domingo, 8 de marzo de 2015

EL LENGUAJE UNIVERSAL (De los Animales Secretos)


                                                   I

Nadie podría decir exactamente cuando fue que aquella Historia dió comienzo, pero nosotros vamos a empezar a contarla desde la noche en que las criaturas que vivían en el Bosque Escondido, sintieron un potente ruido pasar por encima del Bosque, acompañado de unas brillantes luces de colores.

Los que ya dormían y se despertaron con el ruido, apenas alcanzaron a ver algo.
-Pero... Que ha sido eso? Dijo el zorro Mijail.
-Y... luces... luces que hacen ruido. Respondió Liber el Carpincho.
-Eso ya me di cuenta... lo que pregunto es “Que” fueron esos ruidos y luces que acaban de pasar justo encima de nuestras cabezas.
-Lo dicho: luces que hacen ruido, respondió Liber bostezando.
-Ay Liber, estoy hablando en serio, no te da curiosidad saber que fue eso?
-La verdad que no mucho; tengo sueño. Además dicen que la curiosidad mató al gato.
-No me vengas ahora con refranes humanos. Aqui ha ocurrido algo... Tal vez eso pueda tener que ver con nosotros. Yo no me puedo quedar quieto.
Habrá alguien aquí que me quiera acompañar?
-Yo te acompaño, dijo Sirio, el viejo sabueso de la Tribu.
-Yo también quiero ir abuelo. Yo voy! dijo Nario, uno de los dos cachorros nietos de Sirio.
Votán, el ratón, asomó el hociquito desde atrás de una piedra y agregó:
-Cuenten conmigo... me encantan los misterios.
-Shshshshshttt, dijo la Lechuza Relámpago mientras aterrizaba. Era una forma de decir que ella también se unía a la expedición.
Los demás animales se quedaron en su mayoría en silencio, pero otros se quedaron hablando. Por que asi ocurría desde tiempos lejanos en el Bosque Escondido, donde todos sus moradores hablaban el Lenguaje Universal de los Animales Secretos

No muchos más se agregaron al grupo que a esas horas salía con rumbo al Valle Florido.
Algunos, como Liber el Carpincho, se habían vuelto a dormir enseguida.
Sirio, que era uno de los habitantes más veteranos del Bosque, comentó que a veces le costaba creer que algunos de sus compañeros no se sintiesen atraídos por las cosas diferentes.
Pero así ocurría, como era este el caso.
La culebra Pelusa indicó que era mejor así, que fuesen un grupo pequeño, sino la expedición corría el riesgo de convertirse en un tumulto, más ruidosa aún que las luces que querían investigar.
-Exacto Pelusa, dijo Votán el ratón. Más vale pocos y valientes, que muchos y con miedo.
-Bueno, ya tenemos un valiente, eso seguro, dijo el zorro Mijail en tono cómico.
Todos reían, en tanto se acercaban al límite del Bosque escondido. El firmamento brillaba intensamente, a pesar de que no había luna, las estrellas iluminaban bastante aquella noche.

Atravesaron el angosto desfiladero, que era la salida habitual del Bosque.
Continuaron por el antiguo sendero que llevaba hasta el borde de la meseta.
Al llegar al borde, se podía divisar a la luz de las estrellas, la enorme extension del valle Florido, y allá al fondo, la Montaña de la Suerte, que tenía un brillo extraño en aquella noche particular.
Por un momento, todos quedaron fascinados contemplando aquella hermosa escena de la Naturaleza.
Fue el cachorro, Nario, el que habló en medio de aquel silencio:
-Pero, adonde habrán ido esas luces? La Montaña tiene un raro brillo, pero... no se...
-Es verdad, dijo la culebra, aqui todo es calma y silencio...
-Entonces que? Dijo Votán, hemos venido al santo botón!
-Bueno... no sean pesimistas, dijo el zorro. Miren que preciosas estrellas, y ni hablar de la montaña: es un poema...

De nuevo, todos quedaron fascinados con aquel increible paisaje.
Fue Sirio, el sabueso, el que rompió el silencio esa vez.
-Oigan, miren... esa nube allá arriba, colgando solita en medio del cielo.
Si, es verdad, dijeron los demás.
-No estaré yo alucinando, dijo la Lechuza Relámpago, que hablaba por primera vez en todo el viaje, pero a mi me parece que esa nube se agranda... se hace más grande, lo ven?
Quedaron todos con los ojos como platos, observando aquel fenómeno que al parecer ocurría a ojos vistas.

Poco a poco, fueron descendiendo hacia el valle, a ver si descubrían algún indicio de las luces misteriosas, pero nada se oía o veía por ningún lado. A excepción claro de aquella nube que sin dudas seguía creciendo y expandiéndose allá arriba.

El ratón Votán dijo que se había cansado, que él ya no seguía. Fue entonces que Sirio se ofreció a llevarlo en su lomo. Invitación que el ratón aceptó enseguida y trepó de inmediato sobre su amigo

Nario, el cachorro quien además de ser capaz de asombrosos cálculos, era un gran observador, fue el primero en notar que aquella nube había empezado a relampaguear.

-Vaya, dijo la Lechuza en tono de broma, parece que mis antepasados los relámpagos han querido venir a saludarnos.
Pero las risitas provocadas, fueron más bien nerviosas.
La nube se seguía extendiendo, y el relampagueo parecía colorearse.
-Diría que es buena hora para volver no? Dijo Pelusa la culebra.
-Si, me parece que si, dijo Sirio, esto tiene una pinta muy más que rara, y cuando menos, amenaza lluvia. Mejor volver, si, tiene razón Pelusa.
Todos estaban de acuerdo en regresar, pero Mijail, el zorro, dijo que iba a intentar llegar a la montaña de la Suerte.

Los amigos no intentaron convencerle de lo contrario, solo le desearon mucha suerte y le advirtieron que tuviese cuidado. En medio del valle Florido se separaron. Mijail rumbo a la montaña y los demás con rumbo a casa, al Bosque Escondido, allí donde la Naturaleza y sus criaturas habían creado algo distinto...

Caminaron sin apresurarse demasiado, pero cuando comenzaron a subir a la meseta, empezó a tronar. Y aquellos truenos sonaban extrañamente parecidos a las luces que ellos habían salido a buscar.
Todos se dieron cuenta de eso, y lo de los colores cambiantes, ahora evidentes, también ahora lo notaban, debían ser los mismos que habían alcanzado a ver pasar por encima de su bosque.
De repente, el aire no pudo ponerse más pesado, y un fuerte trueno adelantó la lluvia que ya sentían como empezaba a caer.

Asi que los amigos que tenían patitas se dispusieron a correr, los que tenían alas a aletear fuerte y Pelusa a zigzaguear rápido para agarrar velocidad, pero la subida no era fácil, y menos con lluvia.
Todos avanzaban como podían, entre aquella cortina de agua, y cuando estaban por llegar a lo alto de la meseta, fue Nario el que gritó:
-Son ranitas! Están cayendo ranas!
Más asustados que otra cosa, los animales se apresuraban a llegar a la planicie, por momentos resbalando y con gran esfuerzo. Veían a las ranas, las veían caer a su lado, pero en el suelo no veían otra cosa que agua y barro, era algo muy muy raro.

Asi que corrieron, reptaron y volaron hasta llegar al desfiladero, por el que entraron rapidamente, y cuando se detuvieron, mirándose y chorreando el agua, ya estaban de nuevo en casa. Pero allí en el Bosque no llovía, aunque todavía se oían los truenos retumbar.

Pues que con los truenos y el alboroto, muchos animales se despertaron, otros ya lo estaban, y se acercaban al grupo de los recién llegados.

-Que ha pasado? Preguntó la tortuga Baltasar.
-De no creer, repetía Sirio, de no creer...
-Bueno, pero... que es lo de no creer Sirio, dínoslo ya por favor, dijo Baltasar.
-Bueno, fue así, dijo Pelusa, la culebra agitada. Resulta que llegamos al Valle y ahí nomás salió una nube, una nube rara que empezó a crecer y a relampaguear luces iguales y ruidos iguales a los ruidos y luces que pasaron por acá , o sea los ruidos y luces que fuimos a investigar.
Pelusa se quedó sin aliento, entonces Nario continuó:
-Mijail quizo seguir hasta la montaña, y nosotros nos volvíamos cuando nos agarró la lluvia...
-Y una lluvia de ranas! Gritó Votán, desde el lomo de Sirio todavía.
-Como que de ranas? Dijo Liber el carpincho.
-De ranas... dijo Votán. Y moviendo algo, encima del lomo de Sirio continuó: De ranas como esta, dijo, y levantó una ranita que parecía dormida o desmayada.
Esta vez no quedó animal en el bosque sin despertarse, la novedad se comunicó a la velocidad de la luz, y rapidamente, los amigos expedicionarios se vieron rodeados de todos los demás, que querían conocer aquella historia, y aquella visitante, pero también querían saber de Mijail, luego de aquella tormenta, pero eso último no podían responderlo.

Nario el cachorro, se había acercado a aquella ranita dormida que todos miraban. Sirio, con mucho cuidado y la ayuda de Votán, la habían dejado en el suelo. Nario se acercó, y sin más, le dió un lametón a la ranita; la que, como por artes de magia, se despertó y por su cara no parecía creer lo que veía...

Los animales también se sentían sorprendidos ante aquel repentino despertar, y fue Nario nuevamente el que tomó una decisión, preguntandole a la ranita:
-Y tu como te llamas?
-Pe- pero, tu, tu hablas el Lenguaje Universal de de...
-De los Animales Secretos, terminó de decir Nario. Aqui todos lo hablamos... Bueno, a partir de cierta edad...
-Me... me llamo Ojito, dijo la Rana. He venido por algo, pero ahora mismo estoy confusa. Donde estoy?
-Tranquila, dijo Baltasar la tortuga, estás en el Bosque Escondido. Acá formamos una hermandad de criaturas que cooperamos unas con otras. De hace ya mucho tiempo vivimos aqui, de un modo... diferente, pero eso ya lo irás viendo. Ahora... y Tu Ojito...De donde vienes? Por que según cuentan has bajado con la lluvia, algo bastante insólito si a eso sumamos otros fenómenos que hoy hemos presenciado en los alrededores de nuestro hogar.
-Bueno, dijo Ojito, no me es fácil ahora explicar nada. Quisiera descansar un poco, saben? Y mañana si, espero sentirme en mejor forma y asi poder contarles, o empezar a contarles mis porqués
-Claro, si, tu descansa, dijo la Lechuza Relámpago. Mañana coincide que es la Luna Nueva, siempre nos reunimos en el centro del Bosque, en el estanque. Celebramos la consagración del Agua Cristalina, o el agua de Estrellitas, como también algunos llaman. Será muy lindo, ya verás, y conocerás algo más de nosotros.
-Si, eso está bien, dijo Sirio, pero me tiene preocupado Mijail.
-Mijail como buen zorro es muy listo, dijo el ratón, no creo que le haya ocurrido nada malo
-Abuelo, por la mañana ya estarán volviendo mis padres con la medicina para mi hermanito, Ellos vuelven cruzando el Valle, algo verán, dijo Nario.
-Si, puede ser, esperemos a mañana a ver entonces.
-Lo mejor ahora es descansar, dijo Pelusa la culebra, mañana será un día agitado y a mi los ojos se me cierran.

Y si, los animalitos se retiraron a descansar. El ratón Votán invitó a Ojito a dormir en su cuevita en el árbol. A lo cual ella aceptó encantada.

El silencio poco a poco volvió de nuevo al Bosquecillo Escondido, y pronto todos se habían dormido, a excepción de Relámpago, que por su naturaleza era noctámbula, y aunque ya no cazaba, le seguía gustando la trasnoche.

                                        *

                                   *        *
                                                                                        

                                       

                                       II

 A la mañana siguiente, los animales del bosque se pusieron temprano en actividad.
Era el día que celebraban el Novilunio,motivopor el cual se iban desplazando hacia el interior del Bosque Escondido.
La fiesta se desarrollaba alrededor del Lago de Cristal, que era el nombre con que siempre habían conocido a aquel hermos estanque.
-Buen día, le dijo el ratón Votán a la rana Ojito, que recién se despertaba. Has dormido bien?
-Si, esas plumitas son muy cómodas, la verdad.
-Me alegro, dijo el ratón. Vamos afuera si querés. Sirio acaba de decirme que el viento le ha traído el olor de Colafuego y el de Lucero, así que deben de estar por llegar.
-Y quienes son? Preguntó Ojito.
-Son los papás de Nario y de Baster, Colafuego es el Hijo de Sirio.
-Vamos, si, por supuesto, dijo Ojito, saliendo de la cuevita en el viejo árbol.

El día era esplendoroso, todos iban y venían muy animados. Saludaban con gran simpatía a la nueva invitada, y ella respondía de igual forma.

-Mamá! Papá! Se oyó la voz de Nario gritar. Y salió corriendo a toda pastilla rumbo a las rocas que eran la entrada y la salida de aquel Bosque.

Ojito iba conociendo a los animales, y todos mantenían animadas charlas sobre esto y lo otro, aunque nadie le preguntaba nada directamente, Ojito les agradecía el gesto, aunque sin decirlo.

Luego la atención se centró en la llegada de los padres de Nario, a quienes le preguntaron si habían visto u olfateado el rastro de Mijail al cruzar el Valle. A lo que ellos contestaron que si, que les había extrañado bastante sentir el rastro del zorro con rumbo a la montaña, y que además también habían sentido el rastro de los demás participantesde la expedición de la noche anterior.
Entonces les contaron todo lo ocurrido. Y como Ojito había llegado hasta ellos.
-Pero bueno, dijo Colafuego, en el valle no había rastro alguno de ranas , eso seguro.
-Esas ranas... eran proyecciones mías, por decirlo de alguna manera, dijo Ojito enigmáticamente.
-Tu tranquila Ojito, dijo Colafuego. Sigue descansando, cuando quieras contarnos algo, ya tu sabrás si es el momento. Ahora vamos a llevarle la medicina a nuestro pequeño, que es lo primero, luego iré de nuevo a la Montaña de la Suerte, a ver si doy con Mijail.
Lo único que quisiera preguntarte, si no lo tomas a mal, es una cosa.
-Pregúntame, dijo Ojito.
-Ese gran trueno, esas luces, de donde se supone tu bajaste, Podrían representar un peligro para nosotros?
-Esas luces y esos truenos, dijo Ojito, han sido una gran excepción. Gracias seguramente a Mijail, el reflejo de Gaia pudo manifestarse.
-Pero quién es Gaia? Dijo Sirio
-Gaia es la Madre Tierra
-Y por que dices que se reflejó gracias a Mijail?
-El hizo que yo ocurriera. Yo vengo desde una manifestación de Gaia, que era esa especie de vehículo de luces, lo que quiero decirles es que, Gaia me ha enviado a ustedes, pero no esperen de mi todas las respuestas, por que no se demasiado, todos estamos aprendiendo de todos siempre...
-Ojito... dijo Baltasar la tortuga. Que si vienes de la Naturaleza, acéptanos como tus amigos.
-Por supuesto, dijo la rana.
-Bueno, dijo Colafuego, me voy a ver a mi cachorro que su mamá lo debe estar curando, y así puedo salir cuanto antes rumbo a la montaña. Luego hablamos... Y por cierto, Ojito: Bienvenida!
Ojito sonrió alegremente.

