieron como la Paloma Picasa alzó vuelo desde la
orilla del Lago y en círculos de espiral llegó hasta el mismo
centro del Lago de Cristal, donde se mantenía suspendida. Subiendo y
bajando, subiendo y bajando. En tanto los depositarios del Fuego
empezaban a encender las fogatas en las orillas por todo el perímetro
del lago.
Al ser encendida la última
hoguera, Picasa se zambulló en medio del Lago y durante unos
momentos no volvió a la superficie.
Pero cuando lo hizo, traía
en su pico una pequeña piedrecita de color blanco.
La Paloma llegó a la
orilla con esfuerzo y depositó la piedrita en un pequeño cuenco de
barro.
Ártax, el Puma, se acercó
al cuenco, y luego de observar un momento dijo:
-Es un cuarzo... un cuarzo
lechoso.
Acto seguido, se empezó a
oir una sucesión de sonidos y voces de todos los animales, los que
al principio sonaban desordenados, pero que de apoco se iban
modilando, hasta formar una suerte de Coro, como tal vez nadie jamás
haya escuchado fuera del Bosque.
Y cuando las frecuencias
de las voces y los cantos comenzaron a producir una armonía común,
algo en el Fuego empezó a suceder.
El canto de aquel coro, y
las llamas de las fogatas empezaron también a sincronizarse
misteriosamente.
Es decir, cuando el canto
se aplacaba y bajaba en su intensidad, el fuego parecía replegarse y
disminuir, y cuando el canto se intensificaba, las lenguas de fuego
se estiraban y crecían hacia arriba.
Ojito observaba,
fascinada... y sus recuerdo seguían volviendo... su Hogar... estaba
recordando su Hogar Original; y una lágrima grandota brotó de su
“ojito”.
El coro de las criaturas y
la danza de aquel fuego duraron hasta ya entrada la noche.
Ya por entonces podían
verse infinidad de estrellas llenando la bóveda celeste con su
fulgor.
Poco a poco, el coro fue
silenciándose, y a medida que las voces se acallaban, las hogueras
se iban apagando solas. Hasta que las voces se callaron por completo,
y el fuego de las hogueras desapareció por completo, dejando
solamente un enorme círculo de brazas brillando alrededor del Lago
de Cristal.
La tortuga Baltasar tomó
con su boca el cuarzo lechoso del cuenco y lo arrojó de nuevo al
agua.
Luego de eso, todos
quedaron mirando el Lago de Cristal, y como reflejaba aquella
infinidad de estrellas, y el Silencio era absoluto.
Pasado un breve lapso,
todos pudieron ser testigos de aquella Alquimia Cósmica, que ocurría
una vez más.
Fue asi que empezaron a
ver la extraordinaria transmutación, en la cual, el reflejo de las
estrellas en el Lago se volvía del blanco y el azul, al rojo y al
naranja encendido, tal el color de las brazas.
Del mismo modo, las
ardientes brazas de la orilla que poco antes eran puro fuego de rojos
colores, se volvían del color de las estrellas: blancas y azules.
Luego de eso, las
criaturas del Bosque se iban acercando y tomaban o empujaban un
puñado de aquellas brazas, las que por cierto no quemaban, y las
arrojaban al lago.
Y cuando el último echó
su puñadito y las aguas del lago volvieron a aquietarse; las
estrellas allí reflejadas volvían a lucir su color natural.
Entonces el coro volvió a
empezar, muy de a poquito, y el fuego de las hogueras volvió a
encenderse, también con su propio color y empezó a bailar una vez
más con la intensidad de aquel canto.
Nario se acercó a Ojito,
por que la vió muy emocionada, y le dijo:
-Viste como mantenemos el
agua Cristalina?
-Esto no ha sido solo
hermoso, además me ha resultado muy revelador querido Nario. Me he
acordado de muchas cosas además...
Pero Nario no alcanzó a
escuchar esto último que Ojito le contaba por que el Coro ya sonaba
muy fuerte, y los animales ya habían empezado el balanceo. Lo que
quería decir que había empezado el momento de la Danza.
Las criaturas comenzaron a
bailar alrededor del Lago, en el espacio entre el Agua y las
hogueras.
-Vamos? La invitó Nario.
Y Ojito se unió a la
danza con una sonrisa de alegría.
Como todas las Lunas
Nuevas, aquella noche había sido mágica. Una Magia compartida; que
sin duda es la Magia más disfrutable. Y, como todo lo que se
disfruta, pasó rapidísimo.
Cuando quisieron acordar,
las estrellitas se empezaron a esfumar, lo cual era la señal de un
nuevo amanecer.
La Danza fue también
esfumándose, las criaturas se veían tan felices como cansadas, y
con muchas ganas de dormir.
Nario le contó a Ojito
que esa noche, todos dormían unos junto a otros a orillas del Lago,
tal como siempre había sido la costumbre.
Uno a uno se iban echando
y se iban quedando dormidos.
Ojito, quedó más o menos
entre Nario, Pelusa, Votán y Liber, el cual como siempre fue el
primero en quedar dormido.
Pronto, todos los demás
se habían ido al mundo del sueño, pero Ojito se había quedado
despierta.
Vió salir el sol, y supo
que era la única despierta.
Entonces, en su interior,
supo que tenía que ir a ver el zorro Mijail, al cual Nina había
dejado acostadito en su guarida.
Con máximo cuidado, Ojito
pasó por entre todos aquellos animalitos echados, con rumbo al
dormilón que no se despertaba.
Cuando llegó hasta él,
por supuesto que seguía dormido.
Lo que hizo Ojito, fue
algo que había aprendido de Gaia, y as'de a poco, empezó a tomar
Conciencia, a... tomar Conciencia... a tomar ...Conciencia.
Pestaneaba un poco y
cerraba los ojos.
Pestaneó otras cuantas
veces y cerraba los ojos.
Tomar... Conciencia...
Pestaneó y sintió que se
despertaba.
Le costaba creer lo que
veía. Era una ranita que jamás había visto y que lo miraba fijo a
los ojos.
Empezaba a recordar, las
luces, la expedición, la Montaña, la cueva, la visión de la cara
de su madre... Mijail tenía muchos pensamientos a la vez. Pero
cuando al final habló, lo que dijo fue:
-Ojito!
Entonces, una voz adentro
suyo le habló asi:
-Ahora sabes lo que es
compartir la conciencia, ya que la has experimentado.Cuando estabas
asustado allá en la montaña, tomé el aspecto de tu mamá allá en
las nubes, para calmarte.
Debes saber que soy Gaia,
y puedo tener el don de unir y relacionar a las criaturas. Ojito es
mi mensajera, escúchala, ahora has despertado. Los tiempos cambian,
Mijail, y la Vida debe luchar por la unidad de la Vida.
-No entiendo bien, dijo
Mijail.
-No te preocupes, siguió
diciendo la voz interior, esta ranita que ahora estás viendo tendrá
algunas respuestas, todo se debe dar naturalmente... como siempre ha
sido. Se acerca un tiempo difícil Mijail, y la tribu del Bosque
escondido debe resistir y prevalecer. Ustedes son mi secreta
esperanza. Confío en que sus grandes corazones saldrán victoriosos
si consiguen transmitir ese sentido de Fraternidad y Comunidad que
ustedes tienen.
A Mijail le rodó una
lagrimita, y mirando siempre a la ranita dijo:
-Lo que sea por la tribu,
pero Que debo hacer?
-Buena pregunta, le
escuchó ahora decir a la ranita ahora en el Lenguaje Universal de
los animales secretos.
Asi que ahora que has oído
a la Gran Madre, creo que lo primero que tengo que decirte es:
Gracias! Por que sin tu contacto allá en la montaña, yo no hubiese
podido trasladarme a Tierra.
-De nada Ojito, es un
gusto conocerte, pero sigo sin aclararme. De que se trata todo esto?
-En pocas palabras,
Mijail, de Compartir. Tu pueblo del bosque tiene que compartir su
experiencia de Vida.
-Entonces? Preguntó
Mijail.
-Bien, el plan es este,
muchos de nosotros debemos emprender un viaje. Del mismo modo en que
a veces suelen salir las tríadas a enseñar el Lenguaje a nuevos
animales, el Legado, que le llaman, también hemos de hacer conocer
este modo alternativo de vida que se lleva en el bosque.
-O sea que...
-O sea que los comienzos
del Bosque no fueron una casualidad. Gaia estuvo siempre y el Sol y
las Estrellas. Este bosque es un baluarte vivo de la Paz, la
Fraternidad y el Amor entre todas las criaturas. Ha sido un proyecto
exitoso, pero...
-Pero ha estado escondido,
adivinó Mijail.
-Exacto. Ustedes son la
prueba viva de que bajo nuevas condiciones, las Criaturas pueden
realizarse libremente, y asi todos puedan ser felices hoy en esta
Vida.
-Y cual es el problema
allá Ojito?
-Ahora mismo, Gaia está
en aprietos, y si Gaia está en aprietos...
-Que nosotros también,
terminó Mijail. Continúa contándome Ojito...
Pero en ese momento resonó
un trueno a lo lejos.
-Mijail, se me cierran los
ojos ahora, mañana hablamos vale?
-Pero...continuó Mijail.
Que problemas tiene Gaia.
-Ya habrá tiempo...
-Si, pero...(otro trueno
más cercano interrumpió la frase del zorro, y Ojito aprovechó para
salir saltando hasta ubicarse acostada entre Nario y Votán.
Al zorro le daba vueltas
la cabeza, y aunque había dormido mucho, volvió a dormirse.
Sobre todos ellos, ya
alumbraba el viejo Sol, pero ni los encandilaba ni los quemaba. Razón
por la que los cansados celebrantes seguían plácidamente dormidos.
Otro trueno retumbó en el
Cielo Azul.
Todos tenían algo que
soñar...
*
IV
Cerca del mediodía, las
criaturas se iban despertando y compartiendo los sueños, como
siempre lo hacían, descubrían con sorpresa que todos habían tenido
un sueño en común, o mejor dicho habían soñado con alguien en
común, y este alguien era Mijail, el zorro. Asi que cuando
efectivamente Mijail se despertó como uno más, se levantó y salió
de su madriguera y saludo a todos, todos vinieron a abrazarlo y a
expresar la alegría de que hubiese vuelto el amigo de aquel sueño.
-Zorro viejo! Pensé que
te perdíamos! Exclamó la lachuza Relámpago, ac ercándose y
tocándolo con un ala. Que te pasó?
-Ya les cuento, pero, lo
primero que me gustaría saber, si es posible, es como volví? Como
hice a llegar desde la montaña de la suerte?
-Papá te fue a buscar, y
te trajo en su lomo, respondió Nario.
-En serio?
-Dice papá que pesás lo
que una bolsa de piedras, pero ya ves, pudo traerte...
Mijail buscó con la
mirada, a ver si encontraba a Colafuego. Cuando lo vió le envió
unos gritos de agradecimiento.
-De nadas, gritó a su vez
Colafuego, que a menudo le gustaba agregar una letrita extra a sus
palabras.
-Bueno... voy a contarles,
dijo Mijail, y trepó a una roca por allí, para que todos pudiesen
oírlo.
Luego que nos separamos,
allá en el valle florido, apresuré bastante el paso, por que
tampoco es que me guste mojarme mucho, como ustedes saben dijo Mijail
haciendo una guiñada. Y hubo risas.
Asi que cuando empecé a
trepar a la montaña de la suerte, ya vi que no podía echarme atrás.
Una nube enorme, que mis amigos también habrán visto, y que no
paraba de crecer, y producía un constante relampagueo multicolor.
-Si, agregó Sirio, fue lo
que vimo también.
-Pues bien, continuó
Mijail, yo seguía ascendiendo, pero cuando empecé a sentir la
lluvia, lo que hice fue buscarme un refugio, ya sabiendo que no iba a
poder continuar ni el ascenso ni el rodeo a la montaña.
Entonces encontré una
oquedad en las rocas, y allí fue donde me encontró Colafuego.
Lo que hize fue quedarme
allí, echadito, observando aquella enorme nube de colores. Estaba
asustado, al borde del pánico. Había mucho ruido... entonces, no me
pregunten como ni por que, pero entre aquellas nubes yo empecé a
adivinar la forma de una cara. Una cara que se fue manifestando como
la cara de mi madre.
-En que? Preguntaron
varios al unísono.
-Si, dijo Mijail, vi la
cara de mi madre allá en el cielo. Ella tomó el camino de la Luz
hace varios soles, sin embargo, allí la estuve viendo. Luego de
pronto, comencé a sentir cozquillas en mis patitas, sentía algo en
ellas y de pronto, ese cozquilleo como que se localizó en mi pecho,
y luego sentí como una expansión, y entonces supe lo que era
aquello...
-Y que era? Preguntaron,
cuando Mijail quedó en silencio.
-Aquello era Amor, eso era
lo que Sentía, un Gran Amor. Después de eso... después ya no
recuerdo...
-No te acordás de más
nada? Preguntó Pelusa.
-No, hasta que me desperté
aquí, no recuerdo nada después de eso.
Los animales le contaron
de Ojito, y de como había llegado hasta ellos. Se saludaron, pero no
reconocieron en ese momento el hecho de que ya se conocían, había
que ir con calma, ir de a poco contando las cosas... sin
precipitarse.
-Baster!! Se oyó de
repente gritar a Nario. Miren! Mi hermanito ya está bien.
Efectivamente, Baster se
acercaba a toda la velocidad que le permitían sus patitas,
sacudiendo su cola, y saltó sobre su hermano, babeándolo con
lametones.
-Bueno Baster, bueno, que
alegría, ya estás bien.
Colafuego, que venía
llegando detrás de su hijo pequeño comentó:
-Cuando Baster ya esté
bien del todo, ya irá siendo momento de transmitirle “El Legado”.
-Bien!! gritó Nario. Así
podré enseñarle muchas cosas!
-Nario... dijo Colafuego.
Se me ocurría, si todos están de acuerdo, claro. Mostrarle a Ojito
la cueva de los antepasados.
Todos, por supuesto, se
mostraron de acuerdo.
Nario se acercó donde
estaba Ojito, y le hizo la invitación. Ojito accedió, pero
preguntó:
-Y de que se trata esa
cueva?
-Ya lo verás, dijo Nario.
Allí están las huellas de todos los que nacieron en el bosquecillo
y la de todos los que vinieron de afuera, como mi abuelo, y mi madre
también. Y por cierto papá, donde está mamá?
-Ella descansa ahora, es
que entre el viaje, la recuperación de Baster y el festival ha
quedado molida.
-Hablando de la cueva,
dijo Relámpago, no estamos seguros de que todas las huellas de los
animales que por aqui han vivido estén allí plasmadas. Lo que si es
cierto es que hay un montón de huellas.
-Y muchas formas, agregó
Nario.
-Si, eso también, dijo su
padre, que llevaba al pequeño Baster en el lomo. Son formas
casuales, pero que parecen decir algo... eso no tenemos manera de
saberlo...
-Los acompaño, dijo Lucy
la gatita, acercándose al grupo.
Y así, por un sendero
sinuoso, haciendo crujir la hojarazca, marcharon en dirección a la
cueva.
Mijail, que iba más
atrás, y no dejaba de pensar en lo que había ocurrido. A su lado,
Nina lo acompañaba, pero no le hacía preguntas. Mijail sentía la
Tierra en sus patitas... no podía imaginar que peligros podría
correr Gaia y sus Tribus, pero algo en él reafirmaba a cada momento
su profundo compromiso con Ella.
-Por acá es la entrada,
dijo Nario.
Pero Ojito solo alcanzó a
ver una enorme rama de roble que llegaba hasta el suelo.
Entonces los animales
simplemente se quedaron tocando aquella rama unos momentos, y lo que
ocurrió a continuación, fue que la rama se empezó a elevar sola,
hasta descubrir la antigua entrada a la cueva de los antepasados,
donde de a uno fueron entrando.
Colafuego por delante, iba
encendiendo unas luces con sopliditos. La cueva se fue iluminando y
asi pudieron ver las huellas más antiguas, que eran las que más
cerca de la entrada estaban.
-Vaya, dijo Ojito. Que si,
que la disposición de las huellas asi juntas parecieran decir algo!
-Has visto? Dijo
Colafuego.
El sitio, era una cueva
que comenzaba con bastante altura, y que, a medida que uno seguía
entrando, esta altura se reducía. En aquellas paredes estaban
grabadas las huellas de un sinfin de animales.
Lucy explicó que aquellas
paredes tan sólidas y minerales, se volvían maleables si estas eran
humedecidas con el Agua Cristalina. De esa manera, los animales
podían dejar sus señas como un recuerdo.
-Yo conté unas sietemil
doscientas ochenta huellas de animales diferentes, dijo Nario.
-Vaya, dijo Ojito. No
dejas de sorprenderme.
-Tu también nos tienes
asombrados Ojito, comentó Colafuego. Todo esto de tu aparición, esa
gran especie de nuve volante de la que has bajado. El mensaje de
Gaia... No diré que estamos alarmados, pero intuímos claramente que
nuestras vidas no transcurrirán del mismo modo después de las cosas
que han empezado a ocurrir con tu llegada.
-Ojalá podamos hacer lo
correcto, dijo Ojito.
-Creo que hablo por todos,
dijo Colafuego, si te digo que estamos listos y preparados para hacer
fuerza a favor lde la Naturaleza y de la Vida.
-Son unos seres
especiales, dijo Ojito...
Y siguieron el recorrido
de los ancestros del Bosque. Unos habían dejado grabadas sus
patitas, otros sus alas, otros sus hocicos y otros... otros
francamente no se podía distinguir, pero no importaba.
Lo que importaba es que
habían estado allí. Que el Bosquecillo había sido su Hogar, y
aquel era su Mensaje a través del Tiempo de que si, de que se podía
vivir juntos, y que aquello era bueno.
Siguieron recorriendo
hasta llegar a las marcas más recientes. El primero en mostrar la
suya fue Sirio, y allí estaba el perfil de su morro y su orejita
parada.
Después Colafuego mostró
su cola, que semejaba un cometa.
Mijail se había apoyado
con su frente, y la marca de sus orejas semejaban cuernitos.
-Esta es la mía, dijo
Lucy, y allí estaba su patita marcada.
-Cuando la estrella del
perro se vea en el horizonte, voy a poder poner mi huella, dijo
Nario.
-Y que parte tenés en
mente para dejar tu marca, preguntó Mijail.
-Voy a marcar mis
dientes... hasta ahora nadie lo ha hecho. No se como a nadie se le ha
ocurrido.
-Bueno, dijo Sirio,
algunas serpientes han marcado sus colmillos.
-Los colmillos no son
dientes abuelo, dijo Nario. Y todos rieron de la ocurrencia.
Al final llegaron donde
estaban las huellas. Y Ojito observó que hasta allí llegaban las
luces también.
-Que hay más allá?
Preguntó.
-Bueno... Esto... dijo
Sirio, dejando la frase en supenso.
-A partir de aquí, es lo
que llamamos “El Camino de la Luz”, dijo Lucy.
-El camino de la Luz.
Repitió Ojito.
-Si, dijo Votán. Cuando
llega el momento, simplemente, algo dentro nuestro lo sabe. Entonces
hacemos una gran fiesta, donde reímos y lloramos, y guardamos bien
los recuerdos de ese animal que supo que era el momento de ir por
este camino hacia la Luz.
-Pero... que hay más
adelante? Preguntó Ojito.
-No lo sabemos, dijo
Sirio, esa es parte de la verdad. Pero tenemos confianza en la Luz. Y
creemos que avanzando por este oscuro tunel, alcanzamos a llegar a
ella... a la Luz. Aunque también creemos que la Luz no está
afuera... sino adentro de cada Uno.
Ojito guardó respetuoso
silencio.
A continuación
regresaron, y Colafuego iba apagando las luces con otros sopliditos.
Al salir afuera, volvieron
a tocar la rama enorme de aquel roble y la rama descendió hasta
ocultar la entrada de la cueva.
Lucy y Nario se llevaron a
Baster al lago, a beber del agua Cristalina, y es que estaban con
mucha hambre.
Más atrás quedaron los
mayores: Sirio ,Votán, Colafuego, Mijail, Nina y Ojito.
Entonces, en el camino de
vuelta, Ojito empezó a hablar.
-Antes que nada, dijo,
quiero agradecerles la confianza que han tenido en mi, y la forma en
que me han aceptado. Es un agradecimiento que ya le expresaré a toda
la gran Tribu que forman.
-Claro que si, dijo el
ratón, y cuando estés preparada para seguir contándonos,
adelante...
-Si, si, dijo Ojito.
Aunque no crean que tengo todos los planes y todas las respuestas, yo
soy uno de ustedes, ni más ni menos. Que haya llegado mediando la
Madre Tierra no me pone ni por encima ni por debajo de ustedes.
Solo se que aquí
estamos... que necesitamos restaurar el equilibrio de los
ecosistemas...
-No se lo que es un
ecosistema, dijo Votán.
-Ni yo, dijo Sirio.
-Un ecosistema es un lugar
físico donde los seres vivos conviven, y la Naturaleza les ayuda a
alcanzar un equilibrio para que puedan prosperar sin que el sistema
se colapse.
Lo que ocurre a veces, es
que algunos seres vivos se desconectan, y se pasan de la raya. Y
sobreexplotan a otros seres vivos y al sitio en donde viven. Gaia esá
inquieta... y por eso es que despierta.
-Se trata de los Humanos
no? Preguntó Sirio.
-Si... los Humanos Sirio,
si. Unos cuantos de ellos lo están llevando todo a límites
insostenibles. Han puesto en marcha una máquina que no saben
detener.