La tortuga dijo que ya era hora de alimentarse un poco, y todos se echaron miradas cómplices, que Ojito no interpretó.
Fue el ratón quien le dijo:
-Es que... hay cosas de nosotros que aún no conoces, pero si nos acompañas, te mostraremos una...
La ranita suspiró intrigada, y los acompañó rumbo a donde todos iban, al lago interior del Bosque, ese que llamaban El Lago de Cristal.
Al llegar, la ranita se sintió maravillada ante la contemplación de aquel Lago y aquel lugar.
-Es... es hermoso, alcanzó a decir
-A que si... dijo la culebra.
El lago tenía la forma de un óvalo, el brillo y la quietud de sus aguas, daba la impresión de que esas aguas estuviesen más altas que la propia orilla que las contenía, parecía una gran piedra, como un lapislazuli de enormes dimensiones.
Pero quienes le habían puesto nombre, encontraron la imagen justa, parecía más exactamente un Lago de Cristal finamente pulido.
-Tiene 64 Sirios en su parte más larga, dijo Nario de repente, y 32 en su parte más angosta, exactamente la mitad.
-Que quieres decir con Sirios? Preguntó Ojito.
-Pues... es mi sistema de medidas. Utilizo la altura de mi abuelo para medir cosas. No se... se me ocurrió...
-Vaya, que ingenioso Nario, no se me hubiera ocurrido.
-Gracias, dijo Nario, pero mira...
-Que hacen?
-La Comunidad se prepara para recibir su primer alimento, dijo Hugo el zorzal.
-Ah! dijo Ojito, y observó nuevamente aquel intercambio de miradas cómplices.

Entonces, cuando todos estuvieron en el lugar que querían estar, Ojito vió como todos ellos observaban hacia el mismo punto por encima de los árboles.
Por unos momentos quedó desconcertada, pero cuando aparecieron los primeros rayos de sol, se dió cuenta que era aquello lo que estaban esperando.
Todos miraban al sol, y hacían guiños alternados con un ojo y luego con el otro.
Ojito empezaba a recordar ahora algunas cosas, y a continuación se puso a hacer lo que todos estaban haciendo.

Estuvieron en aquello por algunos minutos humanos. Y cuando el sol ya se había alzado completamente sobre los árboles, los animales comenzaron a tocarse y abrazarse por un lapso de tiempo similar al anterior.

-Que?... no pareces tan sorprendida de nuestra forma de nutrirnos Ojito, dijo Votán.
-Bueno, es que... ocurre que estoy recordando cosas. Y ocurre que esta es una de esas cosas que he recordado: el alimento Solar. Y sigo recordando cosas de este Bosque. Cosas que no sabía que sabía...
-Y como es eso? Preguntó Baltasar, la tortuga.
-No lo sé. Tiene que ver con Gaia, tiene que ver con esa nave de la que bajé... he sabido también que el Agua del Lago es nutritiva.
-Así que ya lo sabes, dijo Baltasar. Es verdad, le llamamos: el Agua Cristalina. Y es el alimento complemantario junto con el Sol.
-Vamos a beber? La invitó Nario
Entonces se dirigieron a la orilla y bebieron. Lo que no sospechó la ranita es que tuviese un sabor tan increible.
-Que aquí se recuerde, dijo Rufo el mapache. Nadie que haya estado en este bosque ha vuelto a ingerir plantas o frutos, ni mucho menos otros animales.
-Bueno, solo a excepción cuando salimos del bosque, que alguna fruta o raíz si que comemos, por que el agua cristalina nos queda lejos, agregó Sirio, y con el Sol no nos alcanza. Pero lo cierto es que algunos, como en mi caso, que vinimos del exterior, antes nos alimentábamos como se alimentan todos allá afuera, ya sabes... Pero este bosque, y sus habitantes, te ayudan a cambiar tu propia naturaleza, en haras de un bien común. Somos la prueba viviente de que ese cambio es posible.
-Pues les digo algo, dijo Ojito, esa Fe en ustedes mismos, es la que nos dará valor en momentos difíciles.
-A que te refieres con momentos difíciles? Preguntó Rufo el mapache.
-No... bueno, es decir... no he querido inquietarlos, pero, bien saben ustedes que allá... lejos de este sitio hermoso, hay muchos, muchísimos conflictos relacionados en su mayor parte con los Humanos y su olvido. Y bien sabemos que lo que hacemos en la Tierra, para bien o para mal, nos repercute a Todos, temprano o tarde.
-Eso es verdad, dijo Liber el carpincho, quién recordaba como una vez los humanos habían estado a punto de quitarle la vida con unos troncos que escupían fuego y truenos.
-Yo les he dicho que estoy aquí por algo, dijo Ojito. Gaia está actuando a través de todos Nosotros. Ella nos asigna el momento y el lugar. Ella es la Naturaleza y ella tiene sus motivos, esos motivos, como les digo, tienen que ver con todos Nosotros. Pero para comprender sus cosas, es necesario tener paciencia y esperar el momento oportuno y el lugar adecuado. Lo que puedo decirles es que el Lugar es Aquí, ahora lo que debemos saber es cuando será el tiempo oportuno para hacer lo que ella nos pida...
Hubo entonces un silencio, y Sirio dijo:
-Vaya, que nos has dejado sin palabras, Ojito.
-Me sigo acordando de otras cosas de las que ya les iré hablando, del mismo modo que quiero seguir oyendo todo lo que ustedes puedan y quieran contarme.
Todos estamos Aprendiendo algo en todo momento, si prestamos suficiente Atención.
-Me gusta tu filosofía chico, dijo Baltasar, pero si tu filosofía no junta leña seca nos quedamos sin festival!
Una carcajada general puso a todos en movimiento.

Si, ya no habían dudas.
Ojito había aparecido entre ellos y había venido a alterar sus rutinas.
A revolucionar, quizás, sus Vidas, aunque no quedaba del todo claro como ocurriría eso. Y era inquietante, claro... pero también era excitante.
Estaba por ocurrir algo, nadie sabía que, pero la intuición derivada de su instinto lo anticipaba.
Y lo bueno de aquello era que Ojito les resultaba muy familiar, casi como si allí se hubiese criado.
Era, desde ya, y así lo sentían:
Uno más de la Tribu.

                                        * 
                                     
                                   *        *

                                          
                                      III

La tarde transcurrió entre labores y juegos. Y cuando los montones de leña ya parecían suficientes, la Tortuga dijo:
-Así está bien. Ya con esto alcanza.
Y en ese momento, un murmullo generalizado recorrió el bosquecillo.
Se trataba de Colafuego, quién había regresado, y traía sobre su lomo a Mijail el zorro, que parecía inconciente.
Por un instante, algunos temieron que algo malo le hubiese ocurrido, pero Colafuego tranquilizó a todos diciendo que Mijail no estaba herido, ni tenía señales de golpes ni de nada parecido.
Contó que se lo había encontrado en una cueva de la montaña de la Suerte, asi como estaba ahora: dormido. Que había intentado sin suerte despertarlo. Motivo por el que con gran esfuerzo tuvo que trasladarlo encima suyo.
En ese momento llegó Nina, la zorra, y abrazó el cuerpito de su compañero, que ya lo habían bajado del lomo de Colafuego.
-Tranquila Nina, ya está con Nosotros, y está bien, dijo el viejo Sirio, calmando a la zorrita. Solo falta que despierte...
-Lo llevaré a la madriguera, dijo ella, más tranquila.

El Sentimiento del grupo era tan fuerte, que sentían que Mijail estaba bien, y que solo había que esperar el momento oportuno, tal así como Ojito había dicho más temprano.

Cuando empezó a anochecer, todos vieron como la Paloma Picasa alzó vuelo desde la orilla del Lago y en círculos de espiral llegó hasta el mismo centro del Lago de Cristal, donde se mantenía suspendida. Subiendo y bajando, subiendo y bajando. En tanto los depositarios del Fuego empezaban a encender las fogatas en las orillas por todo el perímetro del lago.
Al ser encendida la última hoguera, Picasa se zambulló en medio del Lago y durante unos momentos no volvió a la superficie.
Pero cuando lo hizo, traía en su pico una pequeña piedrecita de color blanco.
La Paloma llegó a la orilla con esfuerzo y depositó la piedrita en un pequeño cuenco de barro.

Ártax, el Puma, se acercó al cuenco, y luego de observar un momento dijo:
-Es un cuarzo... un cuarzo lechoso.
Acto seguido, se empezó a oir una sucesión de sonidos y voces de todos los animales, los que al principio sonaban desordenados, pero que de apoco se iban modilando, hasta formar una suerte de Coro, como tal vez nadie jamás haya escuchado fuera del Bosque.

Y cuando las frecuencias de las voces y los cantos comenzaron a producir una armonía común, algo en el Fuego empezó a suceder.
El canto de aquel coro, y las llamas de las fogatas empezaron también a sincronizarse misteriosamente.
Es decir, cuando el canto se aplacaba y bajaba en su intensidad, el fuego parecía replegarse y disminuir, y cuando el canto se intensificaba, las lenguas de fuego se estiraban y crecían hacia arriba.

Ojito observaba, fascinada... y sus recuerdo seguían volviendo... su Hogar... estaba recordando su Hogar Original; y una lágrima grandota brotó de su “ojito”.

El coro de las criaturas y la danza de aquel fuego duraron hasta ya entrada la noche.
Ya por entonces podían verse infinidad de estrellas llenando la bóveda celeste con su fulgor.

Poco a poco, el coro fue silenciándose, y a medida que las voces se acallaban, las hogueras se iban apagando solas. Hasta que las voces se callaron por completo, y el fuego de las hogueras desapareció por completo, dejando solamente un enorme círculo de brazas brillando alrededor del Lago de Cristal.
La tortuga Baltasar tomó con su boca el cuarzo lechoso del cuenco y lo arrojó de nuevo al agua.
Luego de eso, todos quedaron mirando el Lago de Cristal, y como reflejaba aquella infinidad de estrellas, y el Silencio era absoluto.

Pasado un breve lapso, todos pudieron ser testigos de aquella Alquimia Cósmica, que ocurría una vez más.
Fue asi que empezaron a ver la extraordinaria transmutación, en la cual, el reflejo de las estrellas en el Lago se volvía del blanco y el azul, al rojo y al naranja encendido, tal el color de las brazas.
Del mismo modo, las ardientes brazas de la orilla que poco antes eran puro fuego de rojos colores, se volvían del color de las estrellas: blancas y azules.

Luego de eso, las criaturas del Bosque se iban acercando y tomaban o empujaban un puñado de aquellas brazas, las que por cierto no quemaban, y las arrojaban al lago.
Y cuando el último echó su puñadito y las aguas del lago volvieron a aquietarse; las estrellas allí reflejadas volvían a lucir su color natural.
Entonces el coro volvió a empezar, muy de a poquito, y el fuego de las hogueras volvió a encenderse, también con su propio color y empezó a bailar una vez más con la intensidad de aquel canto.

Nario se acercó a Ojito, por que la vió muy emocionada, y le dijo:
-Viste como mantenemos el agua Cristalina?
-Esto no ha sido solo hermoso, además me ha resultado muy revelador querido Nario. Me he acordado de muchas cosas además...
Pero Nario no alcanzó a escuchar esto último que Ojito le contaba por que el Coro ya sonaba muy fuerte, y los animales ya habían empezado el balanceo. Lo que quería decir que había empezado el momento de la Danza.
Las criaturas comenzaron a bailar alrededor del Lago, en el espacio entre el Agua y las hogueras.
-Vamos? La invitó Nario.
Y Ojito se unió a la danza con una sonrisa de alegría.

Como todas las Lunas Nuevas, aquella noche había sido mágica. Una Magia compartida; que sin duda es la Magia más disfrutable. Y, como todo lo que se disfruta, pasó rapidísimo.
Cuando quisieron acordar, las estrellitas se empezaron a esfumar, lo cual era la señal de un nuevo amanecer.

La Danza fue también esfumándose, las criaturas se veían tan felices como cansadas, y con muchas ganas de dormir.

Nario le contó a Ojito que esa noche, todos dormían unos junto a otros a orillas del Lago, tal como siempre había sido la costumbre.
Uno a uno se iban echando y se iban quedando dormidos.
Ojito, quedó más o menos entre Nario, Pelusa, Votán y Liber, el cual como siempre fue el primero en quedar dormido.
Pronto, todos los demás se habían ido al mundo del sueño, pero Ojito se había quedado despierta.
Vió salir el sol, y supo que era la única despierta.
Entonces, en su interior, supo que tenía que ir a ver el zorro Mijail, al cual Nina había dejado acostadito en su guarida.
Con máximo cuidado, Ojito pasó por entre todos aquellos animalitos echados, con rumbo al dormilón que no se despertaba.
Cuando llegó hasta él, por supuesto que seguía dormido.
Lo que hizo Ojito, fue algo que había aprendido de Gaia, y as'de a poco, empezó a tomar Conciencia, a... tomar Conciencia... a tomar ...Conciencia.

Pestaneaba un poco y cerraba los ojos.
Pestaneó otras cuantas veces y cerraba los ojos.
Tomar... Conciencia...
Pestaneó y sintió que se despertaba.
Le costaba creer lo que veía. Era una ranita que jamás había visto y que lo miraba fijo a los ojos.
Empezaba a recordar, las luces, la expedición, la Montaña, la cueva, la visión de la cara de su madre... Mijail tenía muchos pensamientos a la vez. Pero cuando al final habló, lo que dijo fue:
-Ojito!
Entonces, una voz adentro suyo le habló asi:
-Ahora sabes lo que es compartir la conciencia, ya que la has experimentado.Cuando estabas asustado allá en la montaña, tomé el aspecto de tu mamá allá en las nubes, para calmarte.
Debes saber que soy Gaia, y puedo tener el don de unir y relacionar a las criaturas. Ojito es mi mensajera, escúchala, ahora has despertado. Los tiempos cambian, Mijail, y la Vida debe luchar por la unidad de la Vida.
-No entiendo bien, dijo Mijail.
-No te preocupes, siguió diciendo la voz interior, esta ranita que ahora estás viendo tendrá algunas respuestas, todo se debe dar naturalmente... como siempre ha sido. Se acerca un tiempo difícil Mijail, y la tribu del Bosque escondido debe resistir y prevalecer. Ustedes son mi secreta esperanza. Confío en que sus grandes corazones saldrán victoriosos si consiguen transmitir ese sentido de Fraternidad y Comunidad que ustedes tienen.

A Mijail le rodó una lagrimita, y mirando siempre a la ranita dijo:
-Lo que sea por la tribu, pero Que debo hacer?
-Buena pregunta, le escuchó ahora decir a la ranita ahora en el Lenguaje Universal de los animales secretos.
Asi que ahora que has oído a la Gran Madre, creo que lo primero que tengo que decirte es: Gracias! Por que sin tu contacto allá en la montaña, yo no hubiese podido trasladarme a Tierra.
-De nada Ojito, es un gusto conocerte, pero sigo sin aclararme. De que se trata todo esto?
-En pocas palabras, Mijail, de Compartir. Tu pueblo del bosque tiene que compartir su experiencia de Vida.
-Entonces? Preguntó Mijail.
-Bien, el plan es este, muchos de nosotros debemos emprender un viaje. Del mismo modo en que a veces suelen salir las tríadas a enseñar el Lenguaje a nuevos animales, el Legado, que le llaman, también hemos de hacer conocer este modo alternativo de vida que se lleva en el bosque.
-O sea que...
-O sea que los comienzos del Bosque no fueron una casualidad. Gaia estuvo siempre y el Sol y las Estrellas. Este bosque es un baluarte vivo de la Paz, la Fraternidad y el Amor entre todas las criaturas. Ha sido un proyecto exitoso, pero...
-Pero ha estado escondido, adivinó Mijail.
-Exacto. Ustedes son la prueba viva de que bajo nuevas condiciones, las Criaturas pueden realizarse libremente, y asi todos puedan ser felices hoy en esta Vida.
-Y cual es el problema allá Ojito?
-Ahora mismo, Gaia está en aprietos, y si Gaia está en aprietos...
-Que nosotros también, terminó Mijail. Continúa contándome Ojito...
Pero en ese momento resonó un trueno a lo lejos.
-Mijail, se me cierran los ojos ahora, mañana hablamos vale?
-Pero...continuó Mijail. Que problemas tiene Gaia.
-Ya habrá tiempo...
-Si, pero...(otro trueno más cercano interrumpió la frase del zorro, y Ojito aprovechó para salir saltando hasta ubicarse acostada entre Nario y Votán.

Al zorro le daba vueltas la cabeza, y aunque había dormido mucho, volvió a dormirse.
Sobre todos ellos, ya alumbraba el viejo Sol, pero ni los encandilaba ni los quemaba. Razón por la que los cansados celebrantes seguían plácidamente dormidos.

Otro trueno retumbó en el Cielo Azul.
Todos tenían algo que soñar...

                                                        *

                                              *          *



                                                      IV


Cerca del mediodía, las criaturas se iban despertando y compartiendo los sueños, como siempre lo hacían, descubrían con sorpresa que todos habían tenido un sueño en común, o mejor dicho habían soñado con alguien en común, y este alguien era Mijail, el zorro. Asi que cuando efectivamente Mijail se despertó como uno más, se levantó y salió de su madriguera y saludo a todos, todos vinieron a abrazarlo y a expresar la alegría de que hubiese vuelto el amigo de aquel sueño.

-Zorro viejo! Pensé que te perdíamos! Exclamó la lachuza Relámpago, ac ercándose y tocándolo con un ala. Que te pasó?
-Ya les cuento, pero, lo primero que me gustaría saber, si es posible, es como volví? Como hice a llegar desde la montaña de la suerte?
-Papá te fue a buscar, y te trajo en su lomo, respondió Nario.
-En serio?
-Dice papá que pesás lo que una bolsa de piedras, pero ya ves, pudo traerte...
Mijail buscó con la mirada, a ver si encontraba a Colafuego. Cuando lo vió le envió unos gritos de agradecimiento.
-De nadas, gritó a su vez Colafuego, que a menudo le gustaba agregar una letrita extra a sus palabras.
-Bueno... voy a contarles, dijo Mijail, y trepó a una roca por allí, para que todos pudiesen oírlo.
Luego que nos separamos, allá en el valle florido, apresuré bastante el paso, por que tampoco es que me guste mojarme mucho, como ustedes saben dijo Mijail haciendo una guiñada. Y hubo risas.
Asi que cuando empecé a trepar a la montaña de la suerte, ya vi que no podía echarme atrás. Una nube enorme, que mis amigos también habrán visto, y que no paraba de crecer, y producía un constante relampagueo multicolor.
-Si, agregó Sirio, fue lo que vimo también.
-Pues bien, continuó Mijail, yo seguía ascendiendo, pero cuando empecé a sentir la lluvia, lo que hice fue buscarme un refugio, ya sabiendo que no iba a poder continuar ni el ascenso ni el rodeo a la montaña.
Entonces encontré una oquedad en las rocas, y allí fue donde me encontró Colafuego.
Lo que hize fue quedarme allí, echadito, observando aquella enorme nube de colores. Estaba asustado, al borde del pánico. Había mucho ruido... entonces, no me pregunten como ni por que, pero entre aquellas nubes yo empecé a adivinar la forma de una cara. Una cara que se fue manifestando como la cara de mi madre.
-En que? Preguntaron varios al unísono.
-Si, dijo Mijail, vi la cara de mi madre allá en el cielo. Ella tomó el camino de la Luz hace varios soles, sin embargo, allí la estuve viendo. Luego de pronto, comencé a sentir cozquillas en mis patitas, sentía algo en ellas y de pronto, ese cozquilleo como que se localizó en mi pecho, y luego sentí como una expansión, y entonces supe lo que era aquello...
-Y que era? Preguntaron, cuando Mijail quedó en silencio.
-Aquello era Amor, eso era lo que Sentía, un Gran Amor. Después de eso... después ya no recuerdo...
-No te acordás de más nada? Preguntó Pelusa.
-No, hasta que me desperté aquí, no recuerdo nada después de eso.

Los animales le contaron de Ojito, y de como había llegado hasta ellos. Se saludaron, pero no reconocieron en ese momento el hecho de que ya se conocían, había que ir con calma, ir de a poco contando las cosas... sin precipitarse.

-Baster!! Se oyó de repente gritar a Nario. Miren! Mi hermanito ya está bien.
Efectivamente, Baster se acercaba a toda la velocidad que le permitían sus patitas, sacudiendo su cola, y saltó sobre su hermano, babeándolo con lametones.
-Bueno Baster, bueno, que alegría, ya estás bien.
Colafuego, que venía llegando detrás de su hijo pequeño comentó:
-Cuando Baster ya esté bien del todo, ya irá siendo momento de transmitirle “El Legado”.
-Bien!! gritó Nario. Así podré enseñarle muchas cosas!
-Nario... dijo Colafuego. Se me ocurría, si todos están de acuerdo, claro. Mostrarle a Ojito la cueva de los antepasados.
Todos, por supuesto, se mostraron de acuerdo.
Nario se acercó donde estaba Ojito, y le hizo la invitación. Ojito accedió, pero preguntó:
-Y de que se trata esa cueva?
-Ya lo verás, dijo Nario. Allí están las huellas de todos los que nacieron en el bosquecillo y la de todos los que vinieron de afuera, como mi abuelo, y mi madre también. Y por cierto papá, donde está mamá?
-Ella descansa ahora, es que entre el viaje, la recuperación de Baster y el festival ha quedado molida.
-Hablando de la cueva, dijo Relámpago, no estamos seguros de que todas las huellas de los animales que por aqui han vivido estén allí plasmadas. Lo que si es cierto es que hay un montón de huellas.
-Y muchas formas, agregó Nario.
-Si, eso también, dijo su padre, que llevaba al pequeño Baster en el lomo. Son formas casuales, pero que parecen decir algo... eso no tenemos manera de saberlo...
-Los acompaño, dijo Lucy la gatita, acercándose al grupo.

Y así, por un sendero sinuoso, haciendo crujir la hojarazca, marcharon en dirección a la cueva.
Mijail, que iba más atrás, y no dejaba de pensar en lo que había ocurrido. A su lado, Nina lo acompañaba, pero no le hacía preguntas. Mijail sentía la Tierra en sus patitas... no podía imaginar que peligros podría correr Gaia y sus Tribus, pero algo en él reafirmaba a cada momento su profundo compromiso con Ella.

-Por acá es la entrada, dijo Nario.
Pero Ojito solo alcanzó a ver una enorme rama de roble que llegaba hasta el suelo.
Entonces los animales simplemente se quedaron tocando aquella rama unos momentos, y lo que ocurrió a continuación, fue que la rama se empezó a elevar sola, hasta descubrir la antigua entrada a la cueva de los antepasados, donde de a uno fueron entrando.
Colafuego por delante, iba encendiendo unas luces con sopliditos. La cueva se fue iluminando y asi pudieron ver las huellas más antiguas, que eran las que más cerca de la entrada estaban.
-Vaya, dijo Ojito. Que si, que la disposición de las huellas asi juntas parecieran decir algo!
-Has visto? Dijo Colafuego.

El sitio, era una cueva que comenzaba con bastante altura, y que, a medida que uno seguía entrando, esta altura se reducía. En aquellas paredes estaban grabadas las huellas de un sinfin de animales.

Lucy explicó que aquellas paredes tan sólidas y minerales, se volvían maleables si estas eran humedecidas con el Agua Cristalina. De esa manera, los animales podían dejar sus señas como un recuerdo.

-Yo conté unas sietemil doscientas ochenta huellas de animales diferentes, dijo Nario.
-Vaya, dijo Ojito. No dejas de sorprenderme.
-Tu también nos tienes asombrados Ojito, comentó Colafuego. Todo esto de tu aparición, esa gran especie de nuve volante de la que has bajado. El mensaje de Gaia... No diré que estamos alarmados, pero intuímos claramente que nuestras vidas no transcurrirán del mismo modo después de las cosas que han empezado a ocurrir con tu llegada.
-Ojalá podamos hacer lo correcto, dijo Ojito.
-Creo que hablo por todos, dijo Colafuego, si te digo que estamos listos y preparados para hacer fuerza a favor lde la Naturaleza y de la Vida.
-Son unos seres especiales, dijo Ojito...

Y siguieron el recorrido de los ancestros del Bosque. Unos habían dejado grabadas sus patitas, otros sus alas, otros sus hocicos y otros... otros francamente no se podía distinguir, pero no importaba.
Lo que importaba es que habían estado allí. Que el Bosquecillo había sido su Hogar, y aquel era su Mensaje a través del Tiempo de que si, de que se podía vivir juntos, y que aquello era bueno.

Siguieron recorriendo hasta llegar a las marcas más recientes. El primero en mostrar la suya fue Sirio, y allí estaba el perfil de su morro y su orejita parada.
Después Colafuego mostró su cola, que semejaba un cometa.
Mijail se había apoyado con su frente, y la marca de sus orejas semejaban cuernitos.
-Esta es la mía, dijo Lucy, y allí estaba su patita marcada.
-Cuando la estrella del perro se vea en el horizonte, voy a poder poner mi huella, dijo Nario.
-Y que parte tenés en mente para dejar tu marca, preguntó Mijail.
-Voy a marcar mis dientes... hasta ahora nadie lo ha hecho. No se como a nadie se le ha ocurrido.
-Bueno, dijo Sirio, algunas serpientes han marcado sus colmillos.
-Los colmillos no son dientes abuelo, dijo Nario. Y todos rieron de la ocurrencia.

Al final llegaron donde estaban las huellas. Y Ojito observó que hasta allí llegaban las luces también.
-Que hay más allá? Preguntó.
-Bueno... Esto... dijo Sirio, dejando la frase en supenso.
-A partir de aquí, es lo que llamamos “El Camino de la Luz”, dijo Lucy.
-El camino de la Luz. Repitió Ojito.
-Si, dijo Votán. Cuando llega el momento, simplemente, algo dentro nuestro lo sabe. Entonces hacemos una gran fiesta, donde reímos y lloramos, y guardamos bien los recuerdos de ese animal que supo que era el momento de ir por este camino hacia la Luz.
-Pero... que hay más adelante? Preguntó Ojito.
-No lo sabemos, dijo Sirio, esa es parte de la verdad. Pero tenemos confianza en la Luz. Y creemos que avanzando por este oscuro tunel, alcanzamos a llegar a ella... a la Luz. Aunque también creemos que la Luz no está afuera... sino adentro de cada Uno.
Ojito guardó respetuoso silencio.

A continuación regresaron, y Colafuego iba apagando las luces con otros sopliditos.
Al salir afuera, volvieron a tocar la rama enorme de aquel roble y la rama descendió hasta ocultar la entrada de la cueva.