Además, y aunque la
mayoría no lo sabe, hay algo que los distrae y confunde para que no
recuerden que son Seres del Universo que tienen que respetar a sus
Hermanos y al Organismo Mayor que los sustenta.
-La Tierra no? Gaia?
Verdad? Dijo Nina.
-Si, Gaia. Por eso estoy
aquí. Por que el Bosque Escondido ha demostrado ser un Ecosistema
Ejemplar para los tiempos por venir.
Anoche, durante la
ceremonia lo recordé. En un pasado lejano yo viví en este Bosque,
dijo Ojito, y todos quedaron sorprendidos.
Lo sabía! dijo Sirio. Las
leyendas hablan de los Hermanos-Guías. Pero quién sabe de cuando no
teníamos la suerte de hablar con uno, de verdad es una suerte
tenerte con nosotros Ojito.
Fue una suerte que Mijail
se hubiese quedado la otra noche en la montaña, y de ese modo haber
podido hacer el contacto por el cual yo pude venir hasta aquí.
Es que era la Montaña de
la Suerte, dijo Mijail bromeando.
No solo suerte... también
la necesidad de saber fue lo que te llevo hasta allí. Y todos
hicieron muy bien la parte que les correspondía.
-Quisiera preguntarte
algo, dijo Colafuego
-Claro, anda.
-Cuando dijiste que algo
estaba confundiendo a los humanos. A que te estabas refiriendo?
-Bueno, hay partes que son
algo más difíciles de comprender, son un poco extrañas...
-Cuéntanos, dijo Sirio
-Seré más o menos breve,
pero en líneas generales lo ocurrido fue que los Humanos fueron
(llamémosle: polinizados) por fuerzas cósmicas, cuando eran
simplemente unos monos naturales.
Y ese súbito acceso a la
Inteligencia los impulsó mucho. El lenguaje...la escritura...Ese
impulso los llevó con el tiempo a creerse que eran especiales, y que
de hecho eran los dueños del planeta. Usando a la Tierra y a sus
hermanos de formas que no honraban aquel hermoso regalo de la
Conciencia.Llegaron a creerse que su especie era la superior, solo
por que sus mentes ven y conocen cosas que el resto de los seres no,
Y ese ha sido su gran error, por que todo lo que viene a la
existencia y a la Vida, es una parte de esa Mente Universal de la que
Todo forma parte.
-Han olvidado el respeto
por el equilibrio, dijo Votán
-A eso iba, querido Votán.
Por que no es solo que lo hayan olvidado, sino que también es que le
han ayudado a olvidarlo.
-Pero quienes? Dijo Nina.
Quienes le han hecho olvidar el equilibrio a los Humanos?
-Hay muchos seres en la
mente universal, algunos entran y salen de esta realidad , como es mi
caso, y el de esa “Nave de nubes multicolores” como le han
llamado.Algunos de estos seres (entre los que me incluyo) crecemos en
la Ayuda a los demás seres. Que es el secreto de la Evolución y del
Amor. Pero, hay otros que no crecen, sino que acumulan... tanto cosas
materiales, como conocimientos. Y solo brindan una Ayuda a si mismos,
a ellos mismos. Su anhelo es poder controlar a los otros, a quienes
de una u otra forma utilizan.
La mayor parte de la
Humanidad ha sido engañada para creer en el “Servicio a si
mismos”. Aunque hoy, cada vez más de ellos logran salir de esos
esquemas mentales, y empiezan a darse cuenta y a crecer en el
Servicio y la Ayuda a los Demás. Y ese proceso de cambio tiene que
acelerarse... pero ya.
-Y como? Preguntó
Colafuego.
-Movilizándonos, dijo
Ojito.
-Y de que manera?
-Mijail ya lo sabe...
Debemos salir del Bosque. Transmitir El Legado todo lo más que se
pueda. Es el momento de que compartamos esta Nueva forma de Vida que
nos ha sido dada para el beneficio de todas las Criaturas.
-O sea, dijo Sirio, que es
la hora de que el Bosque Escondido deje de estar escondido?
-Si, eso es de lo que se
trata...
-Cuenta con Nosotros, dijo
Sirio
-Para lo que sea, agregó
Colafuego.
-Ya sabía que podía
contar con ustedes, dijo Ojito. Ahora vayamos hasta el lago, si
quieren, pero es que a mi me ha dado hambre.
Todos rieron, con cierto
desahogo, y se fueron acercando hasta las aguas cristalinas.
En sus alrededores,
multitudes de animales jóvenes jugaban a toda clase de juegos, y
multitud de animales adultos también jugaban a toda clase de juegos.
Ojito fue y bebió del
agua cristalina, y a continuación se puso a observar los Juegos,
para aprender de que iban, y al rato nomás, ya estaba a las risas
dando saltos y jugando como uno más. Por que era, de todos ellos...
Uno más... Y eso era Bueno...
*
V
Amanecía una vez más en
el Bosque Escondido. Los animales esperaban a la vieja y buena
Estrella llamada Sol, para alimentarse debidamente.
Luecero, la mamá de Nario
y de Baster, hablaba con Colafuego. Ella creía que Baster ya estaba
preparado como para recibir “el Legado”, que, como dijimos, es la
manera en que ellos llaman a la transmisión del lenguaje Universal a
las demás criaturas.
Colafuego estaba de
acuerdo con Lucero sobre este punto, entonces...
-Baster! Llamó Lucero a
su cachorro. Y cuando este llegó, le dijo:
-Hijo mío, el día es
hoy. Hoy te toca recibir “el Legado”... Cuando lo hayas recibido
tendrás una responsabilidad, aunque aún seas pequeño. El Lenguaje
Universal nos conecta a todos, pero debe ser siempre bien utilizado.
Jamás debe ser usado para herir o atacar a nadie.
Confiamos plenamente en
ti, por que hemos confiado en Nosotros.
Tal vez no entiendas todo
esto que ahora te digo, pero luego que recibas el lenguaje, te lo
explicaré mejor .
Dime si tu estás de
acuerdo en hacer esto? Preguntó Lucero.
Baster respondió con un
ladrido de alegría y afirmación.
-Muy bien, dijo su mamá,
vamos por ello..
La transmisión del Legado
no tenía ceremonias ni más rituales que el alineamiento de tres
animales ya iniciados frente al candidato, Uno de ellos debía mirar
y tocar la Tierra. El segundo debía mirar al candidato a los ojos. Y
el tercero, con los ojos cerrados, sentirlo en el corazón.
Eso era todo.
No más de cinco minutos
de tiempo humano eran suficientes, por que la transmisión del Legado
no era un aprendizaje, sino una reconexión con la Mente Superior de
su propia Naturaleza. Era un despertar a un mundo nuevo.
Ojito observaba bien
aquello, y seguía recordando.
Recordaba ahora el momento
en que ella había recibido el Legado, y de verdad que era un
despertar a un mundo nuevo.
Cuando la naturaleza
peligra, la evolución encuentra atajos, y algunas cosas se aceleran.
Ojito sentía dentro de
ella, la urgencia de Gaia y su calma. La urgencia de Gaia... y su
calma.
-Bienvenido al sendero del
Conocer, querido Baster, dijo su mamá.
-Mamá! Dijo el pequeño
Baster, Papá! Na!-rio!
-Bienvenido Baster,
dijeron todos entre gritos de júbilo y diferentes sonidos propios de
cada animal.
-Bien Baster, estoy muy
feliz, dijo Lucero. Y como te decía antes, ahora que has recibido el
Legado, tienes una gran responsabilidad.
El lenguaje universal nos
conecta a todos, pero siempre y en todo caso, debe ser bien
utilizado.
Nunca debe ser usado para
herir o atacar a nadie. Confiamos plenamente en ti, por que hemos
confiado en nosotros.
-Lo comprendo Mamá, dijo
Baster. Y prometo ser fiel a esa confianza
Otra vez se repitieron
gritos de júbilo.
-Que maravilla! Dijo
Nario. Mi hermanito ya habla solo!
Luego de la iniciación de
Baster, Mijail llamó a Ojito para hablar.
-Lo que quisiera saber,
empezó Mijail, es si es el momento de saber algo más sobre ese
viaje del que hablamos.
-Es el momento, si,
siempre es el momento de saber. Los animales lo presienten, muchos ya
casi saben las cosas que les he contado a unos pocos. Por que es un
hecho el que compartimos muchas más cosas de las que nos imaginamos.
-Bien, pero que hay del
viaje Ojito? Será como las peregrinaciones habituales?
-Estoy al tanto de esas
peregrinaciones que suelen llamar: “tres son una nube” por la
cual salen tres criaturas del bosque y rescatan animales abandonados
o perdidos, y también encuentran pareja quienes buscan, para traer
nuevos animales al bosque.
Pero... el viaje que yo
les propongo, es, de hecho, más riesgozo. Por que ahora, el Legado,
debe intentar trasmitirse a los Humanos, sobre todo a sus cachorros.
-Cachorros Humanos!
Exclamó Mijail.
-Si querido Mijail, los
Niños, solo a través de ellos podremos detener el bucle de errores
en que se han metido sus mayores.
-Pero... Y como lo
haremos?
-Tres son una Nube es la
herramienta. El instrumento ideal
-Pero tardaríamos mucho,
no te parece?
-Mijail, dijo Ojito, de
momento no hay otra manera. Pero piensa esto: cada criatura que
iniciemos, podrá unirse a otras dos criaturas que también hayan
sido iniciadas y asi ellas podrán transmitir el mensaje a su vez a
otras.
-Sigo creyendo que
demoraremos mucho, dijo MIjail.
Mira amigo, yo no se lo
que va a pasar, y Gaia, aunque a veces imagina con mucha claridad
tampoco sabe el futuro. Por que el futuro no es uno solo... Lo que si
sabemos es que estamos ante un desafio muy desigual, pero que también
tenemos la libertad para hacernos a un lado y no intentarlo.
-No quería decir eso,
dijo Mijail, es solo que/
-Mijail, lo interrumpió
Ojito. Es posible que no lo consigamos... es posible. Pero lo que si
es seguro es que no lo conseguiremos si no lo intentamos.
-Tienes razón, dijo
Mijail.
-Bien... hoy habrá
asamblea. Hoy todos los animales sabrán por que estoy acá. Imagino
que muchos se sentirán incómodos, o tristes, o inseguros, por todos
los cambios que le planteo a la comunidad.
-Lo sabrán entender,
afirmó Mijail. No te preocupes, Ojito.
Por esos momentos apareció
Nina, la compañera de Mijail.
-Hola! Donde andaban?
Tendrían que ver a ese cachorro, no se le escapa una. Es la primera
vez que veo a un iniciado cachorro hablar casi como un adulto.
-En serio? Preguntó
Mijail
-Claro, no se en que va,
pero antes demorábamos más en dominar el Lenguaje Universal. Los
nuevos vienen que son luces...
Los tres rieron.
-Es por los ciclos, dijo
Ojito... Algunos le llaman evolución, pero son ciclos...
Los zorros se lo quedaron
mirando y Mijail preguntó:
-Que quieres decir con
eso?
Ojito los miró a su vez y
dijo:
-A veces, la Vida, para
adaptarse a cosas nuevas, tiene que encontrar soluciones. Los viejos
caminos a veces ya no sirven y hay que encontrar atajos por ejemplo,
nuevos caminos para salir adelante, para pasar de un ciclo al
siguiente. Cuando esos cambios ocurren muy de prisa le llaman la
evolución, pero son la facilidad que dan los ciclos, para pasar de
un ciclo al otro...
-Oye Ojito, Y como es que
sabes todo eso? Preguntó Nina
La ranita sonriendo
contestó:
He vivido en los Jardines
de Gaia, allí uno simplemente aprende las cosas estando en Calma.
-Es algo así como “el
Legado”? Preguntó Nina
-Si, es algo así, en los
Jardines hay mucho conocimiento, son como árboles frutales, uno solo
va y elige el que quiere probar. Ella no obliga a nadie a comer nada.
Uno es libre de tomar el que mejor le parezca. O el que uno crea
estar preparado para probar.
-Me encantaría visitar
esos Jardines, dijo Nina.
-Si realmente lo quieres,
podrás conocerlos, dijo Ojito. De hecho, todos en este Bosque están
preparados para conocerlos.
-En serio? Dijo Mijail.
-Si, claro, dijo Ojito.
Solo que debe ser en el lugar y momento adecuados, ya me entiendes
no?
-Vaya vaya, dijo Nina...
-Nina, dijo Ojito. Esta
tarde hablaré en la asamblea. Voy a explicarle a la comunidad el por
que de mi presencia en este Bosque.
-Si, dijo Nina. Ya intuía
que no estabas aquí por pura casualidad.
-Mijail... puedes contarle
a Nina de lo que venimos hablando. En la asamblea contaré y
responderé lo que quieran preguntar.
-Que asi sea, dijo Mijail.
Hasta entonces, Ojito.
Mijail y Nina rumbearon
hacia la alameda, allí donde más tarde se reunirían de nuevo todos
los animales del bosque.
Ojito se fue a los
saltitos hacia un lugar donde todavía no había estado, pero al que
tenía muchas ganas de ir, para poder retozar un poco en el agua.
Le decían el Balneario, y
se trataba de otro generoso estanque que se perdía entre las grutas
del lado del roquedal por donde se entraba al bosque: el desfiladero
*
* *
VI
La Alameda era una de las
dos cosas de Bosque Escondido que evidenciaban la influencia de los
animales en su creación. Aunque nadie sabía o recordaba quien podía
haber plantado aquellos Alamos.
En si, se trataba de unos
cien alamos, aproximadamente unos cincuenta por cada lado, formando
dos líneas paralelas.
La otra cosa que parecía
artificial en cierta medida se encontraba al final de aquel camino de
arboles. Se trataba de una roca que había sido tallada con una forma
de rampa escalonada, de manera que no hubiese animal que no pudiese
subir por ella.
Era en aquel lugar donde
realizaban las Asambleas. Todos los animales se reunían dentro de
aquellas hileras de alamos que semejaban altísimas columnas.
Los oradores subían a
aquella roca para hablarle a sus pares. Por lo general trataban temas
más bien domésticos, pero hoy sabían que el tema se salía de lo
común.
Hoy sería un visitante el
que les hablaría desde la alta roca.
Los animales iban
llegando, y en animados corros compartían sus sensaciones, respecto
de eso que vibraba en el Bosque, pero que todavía nadie tenía muy
en claro.
Fue el Perro Planeta quién
le gritó al zorzal:
-Hugo! Eh! Hugo! Cantános
una mientras tanto!
El pájaro dió unas
aleteadas. Y al ver que todos lo alentaban, voló hasta lo alto de la
roca Labrada.
Hugo el zorzal, no solo
era un pájaro que cantaba maravillosamente. Es que además de tener
oído absoluto, era capaz de memorizar los sonidos y la música y
después reproducirlos con su canto.
Hugo solía escoltar a las
expediciones estas que llamaban “Tres son una Nube”, como vigía.
El no era transmisor del Legado, era el que cuidaba a sus amigos
desde el aire, Pero, además, en esas salidas, solía llegar donde
los humanos, por que allí podía oir sus melodías, que lo
fascinaban desde siempre.
Conocía docenas de
melodías humanas, que solía pescar del sonido de las radios que por
lo general salía por las ventanas de las casas.
-La de “Claro de Luna”!
Gritó el zorro Mijail
-La de “mi ventana
brilla el sol”! Gritó Nario.
-”Sueño de Amor”!
Pidió Lucy.
Total que Hugo afinó un
poco y ya le salían solas las canciones.
Interpretó “Hey Jude”,
el vals “Corazón de Oro” y por último improvisó algo un poco
experimental, pero que a todos agradó mucho,
Luego de esto, Sirio,
quién por ser el de mayor edad comparativa guiaba aquellas
reuniones, se subió a lo alto de la Roca labrada, agradeció a Hugo
por su canto y se dirigió asi al consejo de animales del Bosque
escondido:
-Queridos Hermanos... creo
que todos sabemos lo que hoy nos reúne.
Hoy con Nosotros está
esta visitante, que ha venido hasta aquí, para traernos un mensaje.
Ella sabe bastante de lo
que ha venido ocurriendo allá en el ancho mundo.
Hay problemas allá
afuera, dijo Sirio. Y un murmullo salió de aquella multitud, por que
claro, solo muy pocos estaban al tanto de lo que Ojito ya venía
contando a algunos de ellos.
-Calma! Calma amigos! Dijo
Sirio. Varios de Nosotros ya hemos estado hablando algunas cosas con
ella. Y les puedo asegurar que lo que tiene para decirnos, nos
incumbe por completo.
No voy a negar que las
revelaciones de nuestra amiga me han inquietado, por que lo han
hecho. Es normal, y tal vez a muchos les ocurrirá algo parecido.
Lo que puedo yo adelantar
es que si. Se avecinan grandes cambios. Cambios que muy seguramente
afecten a nuestro bienestar, a nuestro confort y seguridad aqui en
este Bosque. (Y otra vez los murmullos de la multitud taparon la voz
de Sirio)
-Calma Hermanos! Calma!
Decía Sirio. Hasta que se calmaron.
-Pero entonces, dijo Rufo
el Mapache, entonces estamos en peligro?
-Yo no he dicho eso, dijo
Sirio. Digo que hemos de ver las cosas desde otros puntos de vista.
Nadie puede negar que aqui, en el bosque, estamos un poco aislados de
lo que ocurre en el resto de este mundo.
-Y que quieres decir con
eso Sirio? Preguntó Artax el Puma.
-Quiero decir que lo mejor
que podríamos hacer es prestar atención a lo que nos van a decir.
Nos incumbe a todos. Y ninguna inquietud o temor habremos de sentir
si nuestro espíritu se mantiene Unido, como siempre ha sido en
Bosque Escondido.
Ahora, si ustedes me
permiten, le cedo la palabra a nuestra nueva amiga Ojito. Les ruego
no la interrumpan, su voz es pequeña, y todos tenemos que oir lo que
nos dice.
Y antes que nada, quisiera
darle la bienvenida a nombre de todos los animales del Bosque,
querida Ojito... Adelante...
Y la ranita subió hasta
donde estaba Sirio. Abajo, las criaturas daban voces de ánimo.
Ojito se quedó allí
sentada en sus cuartos traseros, mirando a la multitud.
Cuando los ánimos se
calmaron, y hubo silencio.
Ojito habló... Bien
oiréis lo que dirá...
-Queridos Hermanos! Hijos
todos de la Tierra y del Sol! Es en este día que quiero darles las
gracias a todos y a cada uno de ustedes por permitirme estar acá,
hablándoles.
Tenía más o menos
pensado lo que les iba a decir, pero creo que la gran mayoría ya
sabe que no he aparecido en este Bosque por una extraña casualidad,
dada por una lluvia de ranas, desde una nube de colores, hasta llegar
al lomo de Sirio y entrar con él y Votán a este Bosque maravilloso.
Eso es una parte de lo ocurrido.
La Tierra, por asi
decirlo, la Inteligencia que la anima, a quien yo llamo Gaia, me ha
ayudado a llegar hasta ustedes. Pero para que eso ocurriese hizo
falta un contacto. El contacto fue Mijail, quién abrió su corazón
cuando la nube lo señaló, y de ese modo Ojito pudo llegar hasta
aquí, todo ha salido bien hasta ahora. Hemos llegado hasta ustedes.
Ahora es el momento de el mensaje... (Y hubo murmullos)
-Si, continuó Ojito. La
Vida ha depositado un secreto en los corazones de todas sus
criaturas. Esa chispa invisible tiene la potencia de mil soles. Pero
no es una potencia que destruye, por que su esencia es el Amor, y el
amor lo que hace es construir... allí donde el poder destruye.
Como ya le conté a
algunos hermanos, hoy al Tierra está bajo la amenaza de un
desequilibrio constante. (Murmullos) Estos Hermanos me ayudarán a ir
contando todo esto. De otro modo se me haría muy difícil contarle
todos los detalles a cada uno de ustedes, aunque a través de esta
asamblea, espero aclararles todo lo posible el panorama y explicarles
el mensaje del que soy depositaria.
-Se trata de los Humanos?
Preguntó artax el Puma.
-Si, en gran parte si.
Pero también existe algo que yo llamo el factor lunático.
-Que!? Que? Que? Se
preguntaban todos.
-No es fácil de explicar,
pero tiene que ver con inteligencias invisibles que influencian la
mente de los seres humanos, y que han conseguido apartarlos del mundo
natural.
(Otra vez los murmullos
acallaban la voz de Ojito, y tanto así que sirio tuvo que dar un
buen ahullido para que la concurrencia hiciese silencio)
-El motivo por el cual
lesestoy hablando es por que los seres que se ayudan a si mismos
están doblegando a los seres que ayudan a los demás.
El factor lunático opera
sobre todo en el mundo de los humanos adultos, es allí donde más
éxito tiene.
Por que han organizado el
mundo de tal forma que los Niños, a medida que crecen, se vayan
desencantando y renegando de la magia que la Inocencia y el Amor
revelan.
Debemos llegar a esos
humanos adultos, más que nada a través de sus cachorros. Ellos son
siempre la gran esperanza en todas las especies.
La influencia lunática no
consigue penetrar la conciencia infantil, pero siempre consiguen ir
socavándola a medida que estos crecen: los propios padres y sus
creencias, luego los maestros que aplican los planes que alguien
planificó sobre como deben llegar a ser esos niños, pero, debo
decir que no siempreesto es así , por que Hoy hay cada vez más
adultos que han conseguido eludir esta influencia.