Lucy y Nario se llevaron a Baster al lago, a beber del agua Cristalina, y es que estaban con mucha hambre.
Más atrás quedaron los mayores: Sirio ,Votán, Colafuego, Mijail, Nina y Ojito.
Entonces, en el camino de vuelta, Ojito empezó a hablar.
-Antes que nada, dijo, quiero agradecerles la confianza que han tenido en mi, y la forma en que me han aceptado. Es un agradecimiento que ya le expresaré a toda la gran Tribu que forman.
-Claro que si, dijo el ratón, y cuando estés preparada para seguir contándonos, adelante...
-Si, si, dijo Ojito. Aunque no crean que tengo todos los planes y todas las respuestas, yo soy uno de ustedes, ni más ni menos. Que haya llegado mediando la Madre Tierra no me pone ni por encima ni por debajo de ustedes.
Solo se que aquí estamos... que necesitamos restaurar el equilibrio de los ecosistemas...
-No se lo que es un ecosistema, dijo Votán.
-Ni yo, dijo Sirio.
-Un ecosistema es un lugar físico donde los seres vivos conviven, y la Naturaleza les ayuda a alcanzar un equilibrio para que puedan prosperar sin que el sistema se colapse.
Lo que ocurre a veces, es que algunos seres vivos se desconectan, y se pasan de la raya. Y sobreexplotan a otros seres vivos y al sitio en donde viven. Gaia esá inquieta... y por eso es que despierta.
-Se trata de los Humanos no? Preguntó Sirio.
-Si... los Humanos Sirio, si. Unos cuantos de ellos lo están llevando todo a límites insostenibles. Han puesto en marcha una máquina que no saben detener.
Además, y aunque la mayoría no lo sabe, hay algo que los distrae y confunde para que no recuerden que son Seres del Universo que tienen que respetar a sus Hermanos y al Organismo Mayor que los sustenta.
-La Tierra no? Gaia? Verdad? Dijo Nina.
-Si, Gaia. Por eso estoy aquí. Por que el Bosque Escondido ha demostrado ser un Ecosistema Ejemplar para los tiempos por venir.
Anoche, durante la ceremonia lo recordé. En un pasado lejano yo viví en este Bosque, dijo Ojito, y todos quedaron sorprendidos.
Lo sabía! dijo Sirio. Las leyendas hablan de los Hermanos-Guías. Pero quién sabe de cuando no teníamos la suerte de hablar con uno, de verdad es una suerte tenerte con nosotros Ojito.
Fue una suerte que Mijail se hubiese quedado la otra noche en la montaña, y de ese modo haber podido hacer el contacto por el cual yo pude venir hasta aquí.
Es que era la Montaña de la Suerte, dijo Mijail bromeando.
No solo suerte... también la necesidad de saber fue lo que te llevo hasta allí. Y todos hicieron muy bien la parte que les correspondía.
-Quisiera preguntarte algo, dijo Colafuego
-Claro, anda.
-Cuando dijiste que algo estaba confundiendo a los humanos. A que te estabas refiriendo?
-Bueno, hay partes que son algo más difíciles de comprender, son un poco extrañas...
-Cuéntanos, dijo Sirio
-Seré más o menos breve, pero en líneas generales lo ocurrido fue que los Humanos fueron (llamémosle: polinizados) por fuerzas cósmicas, cuando eran simplemente unos monos naturales.
Y ese súbito acceso a la Inteligencia los impulsó mucho. El lenguaje...la escritura...Ese impulso los llevó con el tiempo a creerse que eran especiales, y que de hecho eran los dueños del planeta. Usando a la Tierra y a sus hermanos de formas que no honraban aquel hermoso regalo de la Conciencia.Llegaron a creerse que su especie era la superior, solo por que sus mentes ven y conocen cosas que el resto de los seres no, Y ese ha sido su gran error, por que todo lo que viene a la existencia y a la Vida, es una parte de esa Mente Universal de la que Todo forma parte.
-Han olvidado el respeto por el equilibrio, dijo Votán
-A eso iba, querido Votán. Por que no es solo que lo hayan olvidado, sino que también es que le han ayudado a olvidarlo.
-Pero quienes? Dijo Nina. Quienes le han hecho olvidar el equilibrio a los Humanos?
-Hay muchos seres en la mente universal, algunos entran y salen de esta realidad , como es mi caso, y el de esa “Nave de nubes multicolores” como le han llamado.Algunos de estos seres (entre los que me incluyo) crecemos en la Ayuda a los demás seres. Que es el secreto de la Evolución y del Amor. Pero, hay otros que no crecen, sino que acumulan... tanto cosas materiales, como conocimientos. Y solo brindan una Ayuda a si mismos, a ellos mismos. Su anhelo es poder controlar a los otros, a quienes de una u otra forma utilizan.
La mayor parte de la Humanidad ha sido engañada para creer en el “Servicio a si mismos”. Aunque hoy, cada vez más de ellos logran salir de esos esquemas mentales, y empiezan a darse cuenta y a crecer en el Servicio y la Ayuda a los Demás. Y ese proceso de cambio tiene que acelerarse... pero ya.
-Y como? Preguntó Colafuego.
-Movilizándonos, dijo Ojito.
-Y de que manera?
-Mijail ya lo sabe... Debemos salir del Bosque. Transmitir El Legado todo lo más que se pueda. Es el momento de que compartamos esta Nueva forma de Vida que nos ha sido dada para el beneficio de todas las Criaturas.
-O sea, dijo Sirio, que es la hora de que el Bosque Escondido deje de estar escondido?
-Si, eso es de lo que se trata...
-Cuenta con Nosotros, dijo Sirio
-Para lo que sea, agregó Colafuego.
-Ya sabía que podía contar con ustedes, dijo Ojito. Ahora vayamos hasta el lago, si quieren, pero es que a mi me ha dado hambre.
Todos rieron, con cierto desahogo, y se fueron acercando hasta las aguas cristalinas.
En sus alrededores, multitudes de animales jóvenes jugaban a toda clase de juegos, y multitud de animales adultos también jugaban a toda clase de juegos.
Ojito fue y bebió del agua cristalina, y a continuación se puso a observar los Juegos, para aprender de que iban, y al rato nomás, ya estaba a las risas dando saltos y jugando como uno más. Por que era, de todos ellos... Uno más... Y eso era Bueno...
                                                           *

                                                     *      *



                                                          V

Amanecía una vez más en el Bosque Escondido. Los animales esperaban a la vieja y buena Estrella llamada Sol, para alimentarse debidamente.
Luecero, la mamá de Nario y de Baster, hablaba con Colafuego. Ella creía que Baster ya estaba preparado como para recibir “el Legado”, que, como dijimos, es la manera en que ellos llaman a la transmisión del lenguaje Universal a las demás criaturas.
Colafuego estaba de acuerdo con Lucero sobre este punto, entonces...

-Baster! Llamó Lucero a su cachorro. Y cuando este llegó, le dijo:
-Hijo mío, el día es hoy. Hoy te toca recibir “el Legado”... Cuando lo hayas recibido tendrás una responsabilidad, aunque aún seas pequeño. El Lenguaje Universal nos conecta a todos, pero debe ser siempre bien utilizado. Jamás debe ser usado para herir o atacar a nadie.
Confiamos plenamente en ti, por que hemos confiado en Nosotros.
Tal vez no entiendas todo esto que ahora te digo, pero luego que recibas el lenguaje, te lo explicaré mejor .
Dime si tu estás de acuerdo en hacer esto? Preguntó Lucero.
Baster respondió con un ladrido de alegría y afirmación.
-Muy bien, dijo su mamá, vamos por ello..

La transmisión del Legado no tenía ceremonias ni más rituales que el alineamiento de tres animales ya iniciados frente al candidato, Uno de ellos debía mirar y tocar la Tierra. El segundo debía mirar al candidato a los ojos. Y el tercero, con los ojos cerrados, sentirlo en el corazón.
Eso era todo.
No más de cinco minutos de tiempo humano eran suficientes, por que la transmisión del Legado no era un aprendizaje, sino una reconexión con la Mente Superior de su propia Naturaleza. Era un despertar a un mundo nuevo.

Ojito observaba bien aquello, y seguía recordando.
Recordaba ahora el momento en que ella había recibido el Legado, y de verdad que era un despertar a un mundo nuevo.

Cuando la naturaleza peligra, la evolución encuentra atajos, y algunas cosas se aceleran.
Ojito sentía dentro de ella, la urgencia de Gaia y su calma. La urgencia de Gaia... y su calma.

-Bienvenido al sendero del Conocer, querido Baster, dijo su mamá.
-Mamá! Dijo el pequeño Baster, Papá! Na!-rio!
-Bienvenido Baster, dijeron todos entre gritos de júbilo y diferentes sonidos propios de cada animal.
-Bien Baster, estoy muy feliz, dijo Lucero. Y como te decía antes, ahora que has recibido el Legado, tienes una gran responsabilidad.
El lenguaje universal nos conecta a todos, pero siempre y en todo caso, debe ser bien utilizado.
Nunca debe ser usado para herir o atacar a nadie. Confiamos plenamente en ti, por que hemos confiado en nosotros.
-Lo comprendo Mamá, dijo Baster. Y prometo ser fiel a esa confianza
Otra vez se repitieron gritos de júbilo.
-Que maravilla! Dijo Nario. Mi hermanito ya habla solo!

Luego de la iniciación de Baster, Mijail llamó a Ojito para hablar.
-Lo que quisiera saber, empezó Mijail, es si es el momento de saber algo más sobre ese viaje del que hablamos.
-Es el momento, si, siempre es el momento de saber. Los animales lo presienten, muchos ya casi saben las cosas que les he contado a unos pocos. Por que es un hecho el que compartimos muchas más cosas de las que nos imaginamos.
-Bien, pero que hay del viaje Ojito? Será como las peregrinaciones habituales?
-Estoy al tanto de esas peregrinaciones que suelen llamar: “tres son una nube” por la cual salen tres criaturas del bosque y rescatan animales abandonados o perdidos, y también encuentran pareja quienes buscan, para traer nuevos animales al bosque.
Pero... el viaje que yo les propongo, es, de hecho, más riesgozo. Por que ahora, el Legado, debe intentar trasmitirse a los Humanos, sobre todo a sus cachorros.
-Cachorros Humanos! Exclamó Mijail.
-Si querido Mijail, los Niños, solo a través de ellos podremos detener el bucle de errores en que se han metido sus mayores.
-Pero... Y como lo haremos?
-Tres son una Nube es la herramienta. El instrumento ideal
-Pero tardaríamos mucho, no te parece?
-Mijail, dijo Ojito, de momento no hay otra manera. Pero piensa esto: cada criatura que iniciemos, podrá unirse a otras dos criaturas que también hayan sido iniciadas y asi ellas podrán transmitir el mensaje a su vez a otras.
-Sigo creyendo que demoraremos mucho, dijo MIjail.
Mira amigo, yo no se lo que va a pasar, y Gaia, aunque a veces imagina con mucha claridad tampoco sabe el futuro. Por que el futuro no es uno solo... Lo que si sabemos es que estamos ante un desafio muy desigual, pero que también tenemos la libertad para hacernos a un lado y no intentarlo.
-No quería decir eso, dijo Mijail, es solo que/
-Mijail, lo interrumpió Ojito. Es posible que no lo consigamos... es posible. Pero lo que si es seguro es que no lo conseguiremos si no lo intentamos.
-Tienes razón, dijo Mijail.
-Bien... hoy habrá asamblea. Hoy todos los animales sabrán por que estoy acá. Imagino que muchos se sentirán incómodos, o tristes, o inseguros, por todos los cambios que le planteo a la comunidad.
-Lo sabrán entender, afirmó Mijail. No te preocupes, Ojito.

Por esos momentos apareció Nina, la compañera de Mijail.
-Hola! Donde andaban? Tendrían que ver a ese cachorro, no se le escapa una. Es la primera vez que veo a un iniciado cachorro hablar casi como un adulto.
-En serio? Preguntó Mijail
-Claro, no se en que va, pero antes demorábamos más en dominar el Lenguaje Universal. Los nuevos vienen que son luces...
Los tres rieron.
-Es por los ciclos, dijo Ojito... Algunos le llaman evolución, pero son ciclos...
Los zorros se lo quedaron mirando y Mijail preguntó:
-Que quieres decir con eso?
Ojito los miró a su vez y dijo:
-A veces, la Vida, para adaptarse a cosas nuevas, tiene que encontrar soluciones. Los viejos caminos a veces ya no sirven y hay que encontrar atajos por ejemplo, nuevos caminos para salir adelante, para pasar de un ciclo al siguiente. Cuando esos cambios ocurren muy de prisa le llaman la evolución, pero son la facilidad que dan los ciclos, para pasar de un ciclo al otro...
-Oye Ojito, Y como es que sabes todo eso? Preguntó Nina
La ranita sonriendo contestó:
He vivido en los Jardines de Gaia, allí uno simplemente aprende las cosas estando en Calma.
-Es algo así como “el Legado”? Preguntó Nina
-Si, es algo así, en los Jardines hay mucho conocimiento, son como árboles frutales, uno solo va y elige el que quiere probar. Ella no obliga a nadie a comer nada. Uno es libre de tomar el que mejor le parezca. O el que uno crea estar preparado para probar.
-Me encantaría visitar esos Jardines, dijo Nina.
-Si realmente lo quieres, podrás conocerlos, dijo Ojito. De hecho, todos en este Bosque están preparados para conocerlos.
-En serio? Dijo Mijail.
-Si, claro, dijo Ojito. Solo que debe ser en el lugar y momento adecuados, ya me entiendes no?
-Vaya vaya, dijo Nina...
-Nina, dijo Ojito. Esta tarde hablaré en la asamblea. Voy a explicarle a la comunidad el por que de mi presencia en este Bosque.
-Si, dijo Nina. Ya intuía que no estabas aquí por pura casualidad.
-Mijail... puedes contarle a Nina de lo que venimos hablando. En la asamblea contaré y responderé lo que quieran preguntar.
-Que asi sea, dijo Mijail. Hasta entonces, Ojito.

Mijail y Nina rumbearon hacia la alameda, allí donde más tarde se reunirían de nuevo todos los animales del bosque.
Ojito se fue a los saltitos hacia un lugar donde todavía no había estado, pero al que tenía muchas ganas de ir, para poder retozar un poco en el agua.

Le decían el Balneario, y se trataba de otro generoso estanque que se perdía entre las grutas del lado del roquedal por donde se entraba al bosque: el desfiladero

                                                       *

                                               *       *


                                                   VI

La Alameda era una de las dos cosas de Bosque Escondido que evidenciaban la influencia de los animales en su creación. Aunque nadie sabía o recordaba quien podía haber plantado aquellos Alamos.
En si, se trataba de unos cien alamos, aproximadamente unos cincuenta por cada lado, formando dos líneas paralelas.
La otra cosa que parecía artificial en cierta medida se encontraba al final de aquel camino de arboles. Se trataba de una roca que había sido tallada con una forma de rampa escalonada, de manera que no hubiese animal que no pudiese subir por ella.

Era en aquel lugar donde realizaban las Asambleas. Todos los animales se reunían dentro de aquellas hileras de alamos que semejaban altísimas columnas.
Los oradores subían a aquella roca para hablarle a sus pares. Por lo general trataban temas más bien domésticos, pero hoy sabían que el tema se salía de lo común.
Hoy sería un visitante el que les hablaría desde la alta roca.
Los animales iban llegando, y en animados corros compartían sus sensaciones, respecto de eso que vibraba en el Bosque, pero que todavía nadie tenía muy en claro.