Lo que yo hoy les
propongo, es que el Bosque envíe todas las Tríadas posibles para
transmitir “El Legado”. “tres son una Nube” debe convertirse
en una herramienta de cambio en este mundo.
La Comunicación entre
especies no solo es posible, como ustedes pueden probarlo, sino que
hoy, ahora, es una apremiante necesidad...
Desde la rama de un álamo,
la lechuza Relámpago dijo:
-Pero nunca se ha
transmitido el Legado a un ser humano!
-No, pero, aunque les
cueste creerlo, hay humanos que conocen y hablan el Lenguaje
Universal. Lo que tal vez no saben es como transmitirlo, eso es lo
que ustedes deben enseñar... Como ya les he dicho, nuestra esperanza
son los Niños, pero también hay cada vez más adultos abiertos a lo
Maravilloso.
Gaia esperó que los
Humanos se reconectasen a ella, pero esta reconexión va muy lenta, y
la conexión Lunática se hace más fuerte. Por ese motivo es que ha
decidido intervenir... por medio de Nosotros...
Fue Relámpago, quién
habló de nuevo:
-Lo que tu nos pides es
que salgamos al mundo y transmitamos “el Legado”, pero, No es
solo eso no?
-No... además de
enseñarles a las demás criaturas el Lenguaje Universal de los
Animales Secretos, deben contar sobre el Bosque Encantado (Una nueva
agitación recorrió a la concurrencia, muchos se negaban)
-Déjenla explicarles!
Gritaba Sirio, pero como no lo escuchaban, tuvo que ahullar
nuevamente.
-Hay cosas, dijo Ojito.
Cosas que ya les he explicado a algunos hermanos, y a la que recién
he hecho mención.
Se trata del Servicio a
los Demás... en contraposición a el servicio a si mismos.
Ustedes han crecido en la
Solidaridad y la Empatía hacia todas las criaturas. Lo que no
debemos olvidar en primer lugar es que los Humanos tambi{en sin
Animales.
-Si, dijo la paloma
Picasa, pero descubrir el Bosque Secreto será un desastre. Ellos
vendrán y nos lo quitaran todo, es lo que siempre hacen...
-No es tanto la idea el
que vengan, dijo Ojito. Lo que quiero decir cuando digo que otros
deben conocer el Bosque Secreto es que quienes salgan, ayuden a crear
otros enclaves como el de ustedes, fundar más comunidades como esta.
Que compartan vuestro mundo, para que las criaturas que viven y
crecen en la insatisfacción de esas cruentas ciudades sepan que si,
que otro mundo es ya posible y necesario.
La transición alimentaria
será algo en lo que en principio no van a creer. Ellos mismos
deberán hacer la prueba y comprobar el poder del agua Cristalina, y
volver con muestras para reproducirla y demostrarle a otras gentes
que esto es real. Que los hermanos Animales de este planeta ya no
serán sacrificados para sostener la Vida de otros animales!
(Aqui los animales no
pararon de demostrar su entusiasmo por un buen rato)
Sirio y Ojito se miraban
sonrientes. Ahora la muchedumbre aclamaba la Idea, habían entendido
perfectamente lo que Ojito había venido a decirles y aceptaban de
todo corazón el desafío de liberar a los Hermanos Animales,
incluyendo a los Humanos.
-Por último!... por
último quisiera contarles algo que me acaba de ocurrir, momentos
antes de venir a la Asamblea.
Resulta que, me encontraba
yo en el balneario, dándome un buen chapuzón por cierto, así muy
boca arriba, pataleando suave, mirando al cielo, cuando empezó a
hacerse visible un círculo en el cielo.
Supe de inmediato que
aquello era obra de Gaia. Y en aquel círculo en el cielo, pude ver
la cara de un Niño. Un cachorro humano que dormía.
Fue entonces que sonó una
campana y el Niño abrió los ojos, y comenzó a observarme desde
allá arriba.
Yo me quedé muy quietita,
y él me miraba. De a poco se fue acercando hasta que su cara estuvo
a no más de dos Sirios que la mía. (En algún lugar Nario sonreía
de que Ojito usase su sistema de medidas)
-Aquel Niño me miraba
como si estuviese ahí mismo, sobre el estanque. No sabía que
decirle, y a lo único que atiné fue a hacerle una guiñada.
Y el Niño pronunció mi
nombre en el mismo momento en el que yo pronunciaba el suyo.
-Y que ocurrió luego?
Preguntó Sirio.
-El Niño se esfumó, y
también el círculo de Gaia. Pero, cuando estaba saliendo del agua,
volví a escuchar la campanada, y sentí a ese Niño en mi Corazón.
En cuanto a mi, quisiera
decirles que fue una señal, Una muy buena señal que da comienzo a
nuestro Intento. A nuestro supremo intento de contacto y reconexión
de todas las criaturas vivas, dijo Ojito.
(Y nuevamente Ojito fue
aclamada por aquel hermoso grupo de criaturas que acababan de abrazar
la causa del Servicio a los Demás por sobre todas las cosas.
No hubo en aquella
asamblea ni una sola voz discordante.
Y sin dudas eso era
Bueno... Era muy Bueno...
*
* *
VII
Tres atardeceres después
de la Asamblea, las primera Tríadas se preparaban para partir.
En principio saldrían
tres tríadas. Lo harían al amanecer del día siguiente
La que partiría rumbo al
Oeste, la conformaban Mijail, Nina y Votán, su pájaro vigía sería
Hugo el zorzal.
La que tomaría rumbo al
Este, la conformaban Rufo el Mapache, Líber el Carpincho y Artax el
Puma, su ṕájaro vigía sería Picasa, la paloma.
Y la de rumbo al Sur era
conformada por Colafuego, Pelusa la culebra y Ojito. Su pájaro vigía
sería la Lechuza Relámpago.
Esa última noche hicieron
una hoguera de despedida. Ya entonces, todos tenían en claro el
plan.
La Idea, de ser posible,
era evitar las ciudades. Buscar casitas más o menos aisladas,
observar bien, hasta dar con los posibles candidatos. Todos sabían
que los primeros intentos serían los más difíciles, pero alli
estaban, dispuestos a sacrificarlo todo para conseguirlo.
Esa misma noche, antes de
la partida, bajo la luz de la hoguera, a Ojito le asaltaron dudas.
Por que si bien por un lado estaba segura de que las cosas tenían
que ser así, pensaba en aquellos animales que debían sacrificar su
paz y su felicidad por algo que por momentos parecía un imposible,
Pero entonces tocaba la
tierra. Y esa fugaces dudas desaparecían.
Su conocimiento y
sabiduría le daban mucha fuerza y energía. Pero ella casi había
olvidado todo lo que cansa vivir en la Tierra.
Y se fue a dormir antes
que todos. Incluso antes que Líber, el carpincho dormilón.
Aquella última noche en
el Bosque, Ojito volvió a ver al Niño de su visión en el
Balneario, esta vez en sueños.
Soñaba que lo veía
dibujar. Dibujaba sin detenerse. Y en el sueño el niño se volvía
de repente diminuto y mientras seguía dibujando su tamaño crecía
hasta agigantarse. El sueño terminó cuando el Niño ya no era
visible, por que se había vuelto parte de sus propios dibujos, y una
voz preguntaba: “Como lo haremos?” y se repetía una y otra vez:
“Como lo haremos?”
Ojito inquieta se despertó
a la madrugada, repitiendo el nombre que ella sabía era el del Niño.
Y preguntándose donde estaría.
Algo perpleja todavía, se
dirigió de nuevo hacia el sitio de la hoguera, donde muchos animales
dormían aún acurrucados unos con otros, se hizo un sitio y allí
acurrucadita también le volvió el sueño y volvió a dormirse.
Al amanecer empezaron a
despertarse todos. El Tiempo parecía pasar muy rápido. Los aprontes
finales. Las Despedidas. Todo le parecía como un sueño a todos.
Y cuando quisieron
acordar, los doce primeros animales con la misión de Gaia, salían
por el desfiladero del Bosque Escondido.
Aquel sendero que recorría
la meseta, absorvió más de una lágrima de aquellos valientes.
La paloma Picasa les contó
algo que sabía de los Humanos, y era que muchos de ellos creían que
llorar era visto como una devilidad.
-Como que una devilidad?
Preguntó Rufo el Mapache.
-Si, muchos creen eso,
dijo la Paloma.
-Devilidad es reprimir lo
que uno Siente, dijo Rufo.
-Lo que pasa es que así
es como han enseñado mucho tiempo, explicó la Paloma.
-Vaya, dijo Rufo. Menudo
trabajo nos espera eh?
-Ni que lo digas, agregó
Votán, ni que lo digas. Pero... quién sabe...
Ojito agregó:
-También aprenderemos de
ellos cosas buenas, no tengan dudas.
Mientras bajaban la
meseta, alguien comentó, y todos estaban de acuerdo, en esa
sensación antes descrita, como de que el Tiempo parecía pasar muy
aprisa. A todos les ocurría.
Al llegar al centro del
Valle Florido, luego de caminar un rato, formaron allí un círculo
de abrazos, y luego, cada tríada más su ave vigía, tomaron su
rumbo asignado.
Nina Mijail Votán y Hugo,
que iban al oeste, demoraron un poco más en salir, por que
estuvieron absorviendo Energía Solar, ya que luego les tocaba
caminar con el sol de espaldas.
Sabían bien todos que
durante su travesía, no tendrían su agua Cristalina. Y que debían
alimentarse a la manera antigua, tomando raíces, frutos granos y
hierbas, con mucha precaución además, dado que sus organismos no
estaban habituados a los alimentos sólidos.
Los tres grupos ya estaban
a cierta distancia cuando se oyeron claramente los gritos de Votán,
quién a pesar de su pequeña voz se hacía oír perfectamente.
Gritaba:
-Mucha Suerte Criaturas!!
Y enseguida, todos
empezaron a gritar, y el Valle Florido se llenó de voces diferentes
que decían los mismo:
-Mucha Suerte Criaturas!!
Y los Corazones, a través
de esta sencilla acción, se inflamaron de entusiasmo.
Y más o menos, esos
fueron los hechos de la partida de los “Misionarios”, que fue el
nombre que alguien les puso la noche de la despedida junto a la
hoguera.
*
* *
VIII
Cuando la tríada del sur
comenzó a atravesar la Montaña de la Suerte, Pelusa supo que no
podría conseguirlo. No haber considerado el terreno fue un error.
Por que si hubiesen tomado
rumo este u oeste tal vez si, pero en la misma Montaña y allá
adelante en el camino les esperaban muchas extensiones de terreno
pedregoso y escarpado, y eso a Pelusa le iba fatal para su piel.
-Lo siento, dijo Pelusa.
No hay cosa que más quisiera hacer que acompañarlos, pero ya se que
no voy a lograrlo y soy muy pesada como para que Colafuego cargue
conmigo.
Colafuego insistía en que
podían lograrlo, pero era evidente que a la larga sería imposible.
Pelusa debía volver.
-Es que... si Pelusa debe
volver, debemos volver todos, dijo Colafuego. Buscar un sustituto
para la Tríada, por que esta Tríada se ha disuelto. Hasta aquí
hemos llegado.
-Lo siento, volvió a
decir Pelusa.
Desde la rama de un árbol,
se escuchó un fuerte chistido. Y todos miraron a Relámpago que los
miraba con los ojos como platos.
-Yo soy la vigía de esta
Tríada, dijo la Lechuza, pero nada impide de que yo pase a formar
parte de la Tríada, se muy bien lo que hay que hacer.
-Bueno, si... Pues si,
dijo Colafuego, moviendo su cola de contento.
-Bien por ti Relámpago!
Dijo Ojito. Así podremos seguir... Solo que nos apena... que tengas
que volver sola Pelusa.
-Vayan ustedes tranquilos.
No tengo ningún problema con la soledad, por el contrario, cuando me
toca, la disfruto bastante.
Y quizo sonreir, pero en
sus ojos había un rastro de tristeza por no poder seguir adelante.
Los amigos la consolaron y
le dieron ánimos.
Al segundo amanecer, desde
la partida del Bosque Escondido, los amigos despidieron a Pelusa, la
que pronto desapareció entre unos arbustos.
Ellos entonces se dieron
la vuelta y retomaron su marcha hacia el sur.
Solo había caminado unos
pasos Colafuego con Ojito sobre su lomo y ya Relámpago aleteaba para
elevarse, cuando escucharon el grito de Pelusa, quien sabe de donde:
-Mucha suerte Criaturas!
-Mucha suerte Pelusa!
Mucha Suerte! Gritaron los amigos, y los corazones con ese sencillo
acto volvieron a sentir esa magia que los comunica.
En tanto, los que viajaban
al oeste, se enfrentaban a su primer obstáculo.
Hugo el zorzal venía con
novedades.
-Para abajo el río es muy
ancho, y más arriba el río se angosta, pero hay mucha correntada
-Y que hacemos? Preguntó
Nina.
-Tenemos que pensar, dijo
Mijail.
-Yo voy a dar una vuelta,
a ver si se me ocurre algo, dijo Votán.
-Nos encontramos aquí,
dijo Nina... No vayamos a quedar separados o perdidos.
-de acuerdo, dijo el
ratón. Y salió con rumbo al monte.
Hugo también salió a
recorrer, con las mismas intenciones que Votán.
Mijail y Nina se quedaron
solos. Y recorrían la costa en un sentido, y luego en otro, buscando
alguna posibilidad, pero en vano,
Cuando regresaban de
arriba, de la parte angosta, los dos pararon las orejitas al mismo
tiempo.
-Oíste eso? Dijo Mijail
-Si, dijo Nina, escuchá...
Y volvieron a oír el
chillido de un ratón en el monte. De un ratón en problemas, no
habían dudas.
Los dos zorros salieron a
toda velocidad hacia el monte, haciendo ruido y con sus corazones
latiendo deprisa.
Llegaron casi de inmediato
al lugar de los hechos, y lo que vieron fue un halcón mediano
batiendo alas y acercándose con sus garras extendidas hacia
adelante, hacia la raiz saliente de un viejo árbol.
Y detrás de aquella raiz,
parapetado como un guerrero, estaba Votán, arrojándole piedritas a
aquella ave de rapiña, que a todas vistas quería desayunarse con
ratón aquella mañana
Votán vió aparecer a sus
amigos que quedaron pasmados ante la escena y dijo:
-No me oye, gritó Votán,
está muy cegado por el instinto.
Entonces, los zorros
chillaron al unísono, y el Halcón se asustó y se fue a posar en
una rama alta, donde se quedó mirándolos, pero todavía con ganas
de dar batalla.
Fue Nina la que se
aproximó, y empezó a hablarle suavemente.
-Somos amigos... si
quisieras oírnos tal vez pudiéramos ofrecerte este don que un día
otros nos ofrecieron a nosotros.
El Halcón seguía
aleteando, pero no se movía. Desde atrás de la raiz del árbol,
donde se escondía todavía, se oyó la voz de Votán:
-Que no sabes pajarraco
que los ratones viejos tenemos mal sabor! Habráse visto! Bufaba el
ratón.
Mijail no pudo contener la
risa, luego de aquel momento de tensión.
El halcón ahora se sentía
desorientado, y miraba a aquellas criaturas que le hablaban en un
lenguaje que no se correspondía con sus naturalezas.
Nina seguía hablándole
suavemente, y Mijail y Votán también del mismo modo.
La Tríada estaba
actuando...
El Halcón, de un modo que
desconocía, empezó a entender lo que aquellas criaturas le estaban
ofreciendo... Era otro Mundo...
El Halcón bajó de la
rama, y se paró delante de aquellos animales parlantes.
-Aceptas libremente la
transmisión de “el Legado” le dijo Nina, mirando al Halcón a
los ojos. El Halcón movió su cabecita hacia abajo y hacia arriba.
-Que así sea, dijo Nina,
sin dejar de mirar a los ojos del halcón.
Mijail se sentó sobre sus
cuartos y mirando hacia la tierra, la tocaba con sus patitas, como
acariciándola.
Votán, con sus ojos
cerrados, sentía en su corazón a quien momentos antes había
intentado atacarlo.
El Halcón permaneció
inmóvil durante toda la reconexión.
-Bienvenido al sendero del
Conocer, querido Anerson, dijo Nina.
Votán y Mijail repitieron
las mismas palabras.
-Pero... Es posible?
Fueron las primeras palabras de Anerson.
-Claro que si, dijo Nina.
Ahora que has recibido “el Legado” tienes una gran
respponsabilidad.
El Lenguaje Universal nos
conecta a todos, pero siempre, y en todo caso, debe ser bien
utilizado.
Nunca debe ser usado para
herir o atacar a nadie.
Confiamos plenamente en
ti, por que hemos confiado en Nosotros. Lo entiendes Anerson?
-Lo entiendo Nina. Y... y
prometo... prometo ser fiel a esa confianza.
La tríada lanzó gritos
de júbilo, y el Halcón se les unió muy contento.
En ese momento, recién
regresaba Hugo, quien enseguida se hizo amigo de su pariente
emplumado.
-No hay manera, dijo Hugo.
He remontado y bajado por este río y no hay caso, mo les será
posible cruzarlo sin riesgo de ahogarse.
-Hay que pensar, volvió a
decir Mijail.
-A mi se me ocurre que
podríamos armar una balsa con cañas o juncos...
-No es mala idea, dijo
Nina, pero yo no he visto cañas. Tu has visto?
-La verdad es que no, dijo
Votán.
-Y a ti Emerson. No se te
ocurre nada? Preguntó Hugo.
-Bueno, a... Decir verdad?
Se dice?
-Si Anerson, dijo Hugo.
-A decir verdad, si.
Detrás de este monte hay un plantío natural de Cañamo. He visto
como usan la fibra de sus ramas para hacer unas buenas... Sogas?
Cuerdas? Como se dice?
-Cuerdas y sogas son los
mismo, pero, Como se hacen esas sogas? Preguntó Mijail.
-Trenzando la fibra. Si
nos damos maña para trenzar, Yo creo que esta misma tarde podríamos
tener hecha esa cuerda para cruzar el río en su parte angosta.
-Manos a la obra,
entonces, si todos están de acuerdo, dijo Mijail.
Todos estuvieron de
acuerdo, y Votán dijo:
-Y donde están esos
preciosos cañamos?
-Síganme, no están
lejos, dijo Anerson.
Ante ellos, se extendía
un montón innumerable de plantas delgadas y altas como cañas.
-Asi que esto es el
cañamo? Dijo Votán
.Esto es. Dijo Anerson.
Los Humanos lo han utilizado por mucho tiempo.
-Que bien, dijo Votán. Y
ahora que hacemos?
-Voy a buscar algunos
ejemplares...
Anerson utilizó su agudo
pico para cortarlas, no sin antes pedirle perdón a la planta por
hacerlo.
-Bien, dijo Anerson, por
lo que recuerdo lo que nos será útil es el Liber.
-Liber? Como el carpincho?
Dijo el ratón riendo.
.Que dices? Dijo Anerson.
-Liber es un amigo del
Bosque, aclaró Nina.
-Ah! Dijo Anerson, pero de
lo que yo hablo es de la fibra que nos será útil, se llama Liber, y
está justo debajo de la corteza. Es decir, es la parte de en medio
de los tallos, esa es la parte que usaremos para nuestra soga, el
Liber.
-Ja! Cuando nuestro amigo
se entere, dijo Votán, de que tiene un tocayo adentro de una planta
caerá desmayado.
Todos rieron, y no habían
dudas, aquel ratón tenía un sentido del humor infatigable, fuera en
las buenas o en las malas.
Emerson les explicó la
faena, y pronto con su pico empezó a quitar la corteza de las
plantas. Hugo el zorzal le ayudaba con eficiencia.
En tanto, los zorros y el
ratón empezaban a quitar el Liber y a trenzarlo, al principio con
mucha dificultad y luego que le agarraron la mano trenzaban a buen
ritmo.
Anerson resultó acertado
en su pronóstico, y a la tardecita ya tenían hecho un buen trozo de
soga resistente, de un largo mayor que el largo del río en su parte
caudalosa.
-Con esto alcanzará, dijo Anerson. Quién ya había ido al río con Hugo a calcular.
-Intentaremos el cruce
mañana, dijo Mijail, hoy ya estamos muy cansados.
Todos le dieron la razón
y volvieron a la orilla del río con la cuerda.
Emerson escuchó asombrado
los cuentos del Bosque Escondido y comprendió la misión de aquellos
Hermanos, y esa misma noche se ofreció como “Misionario”. Por
supuesto que su petición fue aceptada. Anerson burbujeaba con aquel
nuevo sentido de su Vida.
Entendía el sacrificio de
aquel cambio, pero también adivinaba todas las cosas buenas que le
aguardaban.
Ya en su primera noche
compartida con sus amigos, soñaba en conformar una Tríada con otros
animales que ya vería. Le costó dormirse, de tanta cosa que
imaginaba, pero al fin se durmió allí, junto al río, junto a sus
nuevos amigos.
La Luna ya había salido
entre los árboles, y muy lejos de allí, dos amigos que todavía no
dormían, aún charlaban y mirando a la luna decían:
-Me cuesta entender eso de
los lunáticos, de lo que hablaba Ojito, comentaba Artax el puma.
-Y si, a mi también,
decía Rufo el Mapache. Pero bueno, hay que entender que hay muchas
cosas desconocidas entre el cielo y la tierra, querido Artax.
-No es que dude de las
palabras de Ojito, dijo el Puma, es que... no se... debe ser miedo a
lo desconocido simplemente.
-Pero sentir el miedo no
es malo, Artax, siempre y cuando el miedo no nos paralize. El miedo
es lo que nos hace poner Alerta... siempre fue así. Los humanos le
dicen el sexto sentido...
-A que? Al miedo?
-No, al estado de Alerta,
respondió Rufo.
-Lo que a mi me preocupa
de eso que Ojito llama Lunáticos, es que no me puedo imaginar como
son, o que son...
-Tal vez solo sea una suma
de errores en las cabezas de los humanos. Tal vez los lunáticos sean
simplemente un mal funcionamiento. Puede que Humanos y Lunáticos
sean la misma cosa, no?
-No lo se, no lo se, dijo
el Puma.
_De cualquier modo, eso
carece de importancia ahora, dijo el Mapache. Nos espera una enorme
tarea por delante, que es la de encarar a los Humanos, que ya
bastante difícil resulta...
-Dímelo a mi que soy un
puma... No va a ser fácil convencerlos de que no soy una amenaza...
-Tu tranquilo Artax, que
somos cuatro, y sabemos movernos. En tres amaneceres ya hemos
iniciado un cuervo, y un hurón, que ya deben estar rumbo al Bosque
para conocer la novedad y formar nuevas Tríadas.
Tu crees que ya habrán
salido nuevos grupos?
-No lo se, supongo.
En ese momento se escuchó
la voz de Liber el carpincho, que intentaba dormir hacía un buen
rato.
-Oigan! Que les parece si
dejan dormir a esta pobre criatura con sueño , caramba!
La Paloma se volvió a
acurrucar junto al carpincho, y pronto vinieron los otros dos amigos
a acompañarlos.
Artax seguía dándole
vueltas a lo de los lunáticos, y le costó más dormirse. Hubiera
preferido no saber aquello, pero ni modo... lo sabía, y lo que
tenpía que hacer era superar esa inquietud. Después de todo, Rufo
tenía razón. Aquello no era lo importante, se quedó con las
palabras de su amigo, y poco a poco se dejó llevar por el sueño.
Aquella misma noche... Muy
muy lejos de allí, (O tal vez muy cerca) una Mamá Humana golpeaba
suavemente la puerta de la habitación de su hijo de diez años, por
que veía la luz prendida por debajo de la puerta. Ya era casi
medianoche.
Al nadie contestar, la
Madre entró a la pieza y vió a su cachorro dormido sobre su
escritorio, con un lápiz en la mano todavía.
Sin despertarlo, lo
condujo a su cama, y lo arropó bien.
(Que Niño) pensó la
Madre (Mire que quedarse dormido dibujando)
Antes de apagar la
portátil del escritorio, observó aquellos dibujos.
No sabía que si Hijo
dibujase los animales de aquel modo, eso era nuevo...
Y eran muy bellos.
En uno veía una rana, en
el agua, panza arriba, en un ángulo de la hoja ponía “Ojito”.
Vió otro dibujo de un
gran Perro sobre una roca que ponía “Sirio y Ojito”. La mujer
tuvo que mirar de nuevo para descubrir la misma ranita a los pies del
Perro.
Otro dibujo mostraba a un
pequeño ratón arrojándole algo a un ave de rapiña, que no podía
distinguir si era un águila o tal vez un halcón, aunque estaba bien
dibujado. Este decía “Votán y Emerson antes de ser amigos”.
A la Mamá le brotó una
lagrima al ver aquellas creaciones de su Niño...
Los Corazones se alineaban
con el Universo en momentos asi...
Y cuando eso ocurre, es
algo Bueno.
Es Algo muy muy Bueno...
*
* *
IX
Ya era de mañana y en los
diferentes puntos cardinales, más temprano o más tarde, los
“Misionarios” absorvían la energía vital del Sol mañanero.
Y echaban muy en falta,
desde luego, el Agua Cristalina.
-Voy a salir a buscar
alimento, dijo Liber el carpincho, un poco de pasto fresco me hará
bien.
-Ay! Si. Yo ya me empiezo
a sentir dévil...
-Artax! Vení! Le gritó
el mapache. Por aquel lado me pareció ver fresas silvestres.
-Que bueno! Pero voy a
precisar un montón para recuperar fuerzas.
Estaban en un terreno
bastante ondulado, los arbustos que señalaba Rufo estaban en lo alto
de una lomada.
Liber se quedó abajo
pastando... afortunadamente para él, el pasto era generoso en
aquellas regiones.
-Ves? Dijo el Mapache,
estos frutos son buenísimos...
No del todo convencido,
Artax, sin embargo, empezó a comérselos de buena gana.
Al rato, estaban los dos
con los hocicos y el morro completamente colorados, y haciendo
chistes sobre la tinta roja que les iba a salir por el que te dije
cuando fueran a hacer ya saben que...
Evidentemente se hartaron
de fresas, y evidentemente tantas fresas le provocó dolor de panza a
los dos amigos, y si, también una fuerte cagalera de tinta roja,
pero cuando eso les ocurría, ya no les parecía tan gracioso.
El dolor de la panza era
muy agudo, y los retorcijones no les dejaban seguir camino,
sencillamente, no podían seguir adelante.
Picasa y Liber los
acompañaban en su padecimiento, al pobre Artax solo le faltaba
llorar, de lo mal que se sentía.
El mapache giraba para un
lado y giraba para el otro, no podía quedarse quieto.
Liber dijo entonces:
-Ahora que pienso... hay
una hierba saben? Suele crecer al pie de los sauces. Eso es buena
medicina para lo que tienen. Pasa que por acá no he visto sauces.
-Yo si vi uno, dijo
Picasa, un poco al norte de acá, no muy lejos, pero no conozco la
hierba.
-Yo voy, dijo Liber,
Picasa, tu guíame.
-Para eso estoy, dijo la
palomita, y alzó el vuelo.
-Ya volvemos amigos, no
desesperen, espero enconttrar la planta...
-Acá te esperamos, dijo
Artax.
-Si, dijo el mapache,
quietitos como piedra de laguna, e intentó una sonrisa que se volvió
mueca, es que los retorcijones no perdonaban.
Líber salió por el rumbo
que Picasa le iba marcando. Ya era de tardecita, y el sol ya se
estaba empezando a ocultar a su izquierda, de un color encendidamente
colorado.
-Vaya, dijo Liber para si
mismo, parece que el colorado es el color del día...
Como hemos dicho, aquellos
terrenos eran bastante ondulados, la vegetación era baja, cosa que a
Liber no le hacía mucha gracia.
Por que sin la compañía
de sus amigos, sobre todo de Artax, se sentía algo desprotegido por
aquellos parajes, donde tampoco había mucho lugar para ocultarse en
el caso de que un depredador anduviese en la zona.
-Picasa! Picasa!
Y la paloma bajó.
-Picasa, por favor, si ves
el mínimo movimiento, avisame.
-Por supuesto Liber, como
no habría de hacerlo.
-Te decía... te decía
por las dudas.
-Bueno, dijo
socarronamente la paloma, me parece que hay más animalitos a los que
se les afloja el vientre.
Liber lanzó una carcajada
y dijo:
-Vaya, pensé que era el
único en el grupo con sentido del humor, pero vamos Picasa, vuela y
observa, que a lo mejor alguien acecha.
-Ay Liber, Liber, dijo la
paloma, y volvió a alzar el vuelo.
De verdad que Liber tenía
motivos para preocuparse, por que el crepúsculo ya estaba allí. Y
como es sabido, es la hora en que los animales cazan.
Liber seguía el camino
que la paloma trazaba con su vuelo, y en algún momento comenzó a
escuchar un sonido sostenido.
Se detuvo a escuchar, pero
no alcanzaba a adivinar que podía ser.
Siguió avanzando, y se
dió cuenta que el sonido venía de la dirección a la que se
dirigía.
Era como una percusión,
a medida que se acercaba lo identificaba más, si, era un tambor, y
también un silbido. Por algún motivo, aquel sonido le transmitía
calma a Liber, que continuó adelante.
-No lo he visto aún, dijo
Picasa, que se había parado en el lomo de Liber, pero es Humano
seguro.
El tambor sonaba más
fuerte y el silbido era muy claro.
-Y si es una trampa?
Sugirió Picasa.
-Yo no me siento en estado
de alerta, dijo Liber, por el contrario, siento confianza...
-De acuerdo, dijo Picasa.
Y se quedó paradita nomás arriba del carpincho que seguía
avanzando.
Al poco pudieron ver...
había una hoguera... Y había un sauce . Un sauce?
Y debajo del sauce: un
hombre... de pelo gris, muy largo, sostenido con una vincha de
colores.
Era el Humano que silbaba
y tocaba su tambor.
Los dos animalitos
quedaron mirando aquella escena como hechizados en la penumbra.
Entonces se hizo silencio,
y la sangre de Liber y Picasa se detuvo por un instante...
Allí oyeron su voz.
-No van a quedarse ahi
toda la noche no? Dijo una voz suave y clara como el viento.
Liber miró de reojo a su
amiga que todavía estaba en su lomo y le dijo en un susurro:
-Un Humano que habla el
Lenguaje Universal.
-Nunca habíamos oído a
uno...
-Y bien? Volvió a decir
aquella suave voz.
-Vamos, dijo Picasa. Y
Liber se fue acercando al sauce, a la hoguera, y a aquel curioso
humano que se encontraba allí sentado.
-Los estaba esperando,
dijo el Humano aquel que tenía la cara y los brazos pintados, y
miraba fijo el fuego.
-Pe- pero usted habla...
dijo Liber
-Los de mi especie dirían
que lo curioso es que “ustedes” hablan.
-Quiero decir, dijo Liber,
me refiero a que usted habla el Lenguaje Universal de los Animales
Secretos.
-Pues si... parece que
somos Animales Secretos.
-Pero usted es Humano,
dijo la Paloma.-
-Si...un animal que camina
en dos patas, como tu ahora, le dijo el hombre a la paloma.
Ante esto, Picasa y Liber
no tuvieron otra que soltar la risa. Si, aquel Humano era un buen
presagio.
-Sabía que nos
encontraríamos, dijo el hombre. Y como están sus amigos?
-Muy mal de la panza, dijo
Liber, vinimos a por hierbas.
-Biem, ya veremos. Pero
ahora mismo, ustedes y yo deberíamos hablar.
-Pero primero díganos,
dijo la paloma, díganos quien le ha enseñado el Lenguaje Universal?
Preguntó Picasa.
El Humano pintado no
contestó, pero con un dedo índice tocó la tierra.
-Gaia?? exclamó Picasa.
Pero el Hombre no dijo
nada, se limitó a mover los labios en una inmóvil sonrisa.
-Nosotros, dijo Liber,
marchamos en una misión. Una misión que Gaia nos ha encomendado.
-Lo se, dijo el hombre.
-Como que lo sabes? Dijo
Liber.
-Soy un Chaman. Es
necesario que sepa todas estas cosas.
-Y que es ser un chamán?
Preguntó Picasa.
-Es como ser un animal
Libre que busca más Libertad. Un animal que camina afuera y camina
adentro de uno mismo también.
Además volamos... como
Tu...
La Paloma quedó perpleja,
pero no dijo nada.
-Se que hay un lugar, dijo
el chamán, un lugar donde los animales han encontrado un camino para
todos, un camino de paz y entendimiento. Yo lo sé... Sé también
que tienen que llevar ese mensaje a los Humanos.
-Tu podrías ayudarnos,
dijo de pronto Liber. Tu hablas el Lenguaje..
-Lo haré del modo en que
pueda, dijo el Chamán, pero no puedo acompañarlos... para empezar
por que yo ni siquiera estoy aqui...
Los animales se quedaron
en silencio, mirándolo, aquel hombre no parecía bromear.
-Pero... presten atención!
Ahorita mismo el fuego trae la imagen, dijo el Chamán. Y a
continuación escupió algo sobre el fuego que esparzió una enorme
cantidad de cenizas luminosas que permanecían suspendidas en el
aire.
La Paloma y el Carpincho
permanecieron con su vista viendo aquella danza de cenizas, en tanto
el chamán volvía a silbar y a tocar aquel pequeño tambor entre sus
piernas.
Las cenizas parecían
girar, y ahora podían ver otros colores que antes no estaban.
Giraban y giraban, al
ritmo del tambor y del silbido.
Se definía aquello como
un círculo con múltiples formas coloreadas dentro de él. Era muy
hermoso.
Entonces el chamán
escupió de nuevo y aquello desapareció, pero se formó otro círculo
de aquellos con otros diseños y colores. Y luego así una tercera
vez, y una cuarta.
-Hay peligro!... dijo el
chamán. Rumbo al oeste...pasada la pradera de fuego... territorio de
Lobos... ellos no van a escucharlos todavía... tienen que ser
veloces... veloces como el viento.
-Lobos?... repitió Liber
Lo que hizo entonces el
chamán, no pudieron verlo bien, pudo haber tirado agua, quien sabe,
lo cierto es que el fuego se apagó, y el humo subió.
El chamán entonces,
empezó a repetir algo.
Decía: La Niña de los
Mandalas, la Niña de los Mandalas.
Los animales pudieron
distinguir en aquel humo, la cara de una Niña. Lo curioso es que la
Niña también parecía mirarlos.
La visión duró el tiempo
que duró, y después empezó a difuminarse.
Cuando Liber y Picasa
miraron a su lado, vieron que el Hobre pintado ya no estaba.
-No está! Gritó Picasa
-No está... repitió
Liber estupefacto. Pero mira... dejó esto.
-Que es? Dijo Picasa
-Es la Medicina que
precisan nuestros amigos. Venga volvámonos ya Picasa.
-Madre mía, repetía la
Paloma, Madre mía.
-Si si Picasa, Madre mía,
dijo Liber, pero anda alzando el vuelo mi querida.
Picasa alzó el vuelo y
vigiló el regreso de Liber con las hierbas curativas.
No fue hasta el día
siguiente, en que Artax y Rufo ya se habían recuperado, que Liber y
Picasa le contaron a sus amigos el encuentro que habían tenido la
noche anterior.
De ello hablaron mucho ese
día, y también los días siguientes.
Cuidaron mejor su manera
de alimentarse, intentaban no excederse, y de ese modo también,
pudieron acelerar la marcha.
Dos cosas ocupaban
principalmente los pensamientos de los amigos.
Una era la Niña, la Niña
de los Mandalas... la otra... la otra eran los Lobos.
*
*
*
X
Hugo el zorzal, y Votán
el ratón, estuvieron aquella mañana enseñándole a Anerson el
halcón, algunos trucos para ir haciendo la transición en su forma
de alimentarse. Obviamente a los animales cazadores, y sobre todo a
los carnívoros, les resultaba más difícil dejar de golpe sus
costumbres, por eso tenían esos pequeños trucos que ayudaban a los
animales a llevar lo mejor posible aquellos cambios.
-La soga está terminada,
informó Mijail.
Nina está haciendo
nuditos en las puntas, para que no se deshilache. Lo que no se es
como vamos a hacer para engancharla al otro lado.
-No hay problema, dijo Anerson. Tomo con el pico una punta y la cruzo al otro lados. El
problema es que luego no se atarla.
-Tampoco hay problema,
dijo el ratón, el nudo lo hago yo, pero primero tendrás que
cruzarme tu, le dijo al halcón.
-Claro que si, perfecto,
dijo el halcón, agachándose para que Votán pudiese trepar a su
espalda.
El ratón les hacía adiós
con la mano a los amigos que quedaban en tierra, mientras se elevaba
cruzando aquella parte del río, no muy ancha, pero si muy caudalosa
Y cuando ya estuvieron al
otro lado, Anerson volvió a buscar la soga.
Lo vieron tomarla con el
pico, al principio con dificultad, para elevarla luego.
Provisoriamente los zorros habían atado la cuerda de su lado, asi
que Anerson se elevó hasta que la cuerda le ofreció resistencia.
Entonces empezó a bajar muy despacio, y a su vez tirando hacia el
otro lado del río.
Llegó al fin al otro
lado, pero la cuerda hacía mucha fuerza para abajo y Votán no podía
manejarla para practicar el nudo, se le iba.
Anerson, entonces, tomó
la cuerda con su pico y también Hugo le ayudaba para sostenerla lo
más tensa posible, de manera que Votán pudiese anudarla en la raiz
de un viejo y sólido árbol.
Cuando estuvo hecho, Votán
gritó:
-Lista! Y todos gritaron
de entusiasmo.
La primera en cruzar fue
Nina, que lo hizo tan rapidamente que dejó a todos sorprendidos.
Y cuando ya estuvo al otro
lado le gritó a su compañero:
-Meté la cola enre las
patas!
Pero Mijail, en su
entusiasmo, no escuchó el consejo de su amiga y se largó a cruzar
de cola suelta.
Cuando iba por la mitad
del cruce, sucedió lo que Nina había temido: la cola del zorro
había tocado el agua, y le hacía más difícil el desplazarse por
la soga debido al peso extra.
Mijail iba muy despacio, y
todos notaban que le costaba mucho esfuerzo el conseguirlo. La cola
empapada pesaba mucho.
Nina estiraba las garritas
de sus patas para intentar alcanzar a Mijail, pero no había caso, no
llegaba.
-No aguanto, dijo Mijail.
Y la cola se le fue de nuevo al agua, pesaba mucho, y la corriente
era muy fuerte.
Nina hizo un último
esfuerzo por alcanzarlo, pero fue en vano, por que Mijail ya no se
pudo sostener de aquella cuerda y cayó al agua.
Sin dudar ni por un
segundo, Nina también se arrojó al agua. Ambos sabían que ninguno
de los dos sabía nadar. La corriente se los llevó de inmediato, y
sus amigos no pudieron hacer otra cosa que gritar y chillar de la
desesperación, las aves desde el aire, siguiéndolos y Votán
corriendo por la orilla, pero como la corriente era mucho más veloz
que el ratón, pronto los perdió de vista. Pero igual siguió
corriendo. Corrió hasta que ya no pudo hacerlo y cayó al suelo, y
llorando empezó a decir:
-Gaia!! por favor! Por
favor! No permitas que se ahoguen. Ayúdalos! Ayúdalos por favor! Te
lo pide tu hijo! Te lo pide tu hijo! Gaia, Gaia!
Los zorros habían
conseguido abrazarse y Nina le repetía: Mové las patitas, mové la
cola!
Por momentos se hundían y
volvían a salir a flote, tal vez al estar abrazados, pero las cosas
se ponían difíciles.
Mijail le pedía perdón a
Nina y Nina le decía que se callase, que ya saldrían de esa, pero a
cada momento se veía más difícil que pudiesen salir de esa.
En el momento en que le
dijo a Mijail que saldrían de esa, a Nina la cabeza le empezó a dar
vueltas entre burbujas, reflejos del sol y recuerdos como fotografías
que se le aparecían... si, se estaba ahogando.
Y lo que ocurrió fue que,
en medio de su desesperación, ambos vieron algo más. Nina vió a
una mujer, a una humana joven, acuclillada en la arena, frente a un
enorme mar azul.
Quien sabe por que o como,
pero Nina, al verla, supo que es amujer podía hacer algo por ellos,
esa Mujer soñaba despierta, tenía poder en su imaginación...
-Ayúdanos, dijo Nina
desde el fondo de su corazón...
Por su parte, Mijail vió
a un Hombre, un Hombre con una pluma en su mano, pero totalmente
inmóvil, mirando a ningún sitio.
El agua ya entraba en sus
cuerpos en forma de involuntarios tragos que los ahogaban... Y cuando
ya todo parecía perdido, Nina escuchó la voz de aquella Mujer
frente al mar que imploraba:
-Que el Mago haga algo,
que el Mago haga algo!
Entonces, muy lejos de
allí, o tal vez muy cerca, el Hombre de la Pluma escribió:
-Agárrense!! Agárrense
del palo!!
En medio del shock que
sufrían los zorros, alcanzaron a oir una voz que les gritaba:
-Ahora!! Agárrense
Ahora!!
Y los dos zorritos, casi
ahogados, se soltaron uno de otro, para coger con sus garras un palo
que le estaban estirando desde la orilla.
Con sus últimas fuerzas
se prendieron, entre toses y llanto y agua en los pulmones, se
agarraron de aquel palo, que los sacó para la orilla, pero cuando
los sacaron del agua, los zorros habían perdido el conocimiento.
-Titus!! es increíble!.
La intuición, el palpite era Real. Llegamos justito a salvar a estos
zorritos.
El pequeño Mono, llamado
Titus, le hacía masajes a los zorros para sacarles el agua de los
pulmones.
Con grandes sacudidas y
nerviosismo, aterrizaron Hugo y el Halcón , muy asustados. Aquel
hombre había sacado del agua a sus amigos, pero no sabían que
hacer, todo daba vueltas, el hombre parecía bueno... y además ese
Monito, Que estaba haciendo ese monito?
-Déjenme adivinar, dijo
el Hombre, en el Lenguaje Universal de los animales Secretos, Ustedes
cuatro vienen juntos no?
-Si...dijo asombrado Hugo,
ya que era la primer vez que oía a un hombre hablar el Lenguaje
Universal.
-Lo cierto es que somos
cinco. Todavía falta un amigo, que se ha quedado solo en el monte...
-Pues ve a buscarlo, dijo
el Hombre... no te preocupes por tus amigos que ya se repondrán, yo
estaré aqui con ellos, pierde cuidado. Los masajes de Titus son
infalibles, anda, ve tranquilo.
-Gracias, dijo el Halcón.
-Te acompaño, dijo Hugo,
-Si, vayan, vayan y
encuentren al perdido. Estaremos aqui mismo.
El zorzal y el halcón se
introdujeron en el monte, aleteando río arriba. Y cuando al fin
encontraron al ratón, como pegado a la Tierra, y muy conmocionado,
le contaron la buena nueva de que un Humano habia rescatado a los
amigos, entonces el ratón comenzó a chillar y dar gritos y decir:
“Gracias Gaia! Gracias Gaia! Gracias Vida!!