Fue el Perro Planeta quién le gritó al zorzal:
-Hugo! Eh! Hugo! Cantános una mientras tanto!
El pájaro dió unas aleteadas. Y al ver que todos lo alentaban, voló hasta lo alto de la roca Labrada.

Hugo el zorzal, no solo era un pájaro que cantaba maravillosamente. Es que además de tener oído absoluto, era capaz de memorizar los sonidos y la música y después reproducirlos con su canto.
Hugo solía escoltar a las expediciones estas que llamaban “Tres son una Nube”, como vigía. El no era transmisor del Legado, era el que cuidaba a sus amigos desde el aire, Pero, además, en esas salidas, solía llegar donde los humanos, por que allí podía oir sus melodías, que lo fascinaban desde siempre.
Conocía docenas de melodías humanas, que solía pescar del sonido de las radios que por lo general salía por las ventanas de las casas.

-La de “Claro de Luna”! Gritó el zorro Mijail
-La de “mi ventana brilla el sol”! Gritó Nario.
-”Sueño de Amor”! Pidió Lucy.
Total que Hugo afinó un poco y ya le salían solas las canciones.
Interpretó “Hey Jude”, el vals “Corazón de Oro” y por último improvisó algo un poco experimental, pero que a todos agradó mucho,

Luego de esto, Sirio, quién por ser el de mayor edad comparativa guiaba aquellas reuniones, se subió a lo alto de la Roca labrada, agradeció a Hugo por su canto y se dirigió asi al consejo de animales del Bosque escondido:
-Queridos Hermanos... creo que todos sabemos lo que hoy nos reúne.
Hoy con Nosotros está esta visitante, que ha venido hasta aquí, para traernos un mensaje.
Ella sabe bastante de lo que ha venido ocurriendo allá en el ancho mundo.
Hay problemas allá afuera, dijo Sirio. Y un murmullo salió de aquella multitud, por que claro, solo muy pocos estaban al tanto de lo que Ojito ya venía contando a algunos de ellos.

-Calma! Calma amigos! Dijo Sirio. Varios de Nosotros ya hemos estado hablando algunas cosas con ella. Y les puedo asegurar que lo que tiene para decirnos, nos incumbe por completo.
No voy a negar que las revelaciones de nuestra amiga me han inquietado, por que lo han hecho. Es normal, y tal vez a muchos les ocurrirá algo parecido.
Lo que puedo yo adelantar es que si. Se avecinan grandes cambios. Cambios que muy seguramente afecten a nuestro bienestar, a nuestro confort y seguridad aqui en este Bosque. (Y otra vez los murmullos de la multitud taparon la voz de Sirio)

-Calma Hermanos! Calma! Decía Sirio. Hasta que se calmaron.
-Pero entonces, dijo Rufo el Mapache, entonces estamos en peligro?
-Yo no he dicho eso, dijo Sirio. Digo que hemos de ver las cosas desde otros puntos de vista. Nadie puede negar que aqui, en el bosque, estamos un poco aislados de lo que ocurre en el resto de este mundo.
-Y que quieres decir con eso Sirio? Preguntó Artax el Puma.
-Quiero decir que lo mejor que podríamos hacer es prestar atención a lo que nos van a decir. Nos incumbe a todos. Y ninguna inquietud o temor habremos de sentir si nuestro espíritu se mantiene Unido, como siempre ha sido en Bosque Escondido.
Ahora, si ustedes me permiten, le cedo la palabra a nuestra nueva amiga Ojito. Les ruego no la interrumpan, su voz es pequeña, y todos tenemos que oir lo que nos dice.
Y antes que nada, quisiera darle la bienvenida a nombre de todos los animales del Bosque, querida Ojito... Adelante...

Y la ranita subió hasta donde estaba Sirio. Abajo, las criaturas daban voces de ánimo.
Ojito se quedó allí sentada en sus cuartos traseros, mirando a la multitud.
Cuando los ánimos se calmaron, y hubo silencio.
Ojito habló... Bien oiréis lo que dirá...

-Queridos Hermanos! Hijos todos de la Tierra y del Sol! Es en este día que quiero darles las gracias a todos y a cada uno de ustedes por permitirme estar acá, hablándoles.
Tenía más o menos pensado lo que les iba a decir, pero creo que la gran mayoría ya sabe que no he aparecido en este Bosque por una extraña casualidad, dada por una lluvia de ranas, desde una nube de colores, hasta llegar al lomo de Sirio y entrar con él y Votán a este Bosque maravilloso. Eso es una parte de lo ocurrido.
La Tierra, por asi decirlo, la Inteligencia que la anima, a quien yo llamo Gaia, me ha ayudado a llegar hasta ustedes. Pero para que eso ocurriese hizo falta un contacto. El contacto fue Mijail, quién abrió su corazón cuando la nube lo señaló, y de ese modo Ojito pudo llegar hasta aquí, todo ha salido bien hasta ahora. Hemos llegado hasta ustedes. Ahora es el momento de el mensaje... (Y hubo murmullos)

-Si, continuó Ojito. La Vida ha depositado un secreto en los corazones de todas sus criaturas. Esa chispa invisible tiene la potencia de mil soles. Pero no es una potencia que destruye, por que su esencia es el Amor, y el amor lo que hace es construir... allí donde el poder destruye.
Como ya le conté a algunos hermanos, hoy al Tierra está bajo la amenaza de un desequilibrio constante. (Murmullos) Estos Hermanos me ayudarán a ir contando todo esto. De otro modo se me haría muy difícil contarle todos los detalles a cada uno de ustedes, aunque a través de esta asamblea, espero aclararles todo lo posible el panorama y explicarles el mensaje del que soy depositaria.
-Se trata de los Humanos? Preguntó artax el Puma.
-Si, en gran parte si. Pero también existe algo que yo llamo el factor lunático.
-Que!? Que? Que? Se preguntaban todos.
-No es fácil de explicar, pero tiene que ver con inteligencias invisibles que influencian la mente de los seres humanos, y que han conseguido apartarlos del mundo natural.
(Otra vez los murmullos acallaban la voz de Ojito, y tanto así que sirio tuvo que dar un buen ahullido para que la concurrencia hiciese silencio)

-El motivo por el cual lesestoy hablando es por que los seres que se ayudan a si mismos están doblegando a los seres que ayudan a los demás.
El factor lunático opera sobre todo en el mundo de los humanos adultos, es allí donde más éxito tiene.
Por que han organizado el mundo de tal forma que los Niños, a medida que crecen, se vayan desencantando y renegando de la magia que la Inocencia y el Amor revelan.
Debemos llegar a esos humanos adultos, más que nada a través de sus cachorros. Ellos son siempre la gran esperanza en todas las especies.
La influencia lunática no consigue penetrar la conciencia infantil, pero siempre consiguen ir socavándola a medida que estos crecen: los propios padres y sus creencias, luego los maestros que aplican los planes que alguien planificó sobre como deben llegar a ser esos niños, pero, debo decir que no siempreesto es así , por que Hoy hay cada vez más adultos que han conseguido eludir esta influencia.
Lo que yo hoy les propongo, es que el Bosque envíe todas las Tríadas posibles para transmitir “El Legado”. “tres son una Nube” debe convertirse en una herramienta de cambio en este mundo.
La Comunicación entre especies no solo es posible, como ustedes pueden probarlo, sino que hoy, ahora, es una apremiante necesidad...

Desde la rama de un álamo, la lechuza Relámpago dijo:
-Pero nunca se ha transmitido el Legado a un ser humano!
-No, pero, aunque les cueste creerlo, hay humanos que conocen y hablan el Lenguaje Universal. Lo que tal vez no saben es como transmitirlo, eso es lo que ustedes deben enseñar... Como ya les he dicho, nuestra esperanza son los Niños, pero también hay cada vez más adultos abiertos a lo Maravilloso.
Gaia esperó que los Humanos se reconectasen a ella, pero esta reconexión va muy lenta, y la conexión Lunática se hace más fuerte. Por ese motivo es que ha decidido intervenir... por medio de Nosotros...

Fue Relámpago, quién habló de nuevo:
-Lo que tu nos pides es que salgamos al mundo y transmitamos “el Legado”, pero, No es solo eso no?
-No... además de enseñarles a las demás criaturas el Lenguaje Universal de los Animales Secretos, deben contar sobre el Bosque Encantado (Una nueva agitación recorrió a la concurrencia, muchos se negaban)
-Déjenla explicarles! Gritaba Sirio, pero como no lo escuchaban, tuvo que ahullar nuevamente.

-Hay cosas, dijo Ojito. Cosas que ya les he explicado a algunos hermanos, y a la que recién he hecho mención.
Se trata del Servicio a los Demás... en contraposición a el servicio a si mismos.
Ustedes han crecido en la Solidaridad y la Empatía hacia todas las criaturas. Lo que no debemos olvidar en primer lugar es que los Humanos tambi{en sin Animales.
-Si, dijo la paloma Picasa, pero descubrir el Bosque Secreto será un desastre. Ellos vendrán y nos lo quitaran todo, es lo que siempre hacen...
-No es tanto la idea el que vengan, dijo Ojito. Lo que quiero decir cuando digo que otros deben conocer el Bosque Secreto es que quienes salgan, ayuden a crear otros enclaves como el de ustedes, fundar más comunidades como esta. Que compartan vuestro mundo, para que las criaturas que viven y crecen en la insatisfacción de esas cruentas ciudades sepan que si, que otro mundo es ya posible y necesario.
La transición alimentaria será algo en lo que en principio no van a creer. Ellos mismos deberán hacer la prueba y comprobar el poder del agua Cristalina, y volver con muestras para reproducirla y demostrarle a otras gentes que esto es real. Que los hermanos Animales de este planeta ya no serán sacrificados para sostener la Vida de otros animales!
(Aqui los animales no pararon de demostrar su entusiasmo por un buen rato)

Sirio y Ojito se miraban sonrientes. Ahora la muchedumbre aclamaba la Idea, habían entendido perfectamente lo que Ojito había venido a decirles y aceptaban de todo corazón el desafío de liberar a los Hermanos Animales, incluyendo a los Humanos.

-Por último!... por último quisiera contarles algo que me acaba de ocurrir, momentos antes de venir a la Asamblea.
Resulta que, me encontraba yo en el balneario, dándome un buen chapuzón por cierto, así muy boca arriba, pataleando suave, mirando al cielo, cuando empezó a hacerse visible un círculo en el cielo.
Supe de inmediato que aquello era obra de Gaia. Y en aquel círculo en el cielo, pude ver la cara de un Niño. Un cachorro humano que dormía.
Fue entonces que sonó una campana y el Niño abrió los ojos, y comenzó a observarme desde allá arriba.
Yo me quedé muy quietita, y él me miraba. De a poco se fue acercando hasta que su cara estuvo a no más de dos Sirios que la mía. (En algún lugar Nario sonreía de que Ojito usase su sistema de medidas)

-Aquel Niño me miraba como si estuviese ahí mismo, sobre el estanque. No sabía que decirle, y a lo único que atiné fue a hacerle una guiñada.
Y el Niño pronunció mi nombre en el mismo momento en el que yo pronunciaba el suyo.
-Y que ocurrió luego? Preguntó Sirio.
-El Niño se esfumó, y también el círculo de Gaia. Pero, cuando estaba saliendo del agua, volví a escuchar la campanada, y sentí a ese Niño en mi Corazón.
En cuanto a mi, quisiera decirles que fue una señal, Una muy buena señal que da comienzo a nuestro Intento. A nuestro supremo intento de contacto y reconexión de todas las criaturas vivas, dijo Ojito.
(Y nuevamente Ojito fue aclamada por aquel hermoso grupo de criaturas que acababan de abrazar la causa del Servicio a los Demás por sobre todas las cosas.
No hubo en aquella asamblea ni una sola voz discordante.
Y sin dudas eso era Bueno... Era muy Bueno...



                                                          *

                                                   *       *
 


                                                        VII

Tres atardeceres después de la Asamblea, las primera Tríadas se preparaban para partir.
En principio saldrían tres tríadas. Lo harían al amanecer del día siguiente
La que partiría rumbo al Oeste, la conformaban Mijail, Nina y Votán, su pájaro vigía sería Hugo el zorzal.
La que tomaría rumbo al Este, la conformaban Rufo el Mapache, Líber el Carpincho y Artax el Puma, su ṕájaro vigía sería Picasa, la paloma.
Y la de rumbo al Sur era conformada por Colafuego, Pelusa la culebra y Ojito. Su pájaro vigía sería la Lechuza Relámpago.

Esa última noche hicieron una hoguera de despedida. Ya entonces, todos tenían en claro el plan.
La Idea, de ser posible, era evitar las ciudades. Buscar casitas más o menos aisladas, observar bien, hasta dar con los posibles candidatos. Todos sabían que los primeros intentos serían los más difíciles, pero alli estaban, dispuestos a sacrificarlo todo para conseguirlo.

Esa misma noche, antes de la partida, bajo la luz de la hoguera, a Ojito le asaltaron dudas. Por que si bien por un lado estaba segura de que las cosas tenían que ser así, pensaba en aquellos animales que debían sacrificar su paz y su felicidad por algo que por momentos parecía un imposible,
Pero entonces tocaba la tierra. Y esa fugaces dudas desaparecían.
Su conocimiento y sabiduría le daban mucha fuerza y energía. Pero ella casi había olvidado todo lo que cansa vivir en la Tierra.
Y se fue a dormir antes que todos. Incluso antes que Líber, el carpincho dormilón.

Aquella última noche en el Bosque, Ojito volvió a ver al Niño de su visión en el Balneario, esta vez en sueños.
Soñaba que lo veía dibujar. Dibujaba sin detenerse. Y en el sueño el niño se volvía de repente diminuto y mientras seguía dibujando su tamaño crecía hasta agigantarse. El sueño terminó cuando el Niño ya no era visible, por que se había vuelto parte de sus propios dibujos, y una voz preguntaba: “Como lo haremos?” y se repetía una y otra vez: “Como lo haremos?”

Ojito inquieta se despertó a la madrugada, repitiendo el nombre que ella sabía era el del Niño. Y preguntándose donde estaría.
Algo perpleja todavía, se dirigió de nuevo hacia el sitio de la hoguera, donde muchos animales dormían aún acurrucados unos con otros, se hizo un sitio y allí acurrucadita también le volvió el sueño y volvió a dormirse.