Cuando dejó de gritar y
se le pasó el arrebato, y estaba más calmo, se subió encima del
lomo de Emerson, y este, durante el breve viaje le contó que aquel
hombre iba acompañado de un Monito y que además hablaba el Lenguaje
Universal.
Votán estaba seguro de
que aquel Hombre no había aparecido por casualidad, y así se lo
manifestó a Emerson.
Así que cuando llegaron,
tanto Nina como Mijail ya habían recuperado la conciencia, aunque
todavía no hablaban, y fue el hombre el que habló:
-Si quieren que les diga
lo que pienso, dijo, lo que pienso es que todo esto no ha sido para
nada casual.
-Caramba, dijo Votán, es
lo que le venía diciendo a mi amigo, pero, por cierto, antes que
nada muchas muchas gracias por el auxilio. Y se acercó a abrazar a
los zorritos, que todavía daba pena de verlos.
-En cuanto a mi, les
cuento lo ocurrido, dijo el Hombre. Resulta que veníamos con mi
amigo Titus y mi amiga la Mula Plateada que es quién tira del carro
que nos lleva. Como decía, veníamos por el solitario y polvoroso
camino que pasa por aqui arriba, cuando de pronto, de la nada escuché
esta voz de Mujer, una preciosa voz que gritaba: “que el Mago haga
algo” “que el mago haga algo” repetía.
-Yo la escuché, dijo
Nina, una Mujer con el cabello color de zanahoria y ... pero Nina no
pudo continuar por que le vino un acceso de tos.
-Yo... yo vi un hombre,
dijo Mijail pausadamente. Un hombre con... una pluma. Cuando ya creí
que estaba... muerto. Aquel hombre escribió... escribió algo que
tenía que ver... con Nosotros, con todos Nosotros... pero no
recuerdo que...
-Ahora si! Dijo el Hombre,
tenemos todas las pruebas de que la Magia Activa nos condujo a esta
situación. Por cierto, soy Juan Doe, soy Mago si se quiere... y este
es mi amigo Titus.
Viajamos en un carro, como
he dicho, también nos acompaña otra amiga “la Plateada”. Que
debe estar preocupada con nuestra súbita desaparición en la maraña
de estos montes. No había tiempo de explicaciones... aunque a decir
verdad tampoco había explicaciones, solo la prisa por llegar donde
teníamos que llegar, aunque eso solo lo sabemos ahora, jeje.
Oigan, les gustaría
acompañarnos esta noche.
Nos podríamos conocer un
poco más. Y pueden apostar a que haré una bonita fogata... y además
asaré castañas. Nos encantaría que viniesen.
El mono Titus no hablaba
el Lenguaje Universal, pero lo entendía, y le hacía ademanes a los
demás para que aceptasen la invitación.
Sin decir nada, los amigos
salieron caminando al lado de Juan y de Titus, rumbo al camino, allí
donde la Mula les esperaba.
Al llegar, le soltó los
arneses a la Mula y le contó lo acontecido. La Mula permanecía en
atención, pero nada impidió que se pusiese a pacer la hierba de los
alrededores.
Como había prometido,
Juan preparó un buen fuego para asar las castañas. Y la
conversación se animó, charlando de muchas cosas.
Los animales explicaron su
misión, y confesaron que lo que menos habían esperado era
encontrarse un humano ya iniciado en el Lenguaje.
Por esa razón, Juan Doe
les contó como fue que lo había recibido.
-Fue por mi abuelo, contó
el hombre. Cuando yo era pequeño, este me llevaba a la Naturaleza.
El decía que iba a pescar, pero que va, era una excusa. El llevaba
las cañas y todo, pero lo que no sabían es que esas cañas no
carecían de anzuelos. Lo que mi abuelo hacía era acomodar el pan o
la carnada en la punta del hilo o de la tanza, y esperar a que los
peces viniesen a picotear. Eso era lo que le gustaba a mi abuelo, el
titilar de las boyas.
Junto a él fue que
asimilé la Magia Activa, que es simplemente la consecuencia de
ayudar y servir a los demás.
-Pero. Y como aprendiste
el Lenguaje? Preguntó Votán
-Verán... fue como un
sueño... Estábamos allí, en la orilla de aquel arroyo, mi abuelo
atento a sus boyas, yo, mirando las polillas revoloteando alrededor
de un viejo farol a querozene.
Cuando miré a mi costado,
vi que mi abuelo se había dormido. Y aunos metros más allá, tres
animales que me observaban, y que jamás olvidaré.
-Una Tríada, dijo Hugo.
-Si, eran tres, dijo Juan,
Un perro con una gran cola rojiza, una rana y una lechuza. La rana
parecía hablar adentro mío, y entonces me ofreció eso que llamaban
“el legado”.
-El Legado, si, dijo
MIjail. Pero hay algo raro en todo esto. Quiero decir, tu recibiste
el legado siendo niño. Y por la descripción que acabas de hacer,
pareciera que hubieses recibido el legado de nuestros amigos
Colafuego, Ojito y Relámpago... Y eso debería ser imposible, por
que esa misma Tríada partió junto a la nuestra, hace pocos
amaneceres ¡Como podrían haberte iniciado a ti, siendo un niño?
-Responder a eso para mi
no es difícil, dijo Juan Doe.
-Y bien? Dijo Mijail.
-Mi respuesta, dijo el
Mago, es que para la Magia Activa no hay imposibles. La Magia Activa
es el Misterio del Amor que atraviesa el Universo. Y en ese Amor,
todo es posible. El Tiempo es solo un juego, me dijo una vez un buen
anciano. Y en lo que a mi respecta, confío plenamente en el Misterio
que de a poco se rebela.
El Mago se quedó mirando
el fuego, o tal vez las polillas que revoloteaban a su alrededor.
-Ha ocurrido, dijo Hugo,
Ha ocurrido!
-Y sigue ocurriendo,
agregó Nina. No sienten acaso, los hilitos de Luz que nos conectan?
Todos sonrieron, por que
así lo sentían... todos lo sentían.
-Confiemos pues en el
Misterio, dijo el pequeño Ratón.
Entonces ocurrió que
“Tres son una Nube”, y la Tríada le ofreció el Legado a Titus y
a Plateada, que entendían el lenguaje pero no lo hablaban, y
aceptaron muy emocionadamente.
Hicieron lo necesario, y
al poco rato Titus ya practicaba el nuevo Don, al igual que la Mula.
Titus les contó que
siempre había tenido un sueño Y era recitar inspiradas palabras de
gente que trascendía el tiempo con sus versos. Su amigo Juan lo
había aficionado desde muy chico, leyéndole poemas, que al parecer
Titus sistematicamente memorizaba. Y ahora Juan escuchaba a su amigo
recitar versos que ni siquiera él recordaba ahora...
-También he compuesto
alguno, dijo Titus...
-Por favor, dijeron
todos...
El Mono volvió a
aclararse un poco la garganta y recitó:
-Nada que temer, ni nada
que pueda ya quedar oculto
Disolviendo rebrotes de
espasmódicos anhelos
Perdonándonos y
desbloquándonos
No hay otra cosa que
Nosotros, Aqui, afirmando la Unidad
Volviendo allí... adonde
siempre pertenecimos...
Todos quedaron de piedra
oyendo a Titus, y con gran emoción todos vibraban ante sus palabras.
El Mago tomó la manito de su amigo, y se lo quedó mirando. Nadie
dijo nada.
Y es por que a veces el
Silencio, dice más y mejor que las palabras.
*
* *
XI
El grupo de Colafuego,
Ojito y Relámpago, continuba camino al sur.
Habían conseguido
transmitir el Legado a unos cuantos animales más bien dispersos,
pero todavía no se habían encontrado con Humanos.
Les tocó atravesar un
bosquecillo que les hizo recordar a su Bosque. Incluso tenía un
precioso Lago interior.
-Es un sitio estupendo
como para fundar una Comunidad, dijo la Lechuza Relámpago.
Al poco, les salió a su
encuentro una liebre gris muy comunicativa. Y casi ni precisaba
preguntársele si quería recibir el Legado, lo intuía. Al sugerirlo
Colafuego la liebre aceptó de inmediato, y en pocos minutos ya
estaba charlando de las cosas importantes con sus nuevos amigos.
-Lo que me quieren decir
es que podríamos alimentarnos, todas las criaturas, del sol y del
agua Cristalina? Preguntó Pirú, la liebre.
-Si, dijo Colafuego,
venimos viviendo de esa forma hace ya bastante tiempo, muchos soles.
Nos ha dado la posibilidad
de convivir muchos diferentes animales sin ese temor de que una
especie se alimente de otra.
En ocasiones comemos
hierbas, raíces y frutos, como es el caso de este viaje. Pero en el
bosque, donde vivimos, con el sol y el agua tenemos suficiente.
-Les oí decir, dijo Pirú,
que este lugar sería un buen sitio para crear una comuna como la de
ustedes . De verdad creen que sea posible?
-Gaia nos ha pedido eso,
dijo Ojito. Que llevemos el modelo por el mundo. Este lugar es
Hermoso, está lleno de animales, creemos que el Lago es ideal para
la Alquimia Estelar.
Consigue ya un par de
amigos, Pirú, cuéntales lo que te ha ocurrido y nos está
ocurriendo. Forma tu Tríada, y así estarán en condiciones de
transmitir el Lenguaje Universal de los Animales Secretos.
Si todos se ponen de
acuerdo por aquí, lo que tienen que hacer es ir al Bosque Escondido
y pedir el agua Cristalina.
Cuando vayan, hablen con
Baltasar, la tortuga, el les explicará con detalles lo que deben
hacer con el agua. Como trasladarla. Como Cultivarla. Luego otros
pioneros a su vez podrían venir a vuestro Lago y llevar el Agua
Cristalina a otros lagos para iniciar Nuevas Comunas.
-Aguarde, no vayan a irse,
dijo Pirú. Voy a buscar unos amigos... pero no se vayan eh?
-Ve tranquilo Pirú. Djo
Colafuego.
Al poco rato, Pirú volvió
con dos amigos, una cigueña y un pato, quienes recibieron el Legado,
y ahi mismo Pirú comenzó a organizar su propia expedición al
Bosque Escondido. Alli donde los esperaba el Agua que todo lo
cambiaba.
Se separaron a la tarde
muy alegres, y con gran entusiasmo por parte de todos.
Colafuego con Ojito sobre
su lomo, y la Lechuza allá en la altura, guiando el camino, se
fueron alejando de aquel bosque que prometía ser tal vez el primer
enclave en fundarse, y ojalá el ejemplo se difundiese velozmente...
Ojito iba visiblemente
emocionada.
-Te das cuenta? Decía
Ojito. Lo estamos haciendo. Lo estamos haciendo!
Colafuego no respondió,
pero el movimiento de su cola era elocuente.
Ya habían salido del
Bosque hacía un buen rato cuando Relámpago bajó y les comunicó
que había visto un camino... un camino de humanos.
-Tomémoslo, dijo Ojito...
No voy a negar que los humanos me dan un poco de yu-yu, pero más
temprano o más tarde tendremos que encontrarlos, es decir: tendremos
que encontrarnos.
Y resultó que el
encuentro ocurrió más pronto de lo esperado, por que antes del
atardecer, volvió Relámpago con la novedad de que un hombre, al
parecer con un arma de fuego, venía rumbo a ellos en sentido
contrario y que lo acompañaba un perro con manchas.
-Rápido, a esconderse,
dijo la Lechuza
Y Colafuego salió rápido
a buscar un escondite.
-Ahora si que me dió el
susto, dijo la Rana.
-Tranquila, dijo
Colafuego, los cazadores no gastan sus explosiones en animales como
nosotros.
Se habían ocultado en
unos arbustos, que si bien nadie podía verlos desde el camino, ellos
si podían ver a quien venía por ese camino.
Un poco nerviosos, se
quedaron allí esperando, entonces, de a poco, empezaron a sentir los
pasos de aquel humano que se acercaba.
Pronto fue visible. Era un
hombre de pelo largo y blanco, con barba larga del mismo color.
LLevaba un sombrerito de
paja, ropa con señales de mucho uso, y un calzado en los pies que
delataba muchos caminos recorridos.
-Si, tiene un arma, la
trae al hombro, dijo Ojito, escondiéndose cuerpo a tierra.
Colafuego observó bien.
Vió el perrito que venía más atrás y dijo:
-No, no es un cazador...
Eso que lleva al hombro no es un arma. Es... un palo... con una bolsa
colgada en la punta.
-Ey! Miren! Dijo
Relámpago, acabo de ver salir un pajarito de esa bolsa.
-También lo he visto,
dijo Colafuego. Yo voy a salir, este humano parece humano.
En ese momento sintieron
un silbido. Aquel Hombre estaba emitiendo un particular silido que al
parecer era respondido por aquel pajarito, que era un gorrión y que
volvió a meterse de nuevo en la bolsa que el hombre llevaba colgada
de aquel palo.
Colafuego entonces se hizo
visible ante aquel hombre y ante el perrito que se quedó detenido
observando, sin ladrar.
-Ah! Pues entonces era
cierto, dijo el Hombre. Pero aquel hombre no hablaba el Lenguaje
Universal, y no era tan fácil entenderle.
Colafuego movía la cola y
ladró como saludando.
-Si si, decía el hombre,
ya te he visto yo a tí...
El perrito manchado movía
la cola, pero no salía de atrás del hombre.
-Te he visto en sueños...
hace mucho tiempo. Pero no estabas solo...
Colafuego se dió la
vuelta, y de entre los arbustos, salieron Ojito y Relámpago, algo
confundidas todavía.
-Si, dijo el hombre, no
hay ninguna duda, los conozco de mi sueño, era ustedes, si señor...
pero... esto es muy fuerte...En ese momento, el gorrión salió de la
bolsa que colgaba del palo y volando se fue a parar en el sombrero de
aquel viejo caminante..
Pero la pregunta es... Y
por que los conozco de un sueño? Quiero decir... Tiene sentido esto?
Quienes son ustedes?
Colafuego hizo lo que
siempre hacía cuando ofrecía el Legado. Sintió a la criatura en su
corazón y le hizo la pregunta.
No estaba muy seguro de
que pudiese oírla, por que era un Humano muy mayor, pero el anciano
caminante la sintió enseguida, y sun dudar respondió:
-Claro que si...
Los animales entendieron
su aceptación y se ubicaron frente a él. Ojito tocaba y miraba la
Tierra, Relámpago miraba al hombre a los ojos y Colafuego, con los
ojos cerrados lo sentía en el corazón.
El hombre había quedado
inmóvil, el perrito gris y el gorrión, también muy quietos,
miraban y esperaban.
-Bienvenido al Sendero del
Conocer, querido Beto, dijo Colafuego. Recibir el Legado acarrea
responsabilidad. El Lengiaje Universal nos conecta a todos, pero
siempre, y en todo caso, debe ser bien utilizado.
Nunca debe ser usado para
herir o atacar a nadie. Confiamos en ti, por que hemos confiado en
nosotros.
-Lo comprendo amigos, y
prometo ser fiel a esa confianza. Fueron las primeras palabras de
Beto en el Lenguaje Universal.
Luego el Lenguaje fue
transmitido al perro de las manchas, que era llamado Pucho por Beto,
pero que eligió libremente llamarse Pelufo.
Luego le tocó el turno al
gorrión que anidaba en la bolsa de Beto, eligió el nombre que Beto
le había puesto: Julio Verne.
Ojito, Colafuego y
Relámpago les contaron buena parte de la historia y el mensaje de
Gaia.
El hombre por su parte,
les contó su historia, que no era más que la historia de un hombre
que, hastiado de las ciudades y sus normas y reglas, se había
largado a andar los caminos... Asi que lo que más hacía era eso,
caminar, y buscar sus medios de supervivencia. Además de meditar y
reflexionar sobre la Vida, que para eso había elegido su destino de
peregrino.
Les contó más en detalle
el origen de su sueño, de ese sueño con ellos que en verdad había
tenido hacía muchos años. Ese sueño en que por algún extraño
motivo, la Tríada se había manifestado en un pasado lejano. Pero
todos sabemos que en los sueños el tiempo es muy distinto...
Ojito no sabía que pensar
sobre ese hecho, aquello les parecía extraordinario, pero solo un
poco más extraordinario que todo lo demás que estaban viviendo.
Beto les confesó que el
siempre había estado sintiendo ese llamado de la Tierra, y que es
amisma Tierra había sido la matriz que lo había cobijado y
sustentado todos aquellos años al aire libre.
También les confesó que
sus sueños se habían trepado a la realidad, y que a partir de
ahora, no había lugar a lo imposible.
Les contó como muchas
personas le llamaban “loco”, pero el solo sabía que no podía
fingir estar bien entre gente que se aprovecha de otros engañándolos
y de gente que se aferra a la amnesia y deja que otros piensen por
ella.
Y si, tenía bastante en
claro eso de los Lunáticos, aunque el los llamaba de un modo
diferente.
-Yo les llamo los E'epa.
Son como ideas. Posiblemente sean una parte olvidada, no lo se...
Hace que los seres no se sientan unidos, hace que no engañemos
nosotros mismos.
-Y tu que crees Beto?
Están los humanos listos para salir de esa influencia? Preguntó
Pelufo.
-Antes pensaba que era
imposible... pero ya ven... a partir de ahora...
-No hay lugar a lo
imposible!! exclamó Relámpago.
-Eso...Exacto.
-Y como podríamos ayudar
a desactivar esas ideas? Preguntó la Lechuza.
-Ustedes lo saben mejor
que yo, dijo el anciano. Con Unidad por supuesto, con ayuda
desinteresada...
-Con Amor... dijo Pelufo
-Pelufo lo ha resumido
todo, dijo Ojito.
Y hubo risas.
-No, no es tarea fácil,
dijo Beto, en tanto mordisqueaba una brizna de hierba y miraba como
el cielo se iba poblando de estrellas. No es fácil, pero tal vez sea
la hora de ir dándole una buena patada en sus culos invisibles a
esos E'epas!!
Todos lanzaron ruidosas
carcajadas.
Y asi pasaron juntos esa
noche, intercambiando información del mundo humano y del mundo de
los animales secretos, hasta que se fueron quedando dormidos todos
bajo la protección de un gran Pino.
Como siempre, fue
Relámpago la última en dormirse.
A la mañana siguiente,
fue Julio Verne, el gorrión, el primero en despertar y salir de la
bolsa donde tenía su nido.
Estiró sus alitas y salió
a volar por los alrededores.
No tardó mucho en volver
y hablarles así a sus amigos dormidos.
-Oigan! Oigan! Que he
visto algo! Dijo el gorrión.
-Que...Que has visto Julio
Verne? Preguntó Ojito todavia medio dormida.
-Es... como un círculo en
el horizonte, o tal vez una esfera, no lo sé, respondió Julio Verne
señalando con su alita hacia el sur.
-Como que un círculo o
una esfera? Preguntó Ojito, visiblemente más despierta.
-Como si fiese un aro, un
aro enorme. Y vi la cara de un cachorro humano mirándome desde
adentro de ese aro.
-Yo también he visto un
Niño de esa forma, dijo Ojito, saliendo a ver.
Relámpago alzó vuelo a
ver si podía verlo, y volvió diciendo que si, que el círculo o
esfera aún se veía, pero no el Niño.
Dijo que si llegaban al
camino podrían ver el fenómeno en el horizonte.
Beto recogió su pequeño
morral, el palo y la bolsa sobre la cual Julio Verne volvía a
posarse, al Beto echársela al hombro. Y se dirigieron al camino,
claro donde efectivamente todos pudieron ver aquella especie de aro
en el horizonte.
-Esa es nuestra dirección,
dijo Colafuego
Beto por su parte les dijo
que le gustaría acompañarlos, pero que tal vez no era el momento, y
que ya siendo que eran dos Tríadas, debían aprovechar para
transmitir el Legado por sitios diferentes.
-Beto, Julio Verne,
Pelufo, ha sido una maravilla el conocerlos, y nos han dado una carga
extra de felicidad para seguir nuestra Misión.
-Misionarios! Dijo Beto.
El Mundo Nuevo está muy cerca. Y saben algo? ...Ahora mismo lo
estamos creando!
Muy lejos de allí, o tal
vez muy cerca, el Niño que dibujaba, se había quedado dormido otra
vez sobre el escritorio. Su Mamá nuevamente lo había llevado
dormido a su cama y como la vez anterior, antes de apagar la portátil
del escritorio, observó aquellos nuevos dibujos.
En uno, un hombre le
alcanzaba un largo palo a dos zorritos que se debatían en un río
caudaloso. El dibujo decía:
“El Mago los rescata
justo a tiempo”
En otro, un Indio junto a
una fogata al lado de un animal que parecía un ratón muy gigante, y
una paloma mirando todos al cielo en la misma dirección, este dibujo
ponía: “La Niña de los Mandalas”
Y el tercero era un hombre
con un palo al hombro y una bolsa con un pajarito parado encima y a
su lado un dálmata, que iban por un camino, y en la otra dirección
un perro de larga cola con aquella misma ranita encima de el y en el
aire: una lechuza. Aquel dibujo ponía:
“Ahora mismo lo estamos
Creando”.
*
* *
XII
-Artax?... dijo el Mapache
-Que?... respondió el
Puma.
-Que me parece que estamos
llegando.
.Llegando a donde?
-Mirá la hondonada, allá,
allá adelante. Y el mapache señalaba un sitio que enseguida alarmó
al puma.
-Es lo que dijo el chamán,
la pradera... la pradera de fuego...