Al amanecer empezaron a despertarse todos. El Tiempo parecía pasar muy rápido. Los aprontes finales. Las Despedidas. Todo le parecía como un sueño a todos.
Y cuando quisieron acordar, los doce primeros animales con la misión de Gaia, salían por el desfiladero del Bosque Escondido.
Aquel sendero que recorría la meseta, absorvió más de una lágrima de aquellos valientes.
La paloma Picasa les contó algo que sabía de los Humanos, y era que muchos de ellos creían que llorar era visto como una devilidad.
-Como que una devilidad? Preguntó Rufo el Mapache.
-Si, muchos creen eso, dijo la Paloma.
-Devilidad es reprimir lo que uno Siente, dijo Rufo.
-Lo que pasa es que así es como han enseñado mucho tiempo, explicó la Paloma.
-Vaya, dijo Rufo. Menudo trabajo nos espera eh?
-Ni que lo digas, agregó Votán, ni que lo digas. Pero... quién sabe...
Ojito agregó:
-También aprenderemos de ellos cosas buenas, no tengan dudas.

Mientras bajaban la meseta, alguien comentó, y todos estaban de acuerdo, en esa sensación antes descrita, como de que el Tiempo parecía pasar muy aprisa. A todos les ocurría.

Al llegar al centro del Valle Florido, luego de caminar un rato, formaron allí un círculo de abrazos, y luego, cada tríada más su ave vigía, tomaron su rumbo asignado.
Nina Mijail Votán y Hugo, que iban al oeste, demoraron un poco más en salir, por que estuvieron absorviendo Energía Solar, ya que luego les tocaba caminar con el sol de espaldas.

Sabían bien todos que durante su travesía, no tendrían su agua Cristalina. Y que debían alimentarse a la manera antigua, tomando raíces, frutos granos y hierbas, con mucha precaución además, dado que sus organismos no estaban habituados a los alimentos sólidos.
Los tres grupos ya estaban a cierta distancia cuando se oyeron claramente los gritos de Votán, quién a pesar de su pequeña voz se hacía oír perfectamente.
Gritaba:
-Mucha Suerte Criaturas!!
Y enseguida, todos empezaron a gritar, y el Valle Florido se llenó de voces diferentes que decían los mismo:
-Mucha Suerte Criaturas!!
Y los Corazones, a través de esta sencilla acción, se inflamaron de entusiasmo.

Y más o menos, esos fueron los hechos de la partida de los “Misionarios”, que fue el nombre que alguien les puso la noche de la despedida junto a la hoguera.
                                                        *

                                                *        *


                                                    VIII

Cuando la tríada del sur comenzó a atravesar la Montaña de la Suerte, Pelusa supo que no podría conseguirlo. No haber considerado el terreno fue un error.
Por que si hubiesen tomado rumo este u oeste tal vez si, pero en la misma Montaña y allá adelante en el camino les esperaban muchas extensiones de terreno pedregoso y escarpado, y eso a Pelusa le iba fatal para su piel.

-Lo siento, dijo Pelusa. No hay cosa que más quisiera hacer que acompañarlos, pero ya se que no voy a lograrlo y soy muy pesada como para que Colafuego cargue conmigo.
Colafuego insistía en que podían lograrlo, pero era evidente que a la larga sería imposible.
Pelusa debía volver.
-Es que... si Pelusa debe volver, debemos volver todos, dijo Colafuego. Buscar un sustituto para la Tríada, por que esta Tríada se ha disuelto. Hasta aquí hemos llegado.
-Lo siento, volvió a decir Pelusa.

Desde la rama de un árbol, se escuchó un fuerte chistido. Y todos miraron a Relámpago que los miraba con los ojos como platos.
-Yo soy la vigía de esta Tríada, dijo la Lechuza, pero nada impide de que yo pase a formar parte de la Tríada, se muy bien lo que hay que hacer.
-Bueno, si... Pues si, dijo Colafuego, moviendo su cola de contento.
-Bien por ti Relámpago! Dijo Ojito. Así podremos seguir... Solo que nos apena... que tengas que volver sola Pelusa.
-Vayan ustedes tranquilos. No tengo ningún problema con la soledad, por el contrario, cuando me toca, la disfruto bastante.
Y quizo sonreir, pero en sus ojos había un rastro de tristeza por no poder seguir adelante.
Los amigos la consolaron y le dieron ánimos.
Al segundo amanecer, desde la partida del Bosque Escondido, los amigos despidieron a Pelusa, la que pronto desapareció entre unos arbustos.
Ellos entonces se dieron la vuelta y retomaron su marcha hacia el sur.

Solo había caminado unos pasos Colafuego con Ojito sobre su lomo y ya Relámpago aleteaba para elevarse, cuando escucharon el grito de Pelusa, quien sabe de donde:
-Mucha suerte Criaturas!
-Mucha suerte Pelusa! Mucha Suerte! Gritaron los amigos, y los corazones con ese sencillo acto volvieron a sentir esa magia que los comunica.

En tanto, los que viajaban al oeste, se enfrentaban a su primer obstáculo.
Hugo el zorzal venía con novedades.
-Para abajo el río es muy ancho, y más arriba el río se angosta, pero hay mucha correntada
-Y que hacemos? Preguntó Nina.
-Tenemos que pensar, dijo Mijail.
-Yo voy a dar una vuelta, a ver si se me ocurre algo, dijo Votán.
-Nos encontramos aquí, dijo Nina... No vayamos a quedar separados o perdidos.
-de acuerdo, dijo el ratón. Y salió con rumbo al monte.
Hugo también salió a recorrer, con las mismas intenciones que Votán.
Mijail y Nina se quedaron solos. Y recorrían la costa en un sentido, y luego en otro, buscando alguna posibilidad, pero en vano,
Cuando regresaban de arriba, de la parte angosta, los dos pararon las orejitas al mismo tiempo.
-Oíste eso? Dijo Mijail
-Si, dijo Nina, escuchá...
Y volvieron a oír el chillido de un ratón en el monte. De un ratón en problemas, no habían dudas.
Los dos zorros salieron a toda velocidad hacia el monte, haciendo ruido y con sus corazones latiendo deprisa.

Llegaron casi de inmediato al lugar de los hechos, y lo que vieron fue un halcón mediano batiendo alas y acercándose con sus garras extendidas hacia adelante, hacia la raiz saliente de un viejo árbol.
Y detrás de aquella raiz, parapetado como un guerrero, estaba Votán, arrojándole piedritas a aquella ave de rapiña, que a todas vistas quería desayunarse con ratón aquella mañana

Votán vió aparecer a sus amigos que quedaron pasmados ante la escena y dijo:
-No me oye, gritó Votán, está muy cegado por el instinto.
Entonces, los zorros chillaron al unísono, y el Halcón se asustó y se fue a posar en una rama alta, donde se quedó mirándolos, pero todavía con ganas de dar batalla.

Fue Nina la que se aproximó, y empezó a hablarle suavemente.
-Somos amigos... si quisieras oírnos tal vez pudiéramos ofrecerte este don que un día otros nos ofrecieron a nosotros.

El Halcón seguía aleteando, pero no se movía. Desde atrás de la raiz del árbol, donde se escondía todavía, se oyó la voz de Votán:
-Que no sabes pajarraco que los ratones viejos tenemos mal sabor! Habráse visto! Bufaba el ratón.
Mijail no pudo contener la risa, luego de aquel momento de tensión.

El halcón ahora se sentía desorientado, y miraba a aquellas criaturas que le hablaban en un lenguaje que no se correspondía con sus naturalezas.
Nina seguía hablándole suavemente, y Mijail y Votán también del mismo modo.
La Tríada estaba actuando...
El Halcón, de un modo que desconocía, empezó a entender lo que aquellas criaturas le estaban ofreciendo... Era otro Mundo...

El Halcón bajó de la rama, y se paró delante de aquellos animales parlantes.
-Aceptas libremente la transmisión de “el Legado” le dijo Nina, mirando al Halcón a los ojos. El Halcón movió su cabecita hacia abajo y hacia arriba.
-Que así sea, dijo Nina, sin dejar de mirar a los ojos del halcón.
Mijail se sentó sobre sus cuartos y mirando hacia la tierra, la tocaba con sus patitas, como acariciándola.
Votán, con sus ojos cerrados, sentía en su corazón a quien momentos antes había intentado atacarlo.
El Halcón permaneció inmóvil durante toda la reconexión.
-Bienvenido al sendero del Conocer, querido Anerson, dijo Nina.
Votán y Mijail repitieron las mismas palabras.
-Pero... Es posible? Fueron las primeras palabras de Anerson.
-Claro que si, dijo Nina. Ahora que has recibido “el Legado” tienes una gran respponsabilidad.
El Lenguaje Universal nos conecta a todos, pero siempre, y en todo caso, debe ser bien utilizado.
Nunca debe ser usado para herir o atacar a nadie.
Confiamos plenamente en ti, por que hemos confiado en Nosotros. Lo entiendes Anerson?
-Lo entiendo Nina. Y... y prometo... prometo ser fiel a esa confianza.

La tríada lanzó gritos de júbilo, y el Halcón se les unió muy contento.
En ese momento, recién regresaba Hugo, quien enseguida se hizo amigo de su pariente emplumado.

-No hay manera, dijo Hugo. He remontado y bajado por este río y no hay caso, mo les será posible cruzarlo sin riesgo de ahogarse.
-Hay que pensar, volvió a decir Mijail.
-A mi se me ocurre que podríamos armar una balsa con cañas o juncos...
-No es mala idea, dijo Nina, pero yo no he visto cañas. Tu has visto?
-La verdad es que no, dijo Votán.
-Y a ti Emerson. No se te ocurre nada? Preguntó Hugo.
-Bueno, a... Decir verdad? Se dice?
-Si Anerson, dijo Hugo.
-A decir verdad, si. Detrás de este monte hay un plantío natural de Cañamo. He visto como usan la fibra de sus ramas para hacer unas buenas... Sogas? Cuerdas? Como se dice?
-Cuerdas y sogas son los mismo, pero, Como se hacen esas sogas? Preguntó Mijail.
-Trenzando la fibra. Si nos damos maña para trenzar, Yo creo que esta misma tarde podríamos tener hecha esa cuerda para cruzar el río en su parte angosta.
-Manos a la obra, entonces, si todos están de acuerdo, dijo Mijail.
Todos estuvieron de acuerdo, y Votán dijo:
-Y donde están esos preciosos cañamos?
-Síganme, no están lejos, dijo Anerson.

Ante ellos, se extendía un montón innumerable de plantas delgadas y altas como cañas.
-Asi que esto es el cañamo? Dijo Votán
.Esto es. Dijo Anerson. Los Humanos lo han utilizado por mucho tiempo.
-Que bien, dijo Votán. Y ahora que hacemos?
-Voy a buscar algunos ejemplares...
Anerson utilizó su agudo pico para cortarlas, no sin antes pedirle perdón a la planta por hacerlo.

-Bien, dijo Anerson, por lo que recuerdo lo que nos será útil es el Liber.
-Liber? Como el carpincho? Dijo el ratón riendo.
.Que dices? Dijo Anerson.
-Liber es un amigo del Bosque, aclaró Nina.
-Ah! Dijo Anerson, pero de lo que yo hablo es de la fibra que nos será útil, se llama Liber, y está justo debajo de la corteza. Es decir, es la parte de en medio de los tallos, esa es la parte que usaremos para nuestra soga, el Liber.
-Ja! Cuando nuestro amigo se entere, dijo Votán, de que tiene un tocayo adentro de una planta caerá desmayado.
Todos rieron, y no habían dudas, aquel ratón tenía un sentido del humor infatigable, fuera en las buenas o en las malas.

Emerson les explicó la faena, y pronto con su pico empezó a quitar la corteza de las plantas. Hugo el zorzal le ayudaba con eficiencia.
En tanto, los zorros y el ratón empezaban a quitar el Liber y a trenzarlo, al principio con mucha dificultad y luego que le agarraron la mano trenzaban a buen ritmo.

Anerson resultó acertado en su pronóstico, y a la tardecita ya tenían hecho un buen trozo de soga resistente, de un largo mayor que el largo del río en su parte caudalosa.
-Con esto alcanzará, dijo Anerson. Quién ya había ido al río con Hugo a calcular.
-Intentaremos el cruce mañana, dijo Mijail, hoy ya estamos muy cansados.
Todos le dieron la razón y volvieron a la orilla del río con la cuerda.

Emerson escuchó asombrado los cuentos del Bosque Escondido y comprendió la misión de aquellos Hermanos, y esa misma noche se ofreció como “Misionario”. Por supuesto que su petición fue aceptada. Anerson burbujeaba con aquel nuevo sentido de su Vida.
Entendía el sacrificio de aquel cambio, pero también adivinaba todas las cosas buenas que le aguardaban.

Ya en su primera noche compartida con sus amigos, soñaba en conformar una Tríada con otros animales que ya vería. Le costó dormirse, de tanta cosa que imaginaba, pero al fin se durmió allí, junto al río, junto a sus nuevos amigos.

La Luna ya había salido entre los árboles, y muy lejos de allí, dos amigos que todavía no dormían, aún charlaban y mirando a la luna decían:
-Me cuesta entender eso de los lunáticos, de lo que hablaba Ojito, comentaba Artax el puma.
-Y si, a mi también, decía Rufo el Mapache. Pero bueno, hay que entender que hay muchas cosas desconocidas entre el cielo y la tierra, querido Artax.
-No es que dude de las palabras de Ojito, dijo el Puma, es que... no se... debe ser miedo a lo desconocido simplemente.
-Pero sentir el miedo no es malo, Artax, siempre y cuando el miedo no nos paralize. El miedo es lo que nos hace poner Alerta... siempre fue así. Los humanos le dicen el sexto sentido...
-A que? Al miedo?
-No, al estado de Alerta, respondió Rufo.
-Lo que a mi me preocupa de eso que Ojito llama Lunáticos, es que no me puedo imaginar como son, o que son...
-Tal vez solo sea una suma de errores en las cabezas de los humanos. Tal vez los lunáticos sean simplemente un mal funcionamiento. Puede que Humanos y Lunáticos sean la misma cosa, no?
-No lo se, no lo se, dijo el Puma.
_De cualquier modo, eso carece de importancia ahora, dijo el Mapache. Nos espera una enorme tarea por delante, que es la de encarar a los Humanos, que ya bastante difícil resulta...
-Dímelo a mi que soy un puma... No va a ser fácil convencerlos de que no soy una amenaza...
-Tu tranquilo Artax, que somos cuatro, y sabemos movernos. En tres amaneceres ya hemos iniciado un cuervo, y un hurón, que ya deben estar rumbo al Bosque para conocer la novedad y formar nuevas Tríadas.
Tu crees que ya habrán salido nuevos grupos?
-No lo se, supongo.
En ese momento se escuchó la voz de Liber el carpincho, que intentaba dormir hacía un buen rato.
-Oigan! Que les parece si dejan dormir a esta pobre criatura con sueño , caramba!
La Paloma se volvió a acurrucar junto al carpincho, y pronto vinieron los otros dos amigos a acompañarlos.