-Asi parece, dijo el
mapache. Detengámonos a descansar, de paso esperamos a Liber, que
viene rezagado con Picasa.
Cuando los amigos los
alcanzaron, les contaron lo que al parecer se aproximaba.
-Si quieren que les sea
sincero, dijo Liber, si hace un rato estaba preocupado, ahora me
tiembla hasta la sombra.
.A todos nos da miedo,
dijo el puma. Podríamos evitar esta pradera... y volver para atrás.
Pero, a pesar que no vi, ni escuché al chamán, igual me resuenan
sus palabras cuando dijo “la Niña de los mandalas”.
-A mi me ocurre igual,
dijo Liber.
-Y a mi, dijo Rufo.
-A mi lo mismo, dijo
Picasa.
-Lo que quiera que sea...
que sea, dijo el mapache.
Todos se miraron. Luego
miraron hacia el este, donde allá, no muy lejos, se veía la pradera
de pastizales colorados que semejaban fuego.
-Vamos, dijo Liber, y
salió él primero.
-Allá vamos, dijo Artax
-Que diablos! Allá vamos!
Dijo Rufo.
La Paloma alzó vuelony se
adelantó. Sabía que tenía que vigilar como nunca... La Vida de sus
amigos podía estar en sus alas... y en su buena vista...
En tanto los amigos
avanzaban hacia el territorio de los Lobos, muy lejos de allí, o tal
vez más cerca de lo que podría pensarse, una Niña de largo pelo
castaño miraba por la ventana de su cuarto.
Tenía sobre una mesa,
todas las herramientas para hacer lo que de un tiempo a esta parte,
la tenía totalmente apasionada.
Tenía un compás, tenía
reglas, escuadras, semicírculos graduados, y, sobre todo: muchos,
muchos colores.
Lo que la inspiraba era
aquella ventana cuadrada. Se ponía asi, a mirarla largo rato, y
ocurría que la forma cuadrada de la ventana se le iba volviendo
circular. Ella aguantaba la mirada, sin pestanear, y poco a poco algo
empezaba a ocurrir... El paisaje del campo que se solía ver desde su
cuarto, se empezaba a emborronar y una especide de torbellinos se
producían en lo que ya era un círculo de colores.
La mágica ventana por
donde la Niña contemplaba aquellas cambiantes formas.
Entonces, respiraba
profundo, y las formas y colores en torbellino, empezaban a calmarse,
y cuando ella estaba absolutamente en calma, solo observando, la
figura se quedaba fija, en un diseño del que ella tomaba buena nota
para luego aplicar a sus extraordinarios Mandalas. Ese era su pequeño
misterio.
No muchos habían visto
sus obras, pero quienes si las habían visto, coincidían en que eran
de una Belleza turbadora, aunque nadie había podido describir
exactamente lo que aquellos mandalas le provocaban.
Aquella noche era
diferente. Ella intuía que algo más fuera de lo corriente la
esperaba. Algo que implicaba una sensación como de peligro
inminente.
Perdió su mirada en el
paisaje, más allá de su ventana. En algún lugar había animales,
los percibía, aunque no podía verlos.
-Se me acaba de ocurrir
una idea, dijo Liber.
-Cuentala ya, dijo Artax.
-Bueno, ustedes saben que
el olfato de los Lobos es infalible no?
-Si, claro, dijo el
Mapache
-Y es casi seguro que nos
detecten mientras cruzamos la pradera de fuego.
-Bueno, si, es posible,
dijo Artax. Si ellos están ahi, van a olfatearnos.
-Mi idea podría darnos
algo de tiempo.
-Vamos chico, sueltalá,
dijo el mapache.
-Bueno, miren, conozco un
yuyo, que por aquí abunda, el cual si se mezcla con la flor de una
planta que podría haber por aqui también, produce una especie de
bálsamo potente, un perfume pegajozo. Creo que si los disolviésemos
en agua y nos bañásemos con eso, les costaría mucho sentir
nuestros olores.
-La idea es buena, pero no
se si tendremos tiempo, ya es media tarde.
-Yo he visto un charco más
atrás, dijo el mapache. Ahi podríamos hacer la mezcla.
-Hay que encontrar las
flores, el yuyo está por todas partes, dijo el carpincho. Y a
continuación les explicó como era la forma y el color de aquellas
flores que pronto todos salieron a buscar.
Picasa, en tanto, hacía
patrullas periódicas hasta la pradera y volvía de a ratos a
descansar, como para no agotarse tanto.
Lo cierto es que no era
fácil encontrar aquellas flores. Tardaron mucho rato, y el sol caía.
Cuando ya estaban a punto de decir basta. Liber gritó “Eureka!”
Por que había logrado encontrar en un barranco, una buena cantidad
de aquellas flores.
Entonces le hizo una señal
a Picasa para que avisara a los amigos que la búsqueda había
terminado.
Se reunieron, y el mapache
los llevó al charco. Liber realizó la mezcla, y ciertamente emitía
un perfume muy intenso, pero no muy agradable.
El mapache y el carpincho
se bañaron primero.
El puma de último, quién
agregó este comentario:
-De verdad que esto
apesta!
-Esa es la idea, dijo
Liber.
Apresurémonos que el sol
ya está cayendo.
Asi que cuando llegaron al
borde de la pradera de fuego al atardecer, realmente confirmaron el
por que de su nombre, aquel campo parecía incendiado.
-No podemos separarnos ni
por un momento, dijo Artax. Si nos descubren atacarán en manada.
Tenemos que correr hacia
donde Picasa nos indique. Pero lo principal es no desbandarnos. Están
listos para esto? Dijo Artax.
-Si, dijo el mapache.
Pongámonos en las manos de Gaia, y que todo sea por su bien y el
bien de todos.
-Digo lo mismo, dijo
Liber.
-Bueno, saldremos a cruzar
esto, pero al trote. Solo en caso que veamos real el peligro
correremos, de acuerdo?
Los amigos respondieron
afirmativamente, entonces el puma dijo “Vamos” y los tres,
llevando el mismo paso, se lanzaron en lo que, según el chamán les
había dicho, era el territorio de los lobos.
Picasa volaba adelante,
sin novedades.
El sol ya se había
puesto, el fuego de la pradera ya no relucía tanto. Los amigos
trotaban y “malolían” pero no decían una palabra.
Picas hacía círculos
amplios alrededor de sus amigos, y si bien hasta el momento no había
percibido forma alguna de lobos, tampoco se veía rastro de ningún
otro animal por allí. Cosa que tampoco era muy normal...
-Vamos bien, susurró el
mapache, ya casi la cruzamos.
-No se fíen, dijo el
puma.
Y siguieron aquel trote
hasta que por fin cruzaron lo que creían que era el territorio de la
amenza lobuna.
-Lo conseguimos, decía el
mapache.
-Tranquilo, dijo Artax,
esto no ha terminado.
-No no, dijo el carpincho,
el chamán indicó que el peligro sería después de la pradera.
-Ay! Dijo el mapache. No
es eso lo que yo tenía entendido...
-Sh!! no hablen más, dijo
el puma.
Picasa había aterrizado y
les comunicaba que todo parecía tranquilo, pero que no habían
señales de ningún otro animal tampoco, lo que a Picasa inquietaba
un poco.
-Sigamos con el trote,
dijo Artax.
-El chaman dijo que
fuésemos veloces como el viento, dijo el carpincho.
-Vamos veloces, dijo
Artax. Quién hubiera preferido ir más rápido, pero sabía que sus
amigos se cansarían mucho y empezarían a rezagarse, y aúun no
sabían lo que podía esperarles.
Llegaron a un terreno
rocoso donde apenas crecía le vegetación. Y ya empezaba a
oscurecer. Luego una colina y después otra vez aquel terreno
pedregoso.
-Aminoremos la marcha,
dijo el Carpincho, aqui ya no parece haber nadie.
-No se fíen, volvió a
decir Artax. Los territorios de los lobos son muy extensos.
-Lo que ya nos está dando
alcance es la noche, dijo Rufo.
-Sigamos, sigamos, dijo
Artax, cuanto más atrás dejemos estos parajes, mejor para nosotros.
-Es que ya me duelen las
patitas, dijo el carpincho.
-Bueno, descansemos un
poco, pero luego sigamos. De verdad que nada me gustan estos lugares
inhóspitos, dijo el puma.
La Picasa bajó también a
descansar, no estaba acostumbrada a volar tanto.
Asi que se quedaron alli,
echaditos, recuperando fuerzas.
Fue Rufo el que dijo:
-Miren, la luna está
saliendo
-Oh! Dijo el carpincho en
tono de broma, es la hora de los lunáticos...
Pero no alcanzó a reirse
de su broma por que en ese mismo momento sintieron nítidamente el
lejano ahullido de un lobo.
-A la mierda! Dijo el
mapache. Y quedaron todos de pie y alerta.
-Parece que el ahullido
vino como de atrás no? Preguntó el puma.
-Si, dijo el carpincho, al
que ya le temblaba la voz. Pa-parece de atrás si....
-Lo mejor es calmarnos
Vale? Dijo el puma. El ahullido fue lejos y nosotros seguimos con el
olor camouflado. Pero bueno, vamos saliendo, no nos podemos quedar
quietos tampoco, hay que alejarse.
Y salieron a paso rápido,
siempre sobre aquel terreno rocalloso donde raramente se veía algún
arbusto.
Nadie decía nada... allá
arriba, la Luna creciente parecía reirse de sus suertes.
De pronto, Picasa bajó en
picado.
-Acabo de ver una sombra,
no se de que, pero la vi moverse por el lado del norte, para este
lado, no muy lejos.
-Hay que apurarse, dijo el
mapache, hay que apurarse. Sería un lobo Picasa?
-No se, no lo sé, pero
si, podría ser.
-Acá entre las rocas nos
podríamos esconder.
Hay hondonadas y huecos
que podrían ser cuevas, dijo el carpincho.
-No nos conviene quedarnos
quietos, me parece, dijo Artax. Los lobos son muy territoriales, y si
esta es su zona, lo mejor es salir pitando cuanto antes. Opino que
sigamos Rufo.
-Tiene razón artax, dijo,
si nos quedamos, es más posible que nos encuentren.
-Voy a ver, dijo Picasa, y
salió volando. La adrenalina les empezaba a galopar en la sangre.
-Tranquilidad, amigos,
vamos a intentar tomar por acá, dijo el puma. Subiendo por acá hay,
hay una especie de...
Artax cortó su frase. O
mejor dicho, el grito de Picasa cortó su frase.
En frente de ellos, a una
cierta distancia, iluminado por la dévil luna, se veía la silueta
de un lobo sentado en lo alto de una piedra.
El miedo les erizó el
lomo a todos. Y la máxima alerta los puso en movimiento.
-Al trote parejo, dijo
Artax en voz baja.
Y se alejaron de allí, de
aquel inmóvil lobo.
-No atacó, dijo Liber,
nos vió y no atacó...
-No atacó por que está
solo, y por que yo soy muy grande para él, dijo el puma, pero yo
creo que...Otra vez Artax quedó con su frase cortada, por que aquel
lobo acababa de dar un ahullido que les heló la sangre a todos.
En respuesta, escucharon
muchos otros ahullidos juntos, en diferentes lugares.
Los amigos seguían con su
trote, pero cada vez se iban apresurando más; los corazones les
palpitaban más fuerte que antes, sin dudas.
Picasa bajó en picado y
dió la mala nueva.
-Vienen hacia aquí, son
muchos!
-Cuantos? Preguntó Artax.
-Más de veinte, dijo
Picasa.
-Ay mamita querida! Dijo
el mapache temblando. Y ahora que hacemos? Y ahora que hacemos?
Corremos? Que hacemos artax? Contéstame?
-Tendremos que correr, si,
dijo el Puma, esto pinta muy más que feo. Ustedes vayan delante.
Picasa! Buscá refugios o lo que sea que puedas encontrar para
meternos, vamos!!
El carpincho y el mapache
corrían todo lo que podían, el Puma les iba a la zaga. Todos
tratando de imaginar algo que los sacase de aquel aprieto.
La manda volvió a
ahullar, esta vez más cerca.
Los amigos corrían a toda
la velocidad que sus patitas les permitían. La desesperación se
estaba apoderando de ellos. La Paloma les gritaba: “Corran, corran,
por ahi...!”
Los lobos ya estaban
demasiado cerca.
Las esperanzas de escapar
parecían ahora esfumarse del todo.
Artax comenzó a rugir con
todas sus fuerzas, pero los lobos no se detenían. Y ahora ya casi
podían ver en la penumbra de la noche, como los iban rodeando.
-No se paren! Gritaba el
mapache muy agitado, pero ya sentían los más pequeños como les
entraban a fallar las fuerzas.
Las cabezas les daban
vueltas. Todos sentían eso: Como si las cabezas le diesen vueltas
sobre si mismas. Como un torbellino. Si, esa era la palabra: Un
Torbellino.
Como un espiral. Como
muchos círculos.
Como un círculo que
parecía llenarse de luces y colores. Muchos, muchos colores.
Muy lejos de allí, o tal
vez muy cerca, una Niña de largo pelo castaño terminaba
apresuradamente su obra.
Algo la movía a llevar
aquellas prisas por terminar el Mandala. Algo que parecía de vida o
muerte. Algo de lo que dependían esos animales esos animales que
ella intuía.
Su papá ya la había
llamado dos veces a cenar, y aquello parecía una carrera contra el
tiempo.
Que le faltaba? A si,
plateado en los bordes en los bordes de la circunferencia... Ya
estaba!
-Lisa!
Era la voz de su papá que
se acercaba.
El barniz!! le faltaba el
fijador!!
Voló hasta el estante, se
puso la máscara y le estaba aplicando una fina lluvia de barniz a su
mandala, cuando su padre abrió la puerta del cuarto diciéndole:
-A cenar negrita, dale!
Después terminas eso.
-Ya terminé Papá, ya
terminé!
Cuando salía de su pieza
alcanzó a ver por su ventana como una nubecitas tapaban la luna.
-No puedo más, dijo
LIber, sigan ustedes, a lo mejor los detengo un poco... mientras me
comen a lo mejor ustedes pueden lograrlo.
Las cabezas les seguían
girando con aquellos extraños coloridos que también parecían ver
en el terreno y en el mismo cielo.
-No!! dijo Artax, de eso
nada. Juntos vinimos y juntos nos morimos!
-Amigos míos! Dijo Rufo.
Voy a hablarle a estos lobos, no hay más opciones!
Todos quedaron detenidos
en lo alto de una roca. Los lobos al fin los tenían completamente
rodeados, todos gruñían y mostraban los dientes de forma
amenazante.
Ellos arriba, los lobos
abajo.
El Mapache gritó:
Gaia!! Acá están tus
hijos!! Los lobos son tus hijos!! y se puso a llorar
desconsoladamente en medio de aquel crujir de dientes y gruñidos.
Entonces ocurrió algo que
no era de esperarse. Unas nubes plateadas cubrieron la luna, y de
pronto, casi instantaneamente, todo el cielo se volvió gris, y antes
de que se dieran cuenta de lo que estaba ocurriendo, empezaron a caer
gruesas gotas del cielo. Y de inmediato: la Lluvia... la LLuvia
torrencial.
Los amigos se abrazaron.
La paloma en la cabeza del puma empapada también lloraba, todos
lloraban, el cielo lloraba.
Morirían si, pero
morirían juntos. Se acurrucaron a esperar el momento bajo aquella
tormenta, y lo que ocurrió fue que allí mismo, bajo aquel aguacero,
debido al agotamiento y el estress, se fueron uno a uno quedando
dormidos.
La primera luz del
amanecer los despertó.
Una bandada de ciznes pasó
por allá arriba, por encima de ellos.
-Estamos vivos? Preguntó
Liber.
-Asi parece, respondió
Picasa
-Los lobos... los lobos no
están, dijo Artax.
-Los lobos no están,
repitió el mapache.
-Parece que Gaia te
hubiese escuchado, dijo Artax
Los amigos se empezaron a
reir de la alegría de estar vivos y empezaron a repetir: gracias
gracias gracias, a quien fuese que correspondiera.
Cuando miraron mejor,
vieron en el horizonte un enorme círculo con los más hermosos
colores.
-Eso...dijo Liber... eso
fue lo que vimos con el chaman.
-La Niña de los Mandalas!
Dijo la paloma. Y alzando vuelo en la clara mañana les dijo a sus
amigos: Andando! Andando!
*
* *
XIII
El Señor Juan Doe, era un
Mago ambulante que recorría el mundo con un carro de madera, tirado
por una mula, la Mula Plateada, como ya habíamos dicho. Además de
sus trucos de magia, tenía una rutina con luces y electricidad en la
cual usaba su propio cuerpo como conductor de esa electricidad,
aunque no siempre conseguía un suministro eléctrico en los lugares
adonde llegaba, entonces se circunscribía a los trucos de magia. Se
reconocía un mago de cinco trucos, aunque muy dentro de si, creía
en la Magia con mayúsculas, a la que llamaba “Magia Activa”.
Pocas veces había tenido
la oportunidad de verla en acción. Y aquel día era una de esas
veces en que había hecho irrupción la Magia Activa, como cuando
había sido Niño, y aquellos animales le habían enseñado como
entrance aquella forma de hablar, el Lenguaje Universal... Y ahora
todo aquello había vuelto. Y lo encontraba en el lugar y el momento
justo, nada menos.
El sabía que esos
Animales no andaban por ahí enseñando un Lenguaje Mágico, no.
Estos humildes animalitos,
y otros tantos, lo que estaban buscando era transformarlo todo.
Gaia misma se los había
pedido... Era findamental desactivar la influencia de los Lunáticos
para alcanzar un Mejor Mundo, pero, Que serían esos Lunáticos que
nadie podía señalar?
El señor Juan Doe, el
Mago, había buscado mucho tiempo una respuesta que lo eludía. Pero
ahora, estaba seguro que sus preguntas se habían empezado a
responder.
Y lo cierto es que nada lo
iba a detener ahora, para ayudar en lo que fuese a aquello que alguna
vez había dado comienzo, y que apuntaba ciertamente a la Hermandad
de todos los Seres.
De pronto, una voz lo
distrajo de sus pensamientos.
-Don Mago?... (Era la voz
de Mijail)
-Si, si, dime Mijail.
-Usted que ha viajado
tanto, y conoce los caminos. Cree que si seguimos rumbo al este
podríamos encontrar una playa?
-Una playa? Dijo el Mago.
Pues...pues si. Pero es lejos si van por los caminos. Ahora, si
atravesasen los cerros pelados, que son aquellos, indicó el mago con
su dedo. El trayecto hasta la playa es más corto, bastante más
corto.
-Oiga Mago, dijo Votán el
ratón, y que si se viene con nosotros?
-Es que... es que no se si
es el momento de dejar mi carro Votán. Pero te prometo algo. Voy a
llegar a Bosque Escondido...
-Ojala asi sea! Dijo Nina.
Visítanos, ve a buscar el Agua, lleva las buenas noticias al mundo,
amigo Juan.
-Les puedo asegurar que
volveremos a vernos, dijo el mago.
-Que el Agua y las
Estrellas sean tu Guía, Mago salvador de zorritos, dijo Nina.
El Mago abrazó muy
emocionado a sus amiguitos, allí se separaban sus caminos.
Hugo el zorzal cantó una
canción de despedida, y luego, el Mono Titus recitó un poema que
decía más o menos:
-“Por la pequeña y
angosta puerta hemos de entrar,
siempre fue así.
Y de ese modo saber que
allí estuvimos siempre,
así fue siempre.
Venga pués un adelanto de
toda esa bendición
que se despierta.
Venga pues esa música,
por la cual nuestros corazones
se hacen Uno.
Por un pequeño y angosto
misterio
Adelante!
Todo queda aún por
descubrirse
en el descenso a este
vacío.
Todo por saberse de
nuestro paseo en el silencio.
En el mismo centro de
Nosotros
una Luz que sonríe...
El absoluto Triunfo de los
Despiertos Corazones.”
El Hombre de la Pluma
estaba escuchando recitar un poema suyo, el lenguaje no le era del
todo conocido, pero de alguna manera lo entendía
Las voces venían como a
través de una escotilla redonda. Y lo que hizo fue asomarse... Y
allí estaba el escenario de su Historia, aunque ultimamente ya no
estaba seguro de que fuese “su Historia”. Por que aquella
Historia, por momentos parecía como si estuviese ocurriendo en el
momento en que la escribía. A veces un poco antes, a veces un poco
después. A veces venía en sueños... En sueños?
El Hombre de la Pluma
abrió los ojos y estaba en su cama, y se levantó de inmediato. Tomó
su pluma y retomó la Historia que creía estar escribiendo. Aunque
por momentos empezaba a creer que era la propia Historia la que lo
estaba Creando a él.
Parecía confuso... Pero a
la vez parecía ir aclarándose. Aquello parecía surgir como un
Amanecer. Y a los Amaneceres, nada ni nadie puede detenerlos. O tal
vez si?
No importaba... Los
Animales se acercaban, eso era un Hecho. Y con ellos, Algo... Algo
indefinible, pero que ya empezaba a Adivinarse...
*
* *
XIV
El perrito Nario jugaba
con Baster, su hermano pequeño, con Lucy, la gata y con las ovejas.
Pero su mente estaba en otra parte.
Echaba mucho de menos a su
papá: Colafuego, quién hacía ya muchos días que había partido,
La culebra Pelusa había
regresado, por que no pudo seguir el camino. Y Nario pensaba en que
si a el le hubiesen permitido, hubiera seguido hasta el final de la
aventura.
Aunque su Mamá le había
dejado bien claro que las Tríadas no salían en busca de aventuras,
sino para despertar criaturas a través del Lenguaje Universal. Lo
cierto es que a Nario le hubiera encantado formar parte de una
Tríada, Oh! Si, “Tres son una Nube”.
Se preguntaba como
estarían hoy los Misionarios. Habían días en que llegaban animales
que, tras haber recibido el Legado, querían conocer Bosque
Escondido, y traían noticias de unos y de otros, pero era imposible
saber como estarían en ese mismo momento. Y si, era inevitable que
las criaturas de Bosque Escondido estuviesen preocupadas por la
suerte de sus Hermanos.
En el caso de Nario, era
que no podía contenerse, quería salir, quería alcanzarlos. Se
imaginaba que si salía, podía ir encontrándose en el camino
animales que se dirigiesen al norte, hacia el Bosque y que le fuesen
dando datos sobre el grupo de su padre. Y asi hasta alcanzarlos.
Tanto le dió vueltas a la
idea, que una noche, mirando las estrellas, decidió que al amanecer
saldría con rumbo al sur, a encontrar a su padre y sus amigos.
Le costó mucho dormirse,
pero al día siguiente, fue el primero en levantarse, bebió bastante
Agua Cristalina, por que decían que luego se echaba mucho en falta.
Luego atravesó el
desfiladero, y en ningún momento, por suerte, se encontró a nadie
que pudiese hacerle preguntas.
Y tomó el viejo sendero
de salida del Bosque Escondido, cruzando la meseta donde se hallaba.
Ya podía ver allá al
fondo la Montaña de la Suerte.
No podía negar que estaba
un poco asustado, y cuando llegó al borde de la meseta, para empezar
a bajarla, sintió un chistido que le hizo dar un vuelco al corazón.
Quien sería??
-Te pensabas ir sin
avisarme eh?
Era Lucy la gatita quién
hablaba.
-Lucy! Exclamó Nario,
pero... Que haces acá?
-Yo podría hacerte la
misma pregunta no? Pues... que vengo a acompañarte, o que creías.
Además, hace días que esperaba que hicieses algo así.
-Pero... empezó a decir
Nario
-No, sin peros amigo.
Andar solo por lugares desconocidos y más siendo cachorros es
peligroso así que si te vas yo voy contigo, y está decidido.
-Bueno, Lucy, lo has dicho
todo... Yo encantado que me acompañes. Ya tendrán tiempo los
mayores de retarnos por esta locura. Por cierto Lucy...Tomaste Agua?
-Claro, mirame la panza...
estoy hinchada.
Ambos echaron una risita y
Nario dijo:
-Bueno, andando entonces.
-Primera parada, el Valle
de las Flores, dijo Lucy. Y bajó corriendo por la alta barranca
rumbo al valle. Nario corría detrás.
Cuando llegaron abajo,
Lucy dijo:
-Será mejor que nos
calmemos y no malgastemos energía que luego vamos a precisar.
-Tenés razón Lucy. Y
quiero decirte que me ha puesto muy contento que hubieses aparecido
asi de improviso.
-Vamos a aprovechar que el
sol recién sale para nutrirnos un poco, dijo la gata.
-Buena idea, respondió su
amigo.
Miraron al sol por el
tiempo necesario, y cuando enfilaron rumbo al sur, allí les esperaba
imponente como siempre, la gran Montaña de la Suerte.
Iban cruzando el valle
cuando Nario observó algo que al principio le parecía una ilusión
óptica.
Le pareció como que la
Montaña de la Suerte se había movido. Pero no dijo nada y siguió
caminando.
Y luego le ocurrió de
nuevo, pero fue Lucy quién habló:
-Nario?
-Que?
-No has visto nada...
fuera de lo común?
-Entonces vos también lo
viste... como que se movía la montaña?
-Si, la motaña...
Fue en ese momento que
sintieron un gran temblor de tierra.
Y la Montaña,
increiblemente parecía separarse en dos montañas diferentes.
-Pe...pe...pero que es
esto? Balbuceó Lucy
-Ni idea, Lucy, ni idea...
Se quedaron allí, en
medio del Valle, muy quietitos, observando aquel fenómeno.
De pronto, aquellas
gigantezcas moles parecían tomar nuevas formas, era un espectáculo
alucinante. Pero aún más cuando Nario y Lucy adivinaron las formas
que se estaban creando!
La forma de la izquierda
pareció sacudirse de una manera que a Lucy le era muy familiar.
-Estamos viendo lo mismo?
Dijo Nario, casi sin poder creer lo que veía.
-Son... un perro, dijo
Lucy
-...y una gata, continuó
la frase Nario.
-Pero... quizo decir Lucy,
pero ya no le salían las palabras, Y tampoco a Nario.
Las formas se definieron
aún más, y no había lugar a dudas. Frente a ellos, estaban en
posición de sentadosm un gigantezco perro y una gigantezca gata,
hechos de material de montaña al parecer. Y se movían. Y parecían
mirarlos a ellos.
Nario y Lucy se sentaron
del mismo modo que sus figuras gigantes, y se quedaban mirando
también del mismo modo.
Cuando se les pasó el
momento de estar nerviosos y contemplaban realmente la belleza de
aquel fenómeno, empezaron a oir sus voces.
Y las voces de aquellas
imponentes criaturas, tenían una particularidad. Hablaban las dos
simultáneamente, diciendo ambas, exactamente lo mismo.
-Queridos Hermanos! El
valor que han demostrado al salir del Bosque, a pesar de su joven
edad, ha sido lo que nos ha sacado de la inmovilidad aparente de esta
Montaña.
Asi como las criaturas
despiertan, todo tiende a despertar: desde lo más pequeño a lo más
grande. Eso es la Vida: Buscar las mejores condiciones para que más
Vida venga a la Vida.
El momento está cerca,
muy cerca.
El desequilibrio debe
llegar a su fin en este Mundo. Por eso hoy la Tierra hace el Llamado.
De unas formas o de otras.
Los más Inocentes lo
escucharan muy claramente, así como ustedes lo están haciendo.
Una Estrella Azul vendrá
bailando.
Las Criaturas de Paz
sentirán la Unidad, que debe desarmar a las criaturas de guerra.
La Chispa de los Corazones
tendrá la última palabra.
El Amor será...
Queridos Hermanos: Los
Viajeros ya regresan. El Bosque los necesita.
Resistan otro poco. Lleven
la Buena Nueva a sus Hermanos. No lo olviden.
“La Chispa de los
Corazones tendrá la última palabra... y será Amor”
Los dos gigantezcos
animales volvieron a moverse, se abrazaron, y poco a poco procedieron
a fundirse uno en otro.
Nario y Lucy miraban
atónitos como la Montaña volvía a ser la misma de siempre.
No tenían palabras en ese
momento, asi que solo se miraron y comprendieron que no era el
momento de partir. Que era el momento de tener Paciencia.
Por que además... bueno,
por que además debían llevar la Buena Nueva... era lo que la
montaña les había encomendado. Y además, por que según ella, los
Misionarios estarían regresando.
Cuando iban a atravesar el
desfiladero de entrada al Bosque, Lucy le dijo:
-Nario, no podemos olvidar
nada de lo que se nos ha revelado. Deberíamos contarlo de inmediato,
temo olvidarme
-Si Lucy, estoy de
acuerdo, pero antes de entrar permíteme algo, dijo Nario, y acercó
su morro al de ella, y se quedaron asi por un ratito.
Muy lejos de allí, o tal
vez muy cerca, quién lo sabe... el Niño signa su dibujo poniendo
“Lucy y Nario deciden regresar”, en él se puede ver un perrito y
una gatita, los dos de ojos cerrados, entre dos paredes de altas
rocas y con las cabezitas bien juntas.
*
* *
XV
El Hombre de la Pluma se
había levantado muy temprano, y ahora bebía un café, enfrente a
una hoja en blanco.
Había empezado a escribir
aquella historia sobre los animales del Bosque como un juego de su
Imaginación.
Lo que ocurría era que
aquellos animales de la ficción, parecían hacérseles cada vez más
reales.
Y por que quería verlos,
y conocerlos, era que los llamaba.
Pero. Que eran?
El sabía bien que existía
una honda sabiduría en todas esas criaturas que en diferentes
niveles luchan por salir adelante.
Por ese motivo imaginó el
Lenguaje Universal de los Animales Secretos, para que todas esas
criaturas y todos en la Tierra pudiesen comunicarse y sobre todo:
Entenderse.
Y por eso imaginó lo del
Agua Cristalina, para que las criaturas no tuviesen que seguir
alimentándose de otras criaturas, y asi todos pudiesen darle una
oportunidad a la Paz, sin amenazas, ni peligros para ninguna especia.
Y aquella misma mañana se
dió cuenta.
Por que él también
adivinaba ese momento. Ese Momento que se acercaba preñado de
Maravillas.
Y ya no quizo seguir
forzando las situaciones de los Animales del Bosque Escondido. Había
expuesto a gran peligro a la Tríada del Este, con aquellos temibles
lobos.
Entonces reescribió:
La Paloma Picasa había
alzado el vuelo gritando:
-Andando! Andando! Pero,
al subir a cierta altura, pudo ver que se acercaba una figura humana
hacia ellos. Una figura humana que la Paloma reconoció de inmediato.
-Que viene el chamán! Que
viene el chamán!
Entonces el hombre de la
Pluma terminó su café. Dejó la Pluma sobre la hoja ahora escrita.
Ahora sabía que los
lunáticos no tendrían la posibilidad de seguir usando a la
Humanidad. Por que los lunáticos no tenían imaginación para crear
nada.
Lo que quiera que fuesen o
hubiesen sido: Adiós!
La Montaña lo dijo:
El MOmento se acerca.
Pero el Momento es Ahora,
agregó él.
Siempre es Ahora...
*
* *
XVI
Luego de aquel dibujo en
que Lucy y Nario recostaban sus cabezitas a la entrada del Bosque, el
Niño que dibuja había dejado de ver aquel flujo de imágenes que lo
inspiraban.
Desde luego que a ndaie le
había contado esto que le había estado ocurriendo los últimos
días, ni siquiera a su Madre, pero ahora aquello parecía haberse
detenido.
En su lugar, había una
imagen fija.
Se trataba de una
imponente torre de color negro, aunque no acertaba a saber que era
aquello, por momentos parecía un rascacielos negro que alcanzaba las
nubes; por momentos la torre de un castillo igualmente negro
profundo.
Asi que allí estaba la
imagen. Pero a él nada le apetecía dibujarla, era muy fea... es
más, era siniestra.
Ese día, el Niño que
dibuja no dibujó nada.
Estuvo jugando con el
programa “Scratch”, haciendo unas graciosas animaciones con una
foto recortada de su tía para distraerse, pero cerraba los ojos, y
allí estaba inmóvil y molesta. Y así todo el día.
Mientras cenaba, haciendo
montañitas con el puré para luego aplastarlas, se le ocurrió la
idea.
Y es que, ya que la imagen
no se iba, por que al parecer todo indicaba que debía dibujarla. Lo
que él imaginó fue algo ligeramente distinto...
El Niño que dibuja subió
a su cuarto.
Ya vería aquella torre
oscura quién era él.
Y se puso a la tarea...
Esa noche, como casi toda
esa semana, su Mamá entró a apagar la luz de la portátil, pero
esta vez su hijo ya estaba acostado y dormido, por lo que no tuvo que
trasladarlo esta vez.
Fue a mirar sus dibujos,
esperando encontrar aquellos simpáticos animalitos, pero se encontró
con algo distinto.
El último dibujo era
bastante oscuro, y la Mamá contuvo una exclamación al mirarlo.
Aquello parecía un
edificio negro que se desmoronaba, al parecer por el contacto de una
especie de lengua de fuego.
Por algún motivo, la
imagen le resultaba familiar, pero no alcanzaba a reconocer de donde.
Fue hasta su Niño, lo
volvió a arropar y a darle otro beso en la frente, luego de
apartarle su largo cerquillo.
A continuación apagó la
portátil del escritorio y dejó la puerta del dormitorio
entreabierta, como siempre lo hacía.
A la Mamá, le costó un
poco más dormirse que otras noches.
*
* *
XVII
La Niña de los Mandalas
estaba aburrida.
Su familia había decidido
pasar la tarde en el Río, pero no tenía ni ganas de bañarse, ni de
hacer otra cosa.
Lo que venía ocurriéndole
hacía días era algo diferente a cualquier otra cosa que le hubiera
tocado vivir. Pero, de alguna forma misteriosa, todas aquellas
intuiciones sobre tales y cuales animalitos con una misión que tenía
que ver con los humanos, le parecían exactamente lo correcto.
Por que si bien muchos
humanos querían seguir dormidos, eso ya no era posible, eso era
parte de su Intuición. Otra parte era justamente esa en que los
hermanos de la tierra, los animales, venían de unas u otras maneras
para ayudarlo a despertar al ser humano.
Ella tenía su Arte. Su
Arte era más que nada sus Mandalas. Eso la mantenía Despierta. Pero
ahora, allí, a la orilla del río, no podía encontar su expresión,
y se sentía aburrida.
Su hermanito jugaba en la
arena con unos baldecitos y una cuchara.
De pronto, dejó de pensar
tanto, y se quedó simplemente allí, sentada, abrazando sus piernas
con sus brazos, con un lado de la cabeza recostado en las rodillas, y
el pelo cayéndole hasta la arena.
Mirando el agua del Río
pasar... escuchando su rumor.
Empezó a sentir el canto
de los Pájaros, y casi sin buscarlo empezó a sentirse bien. Y a
darse cuenta que estar allí, en medio de la Naturaleza, era un
hermoso regalo.
Se emocionó mucho, pero
nadie se dió cuenta.
Estuvo así, un buen rato,
disfrutando aquella sensación.
-Ahora si estás aquí...
La niña alzó la cabeza,
pero...Quien le había hablado?
Lo había oído
perfectamente, pero no era la voz ni de sus padres ni de su hermano.
Había dicho: “Ahora si
estás aquí”, eso podría jurarlo.
Buscó en los alrededores,
pero los únicos que allí estaban, eran su hermanito, que seguía
allí en la orilla, jugando, y sus padres, que estaban algo más
lejos, hablando entre ellos, pero sin dirigirse a ella.
Entonces, oyó la extraña
voz una vez más.
-Búscala... y
Recuérdala...
Niró en dirección al
lugar de donde procedía la voz. Y de la copa de un alto árbol vió
como un pájaro de plumaje negro azulado y pico anaranjado alzaba el
vuelo.
El pájaro, si es que
había sido el pájaro, no dijo otra cosa y se perdió detrás de
aquel monte nativo.
Aquello la había
emocionado, no tenía dudas, pero en seguida volvió a calmarse, y
volvió a descansar su atención en la corriente del río.
Se acercó a la orilla. Y
su hermanito le ofreció sus baldecitos, y ella los tomó. Uno en
cada mano.
Entonces procedió a
llenarlos de agua del río. Se quedó mirando el contenido de los
baldes, el Agua se había reposado. Entonces, en uno de ellos vió
algo asi como estrellitas... ese balde lo volcó en la tierra, justo
al lado de donde estaba su hermanito, que en seguida se puso a jugar
con el barro producido...
El otro baldecito lo llevó
hasta el río, donde la Niña se había metido hasta los tobillos.
En el fondo de aquel
baldecito había lo que parecía otra estrella.
Era una sola, pero estaba
más definida.
Era una Estrellita Azul.
Una Estrellita Azul que
parecía bailar.
Una Estrellita Azul que
empezó a girar.
Y al girar, la Niña
empezó a ver surgir otros colores: amarillos, rojos.
La Niña observaba bien
aquello. Si, era genial.
Aquel era su próximo
Mandala.
Entonces, vació el
baldecito con agua en el Río y su familia la escuchó cuando dijo:
-Adiós Estrellita! Te
veré pronto!
*
* *
XVIII
El Caminante rumbeaba
hacia el norte.
Al norte, les esperaba el
Bosque Escondido, y es adonde quería llegar.
Sin embargo, algo en su
corazón parecía detenerlo.
Por lo general parecía
llevar alas en los pies, pero desde que se habían marcado el Bosque
como destino, como que algo parecía frenarlos.
-Que pasa? Dijo el
Caminante
-Estabas otra vez hablando
en sueños, respondió el gorrión desde su nido-bolsa en el suelo.
-Como? Dijo el hombre,
comprobando que efectivamente estaban acostados, y era de noche, pero
tenía bien presente su sueño. Y por momentos dudaba si era el
caminante que soñaba o era el soñador que caminaba...
-Y de que hablaba?
-Bueno, decías algo de la
luna me parece
-Si, de la luna, corroboró
Pelufo con mucha pereza.
-Les cuento que soñaba,
si, pero era como estar viviéndolo. En el sueño caminábamos de
noche, para ganar tiempo...
-Para llegar cuanto antes
al Bosque? Dijo el perro.
-No, no era hacia el
Bosque que íbamos.
-Y hacia donde entonces?
-Volvíamos...
-Volvíamos? Pero a donde?
Preguntó Julio Verne desconcertado.
-Ahora lo se!
-Que?
-Tenemos que volver.
-Pero a donde? Volvió a
preguntar el perro.
-Tenemos que ir a buscar a
los amigos que dejamos atrás.
-Pero...y por que mejor no
los esperamos en el Bosque.
.No, tenemos que ir, por
que ellos no saben que tienen que volver.
-Y como lo sabes Tu?
Preguntó el perro.
-Por que lo he soñado
Pelufo, por que lo he soñado.
-Bueno, pero entonces...
dijo el gorrión.
-Entonces yo creo que es
buena hora para partir, dijo Beto, el Caminante.
-Ahora? En plena noche?
-Si... como en el
sueño...Caminemos de noche. Pelufo, si estás muy cansado yo podría
cargarte.
-No, tranquilo Beto. Si ya
estoy desvelado.
-Asi que Caminata
Nocturna, dijo el gorrión.
-Es lo que siento, dijo el
hombre.
La luna brillaba allá en
lo alto.
Y alguien...en algún
lugar, pensaba en que tendría que ver la luna, con los lunáticos...
*
* *
XIX
La Lechuza Relámpago
volaba en círculos sobre sus amigos, observándolos.
Le costaba creer lo que
estaba ocurriendo, pero lo comprobaba ya por tercera vez. Y es que
sus amigos no daban sombra.
El mediodía, al parecer,
había ocurrido hacía ya mucho rato, pero no había dudas de que el
mediodía continuaba, por que sus amigos no daban sombra.
Decidió bajar y
contárselos.
-Oigan! Dijo Relámpago,
creo que está ocurriendo algo.
-Nosotros también tenemos
la sensación, pero no sabemos que puede ser, dijo Ojito, hablando a
título de Colafuego.
-Bueno, les cuento lo que
vengo observando hace ya rato. Y es que... ninguno de ustedes
proyecta sombra.
Y entonces comprobaron las
palabras de la Lechuza, observándose que, efectivamente no
proyectaban sombra alguna.
-Y hace mucho que ocurre?
Preguntó Colafuego.
-No lo se, pero un buen
rato, si
-Y a vos que te parece?
Preguntó el perro.
-Que que me parece? Dijo
la Lechuza. Pues que hasta donde yo se, esto no tiene nada de normal.
-Entonces que? Se ha
detenido el Sol? Dijo el perro.
-No tengo idea, o tal vez
la Tierra, que es la que gira, agregó Ojito. Gaia sigue en
silencio...
-Tengo sed, dijo
Colafuego, no se lo que daría por un trago de Cristalina...
Relámpago, entonces,
salió a buscar agua.
Muy lejos de allí, o tal
vez muy cerca, la Tríada del este contemplaba en silencio la nueva
aparición de aquel hombre al que conocían como “Chaman”.
Supieron que su verdadero
nombre era Piedra Palpitante. Y Piedra Palpitante les habló asi:
-Amigos, hasta aqui hemos
de llegar. Lo que debía hacerse ha sido hecho. Es hora de Regresar a
Casa.
-Pero como? Y la Niña...de
los Mandalas? Preguntó Picasa.
-No se preocupen. La Niña
ha hecho lo debido. A través de su arte, muchos podrán abrir sus
propios canales, y muchos podrán sanar.
Ustedes ayudaron a que
ella descubriese su Medicina, para compartirla.
-Y cual es esa Medicina?
Preguntó Rufo, el mapache.
.Los Mandalas mismos...
esa es la Medicina de la Niña.
-Entonces regresamos al
Bosque? Preguntó Artax.
-Si, dijo el chamán.
-Pero...Y los lobos?
Preguntó Liber. Estarán allí todavía...
-No, los lobos fueron una
prueba superada. Viajaré con ustedes, nada habrá que temer.
Los animales que iban al
este, ahora volvían al oeste.
Muy lejos de allí, o tal
vez muy cerca. Los amigos que cruzaban las montañas peladas con
rumbo a una playa, se habían detenido. Estaban un poco agobiados por
el sol, y en aquellas montañas, que en realidad más bien parecían
cerros, era difícil encontrar alguna sombra.Fue Hugo el zorzal,
quién iba volando junto a Emerson, el Halcón el que vió primero
aquella figura a lo lejos,
-Emerson, allá viene
alguien.
-Si,es verdad, diría que
es una mujer.
-Tiene el pelo rojo...
-Y viene con rumbo a
nosotros, dijo el halcón.
-Bajemos a contar la
novedad, dijo Hugo.
Y asi lo hicieron...
-Pelo rojo? Dijo Nina
-Si, así lo tiene, como
la cola de Colafuego, dijo Hugo.