Artax seguía dándole vueltas a lo de los lunáticos, y le costó más dormirse. Hubiera preferido no saber aquello, pero ni modo... lo sabía, y lo que tenpía que hacer era superar esa inquietud. Después de todo, Rufo tenía razón. Aquello no era lo importante, se quedó con las palabras de su amigo, y poco a poco se dejó llevar por el sueño.

Aquella misma noche... Muy muy lejos de allí, (O tal vez muy cerca) una Mamá Humana golpeaba suavemente la puerta de la habitación de su hijo de diez años, por que veía la luz prendida por debajo de la puerta. Ya era casi medianoche.
Al nadie contestar, la Madre entró a la pieza y vió a su cachorro dormido sobre su escritorio, con un lápiz en la mano todavía.
Sin despertarlo, lo condujo a su cama, y lo arropó bien.
(Que Niño) pensó la Madre (Mire que quedarse dormido dibujando)

Antes de apagar la portátil del escritorio, observó aquellos dibujos.
No sabía que si Hijo dibujase los animales de aquel modo, eso era nuevo...
Y eran muy bellos.
En uno veía una rana, en el agua, panza arriba, en un ángulo de la hoja ponía “Ojito”.
Vió otro dibujo de un gran Perro sobre una roca que ponía “Sirio y Ojito”. La mujer tuvo que mirar de nuevo para descubrir la misma ranita a los pies del Perro.
Otro dibujo mostraba a un pequeño ratón arrojándole algo a un ave de rapiña, que no podía distinguir si era un águila o tal vez un halcón, aunque estaba bien dibujado. Este decía “Votán y Emerson antes de ser amigos”.
A la Mamá le brotó una lagrima al ver aquellas creaciones de su Niño...

Los Corazones se alineaban con el Universo en momentos asi...
Y cuando eso ocurre, es algo Bueno.
Es Algo muy muy Bueno...

                                                        *

                                                *       *



                                                     IX

Ya era de mañana y en los diferentes puntos cardinales, más temprano o más tarde, los “Misionarios” absorvían la energía vital del Sol mañanero.
Y echaban muy en falta, desde luego, el Agua Cristalina.

-Voy a salir a buscar alimento, dijo Liber el carpincho, un poco de pasto fresco me hará bien.
-Ay! Si. Yo ya me empiezo a sentir dévil...
-Artax! Vení! Le gritó el mapache. Por aquel lado me pareció ver fresas silvestres.
-Que bueno! Pero voy a precisar un montón para recuperar fuerzas.

Estaban en un terreno bastante ondulado, los arbustos que señalaba Rufo estaban en lo alto de una lomada.
Liber se quedó abajo pastando... afortunadamente para él, el pasto era generoso en aquellas regiones.
-Ves? Dijo el Mapache, estos frutos son buenísimos...
No del todo convencido, Artax, sin embargo, empezó a comérselos de buena gana.

Al rato, estaban los dos con los hocicos y el morro completamente colorados, y haciendo chistes sobre la tinta roja que les iba a salir por el que te dije cuando fueran a hacer ya saben que...

Evidentemente se hartaron de fresas, y evidentemente tantas fresas le provocó dolor de panza a los dos amigos, y si, también una fuerte cagalera de tinta roja, pero cuando eso les ocurría, ya no les parecía tan gracioso.
El dolor de la panza era muy agudo, y los retorcijones no les dejaban seguir camino, sencillamente, no podían seguir adelante.

Picasa y Liber los acompañaban en su padecimiento, al pobre Artax solo le faltaba llorar, de lo mal que se sentía.
El mapache giraba para un lado y giraba para el otro, no podía quedarse quieto.
Liber dijo entonces:
-Ahora que pienso... hay una hierba saben? Suele crecer al pie de los sauces. Eso es buena medicina para lo que tienen. Pasa que por acá no he visto sauces.
-Yo si vi uno, dijo Picasa, un poco al norte de acá, no muy lejos, pero no conozco la hierba.
-Yo voy, dijo Liber, Picasa, tu guíame.
-Para eso estoy, dijo la palomita, y alzó el vuelo.
-Ya volvemos amigos, no desesperen, espero enconttrar la planta...
-Acá te esperamos, dijo Artax.
-Si, dijo el mapache, quietitos como piedra de laguna, e intentó una sonrisa que se volvió mueca, es que los retorcijones no perdonaban.

Líber salió por el rumbo que Picasa le iba marcando. Ya era de tardecita, y el sol ya se estaba empezando a ocultar a su izquierda, de un color encendidamente colorado.
-Vaya, dijo Liber para si mismo, parece que el colorado es el color del día...

Como hemos dicho, aquellos terrenos eran bastante ondulados, la vegetación era baja, cosa que a Liber no le hacía mucha gracia.
Por que sin la compañía de sus amigos, sobre todo de Artax, se sentía algo desprotegido por aquellos parajes, donde tampoco había mucho lugar para ocultarse en el caso de que un depredador anduviese en la zona.
-Picasa! Picasa!
Y la paloma bajó.

-Picasa, por favor, si ves el mínimo movimiento, avisame.
-Por supuesto Liber, como no habría de hacerlo.
-Te decía... te decía por las dudas.
-Bueno, dijo socarronamente la paloma, me parece que hay más animalitos a los que se les afloja el vientre.
Liber lanzó una carcajada y dijo:
-Vaya, pensé que era el único en el grupo con sentido del humor, pero vamos Picasa, vuela y observa, que a lo mejor alguien acecha.
-Ay Liber, Liber, dijo la paloma, y volvió a alzar el vuelo.

De verdad que Liber tenía motivos para preocuparse, por que el crepúsculo ya estaba allí. Y como es sabido, es la hora en que los animales cazan.

Liber seguía el camino que la paloma trazaba con su vuelo, y en algún momento comenzó a escuchar un sonido sostenido.
Se detuvo a escuchar, pero no alcanzaba a adivinar que podía ser.
Siguió avanzando, y se dió cuenta que el sonido venía de la dirección a la que se dirigía.
Era como una percusión, a medida que se acercaba lo identificaba más, si, era un tambor, y también un silbido. Por algún motivo, aquel sonido le transmitía calma a Liber, que continuó adelante.

-No lo he visto aún, dijo Picasa, que se había parado en el lomo de Liber, pero es Humano seguro.
El tambor sonaba más fuerte y el silbido era muy claro.
-Y si es una trampa? Sugirió Picasa.
-Yo no me siento en estado de alerta, dijo Liber, por el contrario, siento confianza...
-De acuerdo, dijo Picasa. Y se quedó paradita nomás arriba del carpincho que seguía avanzando.
Al poco pudieron ver... había una hoguera... Y había un sauce . Un sauce?
Y debajo del sauce: un hombre... de pelo gris, muy largo, sostenido con una vincha de colores.
Era el Humano que silbaba y tocaba su tambor.

Los dos animalitos quedaron mirando aquella escena como hechizados en la penumbra.
Entonces se hizo silencio, y la sangre de Liber y Picasa se detuvo por un instante...
Allí oyeron su voz.
-No van a quedarse ahi toda la noche no? Dijo una voz suave y clara como el viento.
Liber miró de reojo a su amiga que todavía estaba en su lomo y le dijo en un susurro:
-Un Humano que habla el Lenguaje Universal.
-Nunca habíamos oído a uno...

-Y bien? Volvió a decir aquella suave voz.
-Vamos, dijo Picasa. Y Liber se fue acercando al sauce, a la hoguera, y a aquel curioso humano que se encontraba allí sentado.
-Los estaba esperando, dijo el Humano aquel que tenía la cara y los brazos pintados, y miraba fijo el fuego.

-Pe- pero usted habla... dijo Liber
-Los de mi especie dirían que lo curioso es que “ustedes” hablan.
-Quiero decir, dijo Liber, me refiero a que usted habla el Lenguaje Universal de los Animales Secretos.
-Pues si... parece que somos Animales Secretos.
-Pero usted es Humano, dijo la Paloma.-
-Si...un animal que camina en dos patas, como tu ahora, le dijo el hombre a la paloma.
Ante esto, Picasa y Liber no tuvieron otra que soltar la risa. Si, aquel Humano era un buen presagio.

-Sabía que nos encontraríamos, dijo el hombre. Y como están sus amigos?
-Muy mal de la panza, dijo Liber, vinimos a por hierbas.
-Biem, ya veremos. Pero ahora mismo, ustedes y yo deberíamos hablar.
-Pero primero díganos, dijo la paloma, díganos quien le ha enseñado el Lenguaje Universal? Preguntó Picasa.
El Humano pintado no contestó, pero con un dedo índice tocó la tierra.
-Gaia?? exclamó Picasa.
Pero el Hombre no dijo nada, se limitó a mover los labios en una inmóvil sonrisa.
-Nosotros, dijo Liber, marchamos en una misión. Una misión que Gaia nos ha encomendado.
-Lo se, dijo el hombre.
-Como que lo sabes? Dijo Liber.
-Soy un Chaman. Es necesario que sepa todas estas cosas.
-Y que es ser un chamán? Preguntó Picasa.
-Es como ser un animal Libre que busca más Libertad. Un animal que camina afuera y camina adentro de uno mismo también.
Además volamos... como Tu...
La Paloma quedó perpleja, pero no dijo nada.

-Se que hay un lugar, dijo el chamán, un lugar donde los animales han encontrado un camino para todos, un camino de paz y entendimiento. Yo lo sé... Sé también que tienen que llevar ese mensaje a los Humanos.
-Tu podrías ayudarnos, dijo de pronto Liber. Tu hablas el Lenguaje..
-Lo haré del modo en que pueda, dijo el Chamán, pero no puedo acompañarlos... para empezar por que yo ni siquiera estoy aqui...
Los animales se quedaron en silencio, mirándolo, aquel hombre no parecía bromear.
-Pero... presten atención! Ahorita mismo el fuego trae la imagen, dijo el Chamán. Y a continuación escupió algo sobre el fuego que esparzió una enorme cantidad de cenizas luminosas que permanecían suspendidas en el aire.

La Paloma y el Carpincho permanecieron con su vista viendo aquella danza de cenizas, en tanto el chamán volvía a silbar y a tocar aquel pequeño tambor entre sus piernas.
Las cenizas parecían girar, y ahora podían ver otros colores que antes no estaban.
Giraban y giraban, al ritmo del tambor y del silbido.

Se definía aquello como un círculo con múltiples formas coloreadas dentro de él. Era muy hermoso.
Entonces el chamán escupió de nuevo y aquello desapareció, pero se formó otro círculo de aquellos con otros diseños y colores. Y luego así una tercera vez, y una cuarta.

-Hay peligro!... dijo el chamán. Rumbo al oeste...pasada la pradera de fuego... territorio de Lobos... ellos no van a escucharlos todavía... tienen que ser veloces... veloces como el viento.
-Lobos?... repitió Liber

Lo que hizo entonces el chamán, no pudieron verlo bien, pudo haber tirado agua, quien sabe, lo cierto es que el fuego se apagó, y el humo subió.
El chamán entonces, empezó a repetir algo.
Decía: La Niña de los Mandalas, la Niña de los Mandalas.
Los animales pudieron distinguir en aquel humo, la cara de una Niña. Lo curioso es que la Niña también parecía mirarlos.
La visión duró el tiempo que duró, y después empezó a difuminarse.

Cuando Liber y Picasa miraron a su lado, vieron que el Hobre pintado ya no estaba.
-No está! Gritó Picasa
-No está... repitió Liber estupefacto. Pero mira... dejó esto.
-Que es? Dijo Picasa
-Es la Medicina que precisan nuestros amigos. Venga volvámonos ya Picasa.
-Madre mía, repetía la Paloma, Madre mía.
-Si si Picasa, Madre mía, dijo Liber, pero anda alzando el vuelo mi querida.

Picasa alzó el vuelo y vigiló el regreso de Liber con las hierbas curativas.

No fue hasta el día siguiente, en que Artax y Rufo ya se habían recuperado, que Liber y Picasa le contaron a sus amigos el encuentro que habían tenido la noche anterior.
De ello hablaron mucho ese día, y también los días siguientes.

Cuidaron mejor su manera de alimentarse, intentaban no excederse, y de ese modo también, pudieron acelerar la marcha.

Dos cosas ocupaban principalmente los pensamientos de los amigos.
Una era la Niña, la Niña de los Mandalas... la otra... la otra eran los Lobos.

                                                          *

                                                   *       *



                                                         X


Hugo el zorzal, y Votán el ratón, estuvieron aquella mañana enseñándole a Anerson el halcón, algunos trucos para ir haciendo la transición en su forma de alimentarse. Obviamente a los animales cazadores, y sobre todo a los carnívoros, les resultaba más difícil dejar de golpe sus costumbres, por eso tenían esos pequeños trucos que ayudaban a los animales a llevar lo mejor posible aquellos cambios.

-La soga está terminada, informó Mijail.
Nina está haciendo nuditos en las puntas, para que no se deshilache. Lo que no se es como vamos a hacer para engancharla al otro lado.
-No hay problema, dijo Anerson. Tomo con el pico una punta y la cruzo al otro lados. El problema es que luego no se atarla.
-Tampoco hay problema, dijo el ratón, el nudo lo hago yo, pero primero tendrás que cruzarme tu, le dijo al halcón.
-Claro que si, perfecto, dijo el halcón, agachándose para que Votán pudiese trepar a su espalda.

El ratón les hacía adiós con la mano a los amigos que quedaban en tierra, mientras se elevaba cruzando aquella parte del río, no muy ancha, pero si muy caudalosa
Y cuando ya estuvieron al otro lado, Anerson volvió a buscar la soga.
Lo vieron tomarla con el pico, al principio con dificultad, para elevarla luego. Provisoriamente los zorros habían atado la cuerda de su lado, asi que Anerson se elevó hasta que la cuerda le ofreció resistencia. Entonces empezó a bajar muy despacio, y a su vez tirando hacia el otro lado del río.
Llegó al fin al otro lado, pero la cuerda hacía mucha fuerza para abajo y Votán no podía manejarla para practicar el nudo, se le iba.
Anerson, entonces, tomó la cuerda con su pico y también Hugo le ayudaba para sostenerla lo más tensa posible, de manera que Votán pudiese anudarla en la raiz de un viejo y sólido árbol.