-Tal vez...tal vez sea...
tal vez se trate de la misma chica que vi cuando me estaba ahogando
allá en el río, dijo Nina.
-Tendrás que verla, dijo
el halcón. Solo asi podrás saber.
Algo está ocurriendo
ahora mismo) pensó Mijail. Pero fue Nina la que lo verbalizó:
-No se que es...pero está
pasando, dijo Nina.
Todos lo sentían, era un
estado que tenía algo de desorientación y algo de euforia. Y una
sensación de inminencia. Como de que algo importante estuviese a
punto de ocurrir.
Cuando estaban comentando
exactamente eso, fue que vieron aparecer a la Mujer que estaban
esperando.
-Así que acá nos
encontramos, Dijo la Mujer. Y aunque no hablaba el Lenguaje
Universal, los amigos le entendieron.
-Eras Tu! Dijo Nina, y
corrió hasta la Mujer, que la agarron en brazos y quedaron asi, como
abrazadas. Nina sabía que el llamado de aquella chica de pelo rojo,
había puesto al Mago en su camino; y que gracias a ellos, habían
salido de aquel caudaloso río.
Luego de eso, le
transmitieron “El Legado”. Y ya quedaron naturalmente hablando
-Primero que nada, dijo la
chica del pelo de fuego, gracias por el Legado, y gracias por venir,
y gracias por ser y estar aquí. Creo que, tal vez como a ustedes
también les ocurra, no puedo explicar los hechos y las cosas que nos
están ocurriendo, pero si estoy segura que tanto ustedes como yo,
nos estamos dejando guiar por el sentir de nuestros corazones, y eso
es suficiente.
Votán, el ratoncito, se
acercó hasta la chica.
-Maryam, dijo Votán el
ratoncito, yo también te vi. Estabas en la playa.
-De allí vengo, dijo
ella, allí vivía.
-Y ahora? Vamos hacia esa
playa?
-No, es mejor alejarse de
las ciudades ahora. Creo que lo mejor es volver al Bosque ahora.
-Regresar al Bosque? Dijo
Nina.
-Si, dijo Maryam. Regresar
al Bosque. Algo que tiene que ver con mariposas, no se bien... pero,
si, lo mejor ahora es el Bosque.
-Oigan! Miren eso! Dijo el
ratón. Miren el sol!
Cuando miraron, vieron que
el sol parecía girar sobre si mismo, y parecía pulsar, parecía
latir... La sensación que antes tenían ahora se volvía una cosa
real.
Relámpago fue la primera
en ver a Beto y a Pelufo acercarse caminando hacia el grupo. Con el
infaltable Julio Verne paradito sobre la bolsa-nido al hombro del
caminante.
-Beto!! gritó la Lechuza.
Y Ojito y Colafuego salieron en dirección a donde venían los
caminantes.
-Has vuelto? Dijo Ojito.
-Hemos vuelto... teníamos
que alcanzarlos, dijo Beto un poco agitado.
Caminamos por la noche
para llegar a ustedes cuanto antes. Que alegría reencontrarlos!
-Nosotros estamos bastante
confundidos, dijo la lechuza, no lo han notado?
-Si hemos notado que? Dijo
Beto
-Al parecer el sol no
avanza, es como si el mediodía se hubiese quedado estancado.
-Puede que sea la Tierra
la detenida, agregó Ojito. No tengo dudas de que esto es una
poderosaa señal, pero todavía no sabemos que signifique.
-Bien, si, como sea, dijo
Beto. Pero les diré por que decidimos de volver.
-Si, eso, dijo Colafuego.
Por que has vuelto?
-Volvimos a buscarlos.
Para volver juntos al Bosque. Tuve un sueño. Un sueño Guía. Espero
que confíen en él, se que es difícil.
-Pero y el Niño? El Niño
que dibuja? Preguntó Colafuego.
-El Niño que dibuja,
seguirá haciéndolo. Nuestra historia continúa en el otro sentido
ahora, si deciden volver con nosotros. Rumbo al sur...
-Siento un alivio al oir
tus palabras, Beto, dijo Ojito. Y siento que ahora, el regreso es lo
correcto. De alguna manera, lo que veníamos a hacer ha sido hecho.
Ha sido una semilla plantada que crecerá en un Mundo Nuevo.
Las Tríadas volverán a
salir, pasado el inevitable período de controversia que nos toca
vivir.
Ahora hay que volver, como
ha dicho Beto.
-Bueno, con esto del sol
quieto lo que más quiero yo es volver con los nuestros, dijo
Colafuego. Estar con mis hijos.
-Ey! Miren el sol! Dijo
Pelufo. Parece que bailase.
El Hombre de la Pluma
escribió:
“De ese modo, todos los
animales que habían salido en misión a difundir el Lenguaje
Universal, y a contactar Humanos, comenzaban a volver.
Al parecer el sol se había
estancado. O acaso era la Tierra... El sol había sido visto girando
y bailando. Y todos convenían en que las señales se habían soltado
y andaban por ahi, por todos lados. Indicando cosas que aún no
estaban del todo claras.
Las criaturas estaban todo
lo alerta que podían, pero... Que era? Aún no lo sabían. Lo que si
sabían, es que los animaba una secreta confianza en ellos mismos.
*
* *
XX
Las Mariposas Azules
venían adelante.
Millones de Mariposas
venían cruzando el cielo, como una interminable nube multicolor.
Como un arcoiris fragmentado o hecho añicos.
Las mariposas aquellas
habían aparecido y estaban tapando el Sol en plena actividad, con
aquellos giros y pulsos.
De donde venían tantas
Mariposas? Todos se lo preguntaban. Pero ni siquiera los más
eminentes Entomólogos tenían la respuesta.
Y quienes las veían, se
daban perfecta cuenta que lo que estaban viendo, era un suceso
extraño que excedía los límites de la Naturaleza... un Prodigio...
Y es que eran tantas...
Lily, la Niña de los
Mandalas, veía la escena a través de la ventana de la cocina. Su
Madre veía lo mismo en la pantalla de su ordenador.
De todas partes del
Planeta, llegaba el testimonio de la repentina aparición de
infinidad de Mariposas. Azules, rojas, amarillas, blancas, negras,
que estaban cubriendo la bóveda celeste, tapando al Sol y nublando
todo el Orbe.
Lilly percibía algo
falso, algo ilegítimo en aquellas invasoras, pero igual le
resultaban fascinantes, era imposible que no te fascinasen.
Lilly abrió la puerta de
la cocina y salió afuera.
El efecto en el cielo era
tan sobrenatural, que uno se quedaba sin palabras...
-Mamá! Vení a ver!
Y mientras la Mamá de
Lilly salía cautelosamente al jardín, Lilly empezó a sentir un
sonido de tambores. Primero muy dévil y lejano, pero poco a poco más
fuerte y claro. Y, dado que vivían en el campo, no podía imaginar
de donde procedía aquel retumbar de tambores.
Tino, que era el nombre
del Niño que dibuja, también estaba afuera contemplando aquel
súbito oscurecimiento.
Los adultos hablaban sin
concierto, suponiendo una y mil cosas.
Pasado un rato, les oyó
decir que se había interrumpido el suministro eléctrico, y las
redes de comunicación también estaban caídas. De manera que no
había forma de saber como la ciencia y los gobiernos explicaban
aquel fenómeno, si es que tenían alguna explicación sobre su
origen. Cosa que los padres de Tino dudaban.
Tino no era de mucho
hablar, a menos que tuviese algo importante que decir. Asi que lo
único que le dijo a sus padres y a los otros dos adultos que estaban
de visita fue:
-Podrían hacer un momento
de silencio, me parece que oigo música
Los mayores hicieron
silencio, pero no alcanzaban a oir, eso que Tino ya escuchaba, y que
era algo así como una Sinfonía, esas piezas de Música antigua,
hechas con muchísimos instrumentos diferentes.
Pero lo que más curioso
le resultaba a Tino de esto, era que los instrumentos parecían venir
de diferentes puntos cardinales y no de un mismo lugar o fuente, que
es lo que hubiese correspondido.
Maryam, que era el nombre
de la chica del pelo color de fuego y que a veces podía adivinar
algunas cosas, se sentó un momento en el pasto y los animales
hicieron lo mismo.
Hacía muchas horas que
caminaban en la penumbra, y estaban algo cansados.
Aquellas mariposas habían
aparecido de la nada y habían cubierto el cielo. La Tierra parecía
ir poniéndose cada vez más oscura.
Maryam se había echado
boca arriba en el pasto, mirando aquel interminable tapiz de
mariposas que todo lo cubría.
Entrecerró los ojos, y
empezó a Ver.
Veía a sus nuevos Amigos,
y veía a sus viejos amigos.
Veía mucha gente
desconocida también.
Ella podía verlos, y
todos ellos parecían mirar hacia arriba. Ella los veía como en
grupos, y no alcanzaba a saber lo que estaba ocurriendo.
Parecían como
hipnotizados...
Maryam notó eso y empezó
a hablarles...Se dió cuenta que lo hacía en el Lenguaje Universal,
y además lo hacía mentalmente, no podía hacerlo de otra forma.
Lo que buscaba era
sacarlos de esa especie de trance en el que estaban todas esas
criaturas.
Algunas parecían no
oírla, pero algunas parecía que si, daban vuelta su cabeza y
algunos hasta la reconocían.
-Amigos! Les decía
Maryam. No nos dejemos engañar. Este momento está siendo
aprovechado para que aceptemos cualquier cosa que digan esas voces
ajenas. Tenemos que alzar nuestras propias voces.
Y esa voz debe provenir de
nuestros propios corazones.
Muchas de aquellas
criaturas que estaban en la visión de Maryam, se dieron cuenta que
podían hablar como Maryam, y supieron que aquello era también el
Lenguaje Universal de los Animales Secretos.
Maryam les pidió que
compartiesen el mensaje... El mensaje de que la Humanidad y las
Criaturas no eran la suma de los seres separados, sino la Unidad de
Algo más grande... La Unidad que permitiese a las finas frecuencias
del Amor ingresar con Fuerza en este Mundo.
Y si.
Asi dió comienzo la
Revolución del Amor.
Maryam salió de la
Visión. Nina estaba a su lado, acariciándola.
-Empezaste a gritar, le
dijo Nina
-Es que... es que me acabo
de dar cuenta de muchas cosas.
-Bueno, ahora tranquila,
dijo la Zorrita. Tenemos que llegar a un lugar seguro, ya casi no se
ve.
Y aúun falta bastante
para llegar a nuestro Bosque.
Juan, que era el nombre
del Mago; había detenido su carro, le había quitado los arneses a
la Mula Plateada , y le dijo:
-Amiguita, este carro se
queda acá, ya no más esfuerzos mi Querida.
-Me encantó hacerlo, pero
igual, gracias por el cambio, dijo Plateada.
-Ahora, dijo el mono
Titus, Entramos a las montañas peladas o esperamos? No se ve casi
nada...
-Yo diría de esperar,
dijo Juan Doe.
Beto, que era el nombre
del caminante, se detuvo y dijo:
-Cada vez se ve menos.
-Si, dijo Colafuego.
Relámpago ve mejor en la oscuridad, y nos puede guiar, pero avanzar
por acá abajo se está poniendo difícil.
Fue la ranita quien dijo:
-Descansemos, intentemos
dormir un rato.
A todos les pareció buena
idea, y se acurrucaron unos con otros, como solían hacer allá, en
el Bosquecillo, luego de celebrada la Luna Nueva.
Con la diferencia que
ahora no podían ver ni una sola estrellita allá arriba.
Las mariposas, tan
hermosas al principio, habían dejado todo sin luz.
Los amigos, allá abajo,
por la superficie de aquel precioso planeta azul, cerraban los ojos y
veían y soñaban con otras criaturas que a su vez cerraban los ojos
y veían y soñaban con ellos y también con otras criaturas.
Esas criaturas, se
empezaron a comunicar en esos sueños y en esas visiones, de la misma
manera en que Maryam lo hizo por primera vez.
Y de esa forma, se
empezaron a conocer.
Y las consignas eran: Hay
que aguantar. No olvidarse. Hay que ReUnirse. Nos tenemos que Unir...
Esas cosas, y otras muchas
pasaban por la Mente y los Corazones de los Habitantes de la Tierra.
Piedra Palpitante, que era
el nombre del chamán, viajaba por el mundo de los sueños. Siempre
lo había hecho. Pero ahora era distinto.Las Criaturas del Mundo
estaban asustadas.
Los cambios habían
ocurrido muy deprisa. Así como los ancianos habían dejado dicho.
Llevaban dos días de
oscuridad y les resultaba complicado avanzar en el terreno.
Piedra Palpitante había
improvisado una antorcha. Y con ella se abrían paso en aquella
oscuridad. Había transmitido el Legado a algunos temerosos animales
que por el camino se iban encontrando, y el grupo se había empezado
a ampliar.
Ahora descansaban, pero
solo físicamente, por que el Mundo del Sueño estaba remezclando
Realidades e Ilusiones.
Piedra Palpitante
recordaba que los antepasados habían dejado dicho y él mismo había
llegado a comprobar que el Tiempo era el aliento del Universo. Y que
su camino era una Espiral. Una Espiral Armónica, donde todo se
corresponde.
Los sueños, son el canal
por donde la gente porvenir y los antepasados, se unen con Nosotros.
Justo ahora.
Y Piedra Palpitante supo
que los Espíritus pequeños, como el suyo, debían unirse para crear
uno Mayor.
La Unidad, debía
llevarlos a la Conciencia de ser un Gran Espíritu. Así que allí
estaban todos: Los que habían Sido, los que Eran y los que todavía
no estaban, pero Eran también.
El había conocido al Gran
Espíritu, pero lo que ahora estaba descubriendo, es que el mismo y
todos eran el Gran Espíritu.
El Sueño se lo había
enseñado.
(Seguir Fuertes. No
doblegarse. No recaer en el olvido. ReUnir a las Naciones)
Teodor, que era el nombre
del hombre de la Pluma, estaba por momentos un poco perdido.
Todos los personajes de su
Historia estaban actuando con valor y luchaban con todas sus fuerzas
en el corazón de la tinieblas, para que el Mundo Nuevo pudiese
Nacer.
Era un proceso arduo, por
que tenía muy en claro el dolor y la injusticia que dominaban su
Planeta.
No tenía idea que era eso
de los Lunáticos que confundían a los Humanos. Los Lunáticos eran
tan solo esos seres que en su ignorancia, solo daban valor a las
cosas como el dinero y el poder sobre otras criaturas. Esos eran en
realidad los lunáticos: los que alimentan su parte y prosperan a
costa de los déviles.
El sabía que la Humanidad
y todas sus criaturas, estaban más que hartas de la injusticia y del
engaño. Incluso aunque no fuesen concientes de ello. Por que estaban
hipnotizados por esos lunáticos que de tanto repetir las mentiras
habían confundido todo y a todos.
Lo que hizo Teodor fue
seguir escribiendo para mantener aquella confusión a raya, era su
Medicina y lo sabía.
Era posible que su
historia no cambiase significativamente el curso de las cosas, eso no
podía saberlo; pero lo que tenía valor era el Intento de seguir
luchando con los que Eligen Servir a los Demás, frente a los que
eligen solamente servirse a si mismos.
Había que Resistir.
Había que Recordar.
Y Había que ReUnirse.
Entonces, al tercer día
de aquellas tinieblas, todas las criaturas de buena voluntad
comenzaron a sentir aquella percusión y aquella Música.
Era un tronar de Tambores
por la bóveda del cielo. Y una enorme Sinfonía de sublime Belleza
que parecía provenir de todas las cosas.
Y así, cada criatura
sintió su corazón latir con él ritmo de aquellos imponentes
tambores.
Y cada criatura sintió
nacer sus propias Notas.
Las Notas que daban la
armonía a aquella Inmensa Sinfonía de la que toda Vida formaba
parte.
Y ocurrió que, encima de
cada grupo de Criaturas Reunidas, un repentino agujero en la
oscuridad permitía de nuevo Ver el Cielo Azul. Y a medida que los
agujeros crecían, y el Cielo volvía a ser el de siempre, las
Criaturas espontáneamente se ponían a Bailar y a Cantar.
Por que Ahora era la Hora.
Y habían conocido el
Lenguaje Universal.
Y nadie volvería a tratar
mal a nadie, por que Ahora... Todos Sabían Todo...
+
+ +
XXI
Alegría grande había
aquella mañana en el Bosque Escondido.
El Día y la claridad
habían vuelto. La oscuridad se había ido.
-Abuelo, le dijo Nario a
Sirio, no me acompañaría hasta el Valle Florido? Tengo fuertes
ganas de ir ahí...
-Por supuesto Nario. Hoy
es un Día especial...aunque todos los son en realidad.
Otros cuantos animales
salieron acompañándolos, del Bosque, rumbo al Valle.
No podían ocultar aquella
sensación de Felicidad y de Conexión luego de lo que había
acontecido aquellos últimos días.
Y también volvían a
sentir aquella hermosa Música que a tantos había dado esperanza en
los momentos más oscuros, esa música que nadie podía precisar su
origen... Era una música que parecía provenir de todas las cosas...
No podían explicar como
habían llegado tan deprisa, pero no habían dudas, ya estaban
cruzando la montaña de la Suerte.
-Ojito, dijo Colafuego. No
te pasarías al bolso de Julio Verne, siento que tengo que correr,
pero ahora mismo.
-Me imagino las ganas de
llegar que debés tener, le dijo Beto.
Ojito saltó, y Colafuego
salió corriendo que no se lo veía.
Llegó hasta la ladera que
daba al Valle Florido y empezó a bajar corriendo la ladera echando
polvo por todos los lados.
A punto de bajar la
meseta, Nario vió la nube de polvo allá a lo lejos en la montaña
de la Suerte, y en su corazón lo supo.
(Papá!!!)
Y antes de que Sirio
pudiese decir nada, su nieto estaba echando polvo bajando por la
cuesta de la meseta.
Sirio observaba todo desde
su posición privilegiada allí en la altura.
Y fue testigo de como su
Hijo Colafuego y su Nieto Nario, ambos corriendo por el extenso
valle, cada cual desde su lado. Los vió como se acercaban, hasta
encontrarse exactamente en el centro mismo del Valle Florido. Pero
entonces Sirio ya no podía verlos bien, por que se le habían
llenado los ojos de láhrimas.
Durante todo el día
estuvieron llegando los viajeros y también sus nuevas compañías.
Llegaron primero Beto con
Julio Verne y Ojito en su bolso colgante y la Lechuza Relámpago
directo al Balneario a darse un chapuzón.
Llegaron más tarde Artax,
Rufo, Picasa, Piedra Palpitante, y otra serie de amigos que
encontraron durante la odisea del regreso.
Increíblemente llegó la
tercera Tríada esa misma tarde, con Mijail, Nina, Hugo, Anerson,
Maryam, Juan, Plateada, Titus y unos cuantos amigos más.
Emotivos encuentros y gran
Energía en todo el Ambiente del Bosque. Saludos, abrazos,
reencuentros, y aquella sensación de que las cosas, a pesar de todo,
habían salido Bien.
Los nuevos visitantes
reconocían sorprendidos aquel Bosque del que tanto habían oido
hablar.
Más tarde, todos se
trasladaron al Valle Florido a esperar a los que seguían llegando.
Había una gran cantidad
de Criaturas, y todos se estaban conociendo y reconociendo cuando la
música aquella regresó con más fuerza sobre el atardecer. Y nadie
sabe quién fue el primero en ponerse a bailar, pero en pocos
instantes, todos los Seres Vivos, allí en Valle Florido se movían
con aquella Hermosa Música, que era la Comunión de la Música de
las Esferas y de las Almas Despiertas.
Muy cerca de Todo, Ahora,
la Distancia y el Tiempo eran Aliados. La Energía había vuelto, la
energía Sana, y el Mundo había Cambiado. Todos lo sabían.
La forma egoísta del Ser,
ya no dominaba en los asuntos del Mundo.
La Humanidad había pasado
un momento muy difícil para que todo@s
entendiesen la urgente necesidad de aquel Cambio.
Y el Cambio Real había
empezado.
Lilly, la Niña de los
Mandalas festejaba con los suyos todas las nuevas cosas que estaban
ocurriendo en todas partes, y todo parecía Positivo: Energía Libre,
Solidaridad, Cooperación, todos parecían dispuestos a hacerlo Bien
esta vez.
Los nuevos inventos se
liberaban. Y las organizaciones ya no perseguían el lucro del
dinero, Por que ahora el dinero era la energía. Y la Energía era
Libre.
Tino, el Niño que dibuja,
se enteraba de las mismas cosas, y era una de salir a la calle a
celebrarlo, por que hoy la gente era distinta. Y todos pensaban en
los demás como en si mismos, y en la forma de ayudarse unos a otros.
(Que Suerte) Pensaba Tino
(Ojalá que dure)
Y aquella tarde, en que
las criaturas del Bosque danzaron al caer el Sol, Sintiendo la
Conexión de Unos con Otros, hasta Sentir a todo el Mundo, fue la
tarde en que el Mundo Nuevo había empezado, y así fue como la
conocieron en adelante: “La Tarde en que el Mundo Nuevo había
empezado”
No tenía fecha, por que
las fechas ya no importaban. Ahora la Historia estaba en el Presente.
(La Madre Tierra lo sabía
desde Siempre, y Ahora podía volver a Relajarse)
El Hombre de la Pluma
sabía Ahora que su Historia tampoco terminaba con el fin de este
relato. Por que también había llegado a la certeza de que Ahora la
Historia estaba en el Presente del Amiguit@ que había llegado a
escucharla hasta el final. Y eso no era un final.
Era un Nuevo Comienzo