Cuando estuvo hecho, Votán gritó:
-Lista! Y todos gritaron de entusiasmo.
La primera en cruzar fue Nina, que lo hizo tan rapidamente que dejó a todos sorprendidos.
Y cuando ya estuvo al otro lado le gritó a su compañero:
-Meté la cola enre las patas!
Pero Mijail, en su entusiasmo, no escuchó el consejo de su amiga y se largó a cruzar de cola suelta.

Cuando iba por la mitad del cruce, sucedió lo que Nina había temido: la cola del zorro había tocado el agua, y le hacía más difícil el desplazarse por la soga debido al peso extra.
Mijail iba muy despacio, y todos notaban que le costaba mucho esfuerzo el conseguirlo. La cola empapada pesaba mucho.

Nina estiraba las garritas de sus patas para intentar alcanzar a Mijail, pero no había caso, no llegaba.
-No aguanto, dijo Mijail. Y la cola se le fue de nuevo al agua, pesaba mucho, y la corriente era muy fuerte.
Nina hizo un último esfuerzo por alcanzarlo, pero fue en vano, por que Mijail ya no se pudo sostener de aquella cuerda y cayó al agua.
Sin dudar ni por un segundo, Nina también se arrojó al agua. Ambos sabían que ninguno de los dos sabía nadar. La corriente se los llevó de inmediato, y sus amigos no pudieron hacer otra cosa que gritar y chillar de la desesperación, las aves desde el aire, siguiéndolos y Votán corriendo por la orilla, pero como la corriente era mucho más veloz que el ratón, pronto los perdió de vista. Pero igual siguió corriendo. Corrió hasta que ya no pudo hacerlo y cayó al suelo, y llorando empezó a decir:
-Gaia!! por favor! Por favor! No permitas que se ahoguen. Ayúdalos! Ayúdalos por favor! Te lo pide tu hijo! Te lo pide tu hijo! Gaia, Gaia!

Los zorros habían conseguido abrazarse y Nina le repetía: Mové las patitas, mové la cola!
Por momentos se hundían y volvían a salir a flote, tal vez al estar abrazados, pero las cosas se ponían difíciles.
Mijail le pedía perdón a Nina y Nina le decía que se callase, que ya saldrían de esa, pero a cada momento se veía más difícil que pudiesen salir de esa.

En el momento en que le dijo a Mijail que saldrían de esa, a Nina la cabeza le empezó a dar vueltas entre burbujas, reflejos del sol y recuerdos como fotografías que se le aparecían... si, se estaba ahogando.

Y lo que ocurrió fue que, en medio de su desesperación, ambos vieron algo más. Nina vió a una mujer, a una humana joven, acuclillada en la arena, frente a un enorme mar azul.
Quien sabe por que o como, pero Nina, al verla, supo que es amujer podía hacer algo por ellos, esa Mujer soñaba despierta, tenía poder en su imaginación...
-Ayúdanos, dijo Nina desde el fondo de su corazón...

Por su parte, Mijail vió a un Hombre, un Hombre con una pluma en su mano, pero totalmente inmóvil, mirando a ningún sitio.
El agua ya entraba en sus cuerpos en forma de involuntarios tragos que los ahogaban... Y cuando ya todo parecía perdido, Nina escuchó la voz de aquella Mujer frente al mar que imploraba:
-Que el Mago haga algo, que el Mago haga algo!

Entonces, muy lejos de allí, o tal vez muy cerca, el Hombre de la Pluma escribió:
-Agárrense!! Agárrense del palo!!

En medio del shock que sufrían los zorros, alcanzaron a oir una voz que les gritaba:
-Ahora!! Agárrense Ahora!!
Y los dos zorritos, casi ahogados, se soltaron uno de otro, para coger con sus garras un palo que le estaban estirando desde la orilla.

Con sus últimas fuerzas se prendieron, entre toses y llanto y agua en los pulmones, se agarraron de aquel palo, que los sacó para la orilla, pero cuando los sacaron del agua, los zorros habían perdido el conocimiento.

-Titus!! es increíble!. La intuición, el palpite era Real. Llegamos justito a salvar a estos zorritos.
El pequeño Mono, llamado Titus, le hacía masajes a los zorros para sacarles el agua de los pulmones.
Con grandes sacudidas y nerviosismo, aterrizaron Hugo y el Halcón , muy asustados. Aquel hombre había sacado del agua a sus amigos, pero no sabían que hacer, todo daba vueltas, el hombre parecía bueno... y además ese Monito, Que estaba haciendo ese monito?

-Déjenme adivinar, dijo el Hombre, en el Lenguaje Universal de los animales Secretos, Ustedes cuatro vienen juntos no?
-Si...dijo asombrado Hugo, ya que era la primer vez que oía a un hombre hablar el Lenguaje Universal.
-Lo cierto es que somos cinco. Todavía falta un amigo, que se ha quedado solo en el monte...
-Pues ve a buscarlo, dijo el Hombre... no te preocupes por tus amigos que ya se repondrán, yo estaré aqui con ellos, pierde cuidado. Los masajes de Titus son infalibles, anda, ve tranquilo.
-Gracias, dijo el Halcón.
-Te acompaño, dijo Hugo,
-Si, vayan, vayan y encuentren al perdido. Estaremos aqui mismo.

El zorzal y el halcón se introdujeron en el monte, aleteando río arriba. Y cuando al fin encontraron al ratón, como pegado a la Tierra, y muy conmocionado, le contaron la buena nueva de que un Humano habia rescatado a los amigos, entonces el ratón comenzó a chillar y dar gritos y decir: “Gracias Gaia! Gracias Gaia! Gracias Vida!!

Cuando dejó de gritar y se le pasó el arrebato, y estaba más calmo, se subió encima del lomo de Emerson, y este, durante el breve viaje le contó que aquel hombre iba acompañado de un Monito y que además hablaba el Lenguaje Universal.
Votán estaba seguro de que aquel Hombre no había aparecido por casualidad, y así se lo manifestó a Emerson.
Así que cuando llegaron, tanto Nina como Mijail ya habían recuperado la conciencia, aunque todavía no hablaban, y fue el hombre el que habló:
-Si quieren que les diga lo que pienso, dijo, lo que pienso es que todo esto no ha sido para nada casual.
-Caramba, dijo Votán, es lo que le venía diciendo a mi amigo, pero, por cierto, antes que nada muchas muchas gracias por el auxilio. Y se acercó a abrazar a los zorritos, que todavía daba pena de verlos.
-En cuanto a mi, les cuento lo ocurrido, dijo el Hombre. Resulta que veníamos con mi amigo Titus y mi amiga la Mula Plateada que es quién tira del carro que nos lleva. Como decía, veníamos por el solitario y polvoroso camino que pasa por aqui arriba, cuando de pronto, de la nada escuché esta voz de Mujer, una preciosa voz que gritaba: “que el Mago haga algo” “que el mago haga algo” repetía.
-Yo la escuché, dijo Nina, una Mujer con el cabello color de zanahoria y ... pero Nina no pudo continuar por que le vino un acceso de tos.
-Yo... yo vi un hombre, dijo Mijail pausadamente. Un hombre con... una pluma. Cuando ya creí que estaba... muerto. Aquel hombre escribió... escribió algo que tenía que ver... con Nosotros, con todos Nosotros... pero no recuerdo que...
-Ahora si! Dijo el Hombre, tenemos todas las pruebas de que la Magia Activa nos condujo a esta situación. Por cierto, soy Juan Doe, soy Mago si se quiere... y este es mi amigo Titus.
Viajamos en un carro, como he dicho, también nos acompaña otra amiga “la Plateada”. Que debe estar preocupada con nuestra súbita desaparición en la maraña de estos montes. No había tiempo de explicaciones... aunque a decir verdad tampoco había explicaciones, solo la prisa por llegar donde teníamos que llegar, aunque eso solo lo sabemos ahora, jeje.
Oigan, les gustaría acompañarnos esta noche.
Nos podríamos conocer un poco más. Y pueden apostar a que haré una bonita fogata... y además asaré castañas. Nos encantaría que viniesen.
El mono Titus no hablaba el Lenguaje Universal, pero lo entendía, y le hacía ademanes a los demás para que aceptasen la invitación.
Sin decir nada, los amigos salieron caminando al lado de Juan y de Titus, rumbo al camino, allí donde la Mula les esperaba.
Al llegar, le soltó los arneses a la Mula y le contó lo acontecido. La Mula permanecía en atención, pero nada impidió que se pusiese a pacer la hierba de los alrededores.

Como había prometido, Juan preparó un buen fuego para asar las castañas. Y la conversación se animó, charlando de muchas cosas.
Los animales explicaron su misión, y confesaron que lo que menos habían esperado era encontrarse un humano ya iniciado en el Lenguaje.
Por esa razón, Juan Doe les contó como fue que lo había recibido.

-Fue por mi abuelo, contó el hombre. Cuando yo era pequeño, este me llevaba a la Naturaleza. El decía que iba a pescar, pero que va, era una excusa. El llevaba las cañas y todo, pero lo que no sabían es que esas cañas no carecían de anzuelos. Lo que mi abuelo hacía era acomodar el pan o la carnada en la punta del hilo o de la tanza, y esperar a que los peces viniesen a picotear. Eso era lo que le gustaba a mi abuelo, el titilar de las boyas.
Junto a él fue que asimilé la Magia Activa, que es simplemente la consecuencia de ayudar y servir a los demás.
-Pero. Y como aprendiste el Lenguaje? Preguntó Votán
-Verán... fue como un sueño... Estábamos allí, en la orilla de aquel arroyo, mi abuelo atento a sus boyas, yo, mirando las polillas revoloteando alrededor de un viejo farol a querozene.
Cuando miré a mi costado, vi que mi abuelo se había dormido. Y aunos metros más allá, tres animales que me observaban, y que jamás olvidaré.
-Una Tríada, dijo Hugo.
-Si, eran tres, dijo Juan, Un perro con una gran cola rojiza, una rana y una lechuza. La rana parecía hablar adentro mío, y entonces me ofreció eso que llamaban “el legado”.
-El Legado, si, dijo MIjail. Pero hay algo raro en todo esto. Quiero decir, tu recibiste el legado siendo niño. Y por la descripción que acabas de hacer, pareciera que hubieses recibido el legado de nuestros amigos Colafuego, Ojito y Relámpago... Y eso debería ser imposible, por que esa misma Tríada partió junto a la nuestra, hace pocos amaneceres ¡Como podrían haberte iniciado a ti, siendo un niño?
-Responder a eso para mi no es difícil, dijo Juan Doe.
-Y bien? Dijo Mijail.
-Mi respuesta, dijo el Mago, es que para la Magia Activa no hay imposibles. La Magia Activa es el Misterio del Amor que atraviesa el Universo. Y en ese Amor, todo es posible. El Tiempo es solo un juego, me dijo una vez un buen anciano. Y en lo que a mi respecta, confío plenamente en el Misterio que de a poco se rebela.
El Mago se quedó mirando el fuego, o tal vez las polillas que revoloteaban a su alrededor.

-Ha ocurrido, dijo Hugo, Ha ocurrido!
-Y sigue ocurriendo, agregó Nina. No sienten acaso, los hilitos de Luz que nos conectan?
Todos sonrieron, por que así lo sentían... todos lo sentían.
-Confiemos pues en el Misterio, dijo el pequeño Ratón.

Entonces ocurrió que “Tres son una Nube”, y la Tríada le ofreció el Legado a Titus y a Plateada, que entendían el lenguaje pero no lo hablaban, y aceptaron muy emocionadamente.

Hicieron lo necesario, y al poco rato Titus ya practicaba el nuevo Don, al igual que la Mula.
Titus les contó que siempre había tenido un sueño Y era recitar inspiradas palabras de gente que trascendía el tiempo con sus versos. Su amigo Juan lo había aficionado desde muy chico, leyéndole poemas, que al parecer Titus sistematicamente memorizaba. Y ahora Juan escuchaba a su amigo recitar versos que ni siquiera él recordaba ahora...
-También he compuesto alguno, dijo Titus...
-Por favor, dijeron todos...
El Mono volvió a aclararse un poco la garganta y recitó:
-Nada que temer, ni nada que pueda ya quedar oculto
Disolviendo rebrotes de espasmódicos anhelos
Perdonándonos y desbloquándonos
No hay otra cosa que Nosotros, Aqui, afirmando la Unidad
Volviendo allí... adonde siempre pertenecimos...

Todos quedaron de piedra oyendo a Titus, y con gran emoción todos vibraban ante sus palabras. El Mago tomó la manito de su amigo, y se lo quedó mirando. Nadie dijo nada.
Y es por que a veces el Silencio, dice más y mejor que las palabras.

                                                      *

                                              *        *


                                                    XI


El grupo de Colafuego, Ojito y Relámpago, continuba camino al sur.
Habían conseguido transmitir el Legado a unos cuantos animales más bien dispersos, pero todavía no se habían encontrado con Humanos.

Les tocó atravesar un bosquecillo que les hizo recordar a su Bosque. Incluso tenía un precioso Lago interior.
-Es un sitio estupendo como para fundar una Comunidad, dijo la Lechuza Relámpago.
Al poco, les salió a su encuentro una liebre gris muy comunicativa. Y casi ni precisaba preguntársele si quería recibir el Legado, lo intuía. Al sugerirlo Colafuego la liebre aceptó de inmediato, y en pocos minutos ya estaba charlando de las cosas importantes con sus nuevos amigos.

-Lo que me quieren decir es que podríamos alimentarnos, todas las criaturas, del sol y del agua Cristalina? Preguntó Pirú, la liebre.
-Si, dijo Colafuego, venimos viviendo de esa forma hace ya bastante tiempo, muchos soles.
Nos ha dado la posibilidad de convivir muchos diferentes animales sin ese temor de que una especie se alimente de otra.
En ocasiones comemos hierbas, raíces y frutos, como es el caso de este viaje. Pero en el bosque, donde vivimos, con el sol y el agua tenemos suficiente.
-Les oí decir, dijo Pirú, que este lugar sería un buen sitio para crear una comuna como la de ustedes . De verdad creen que sea posible?
-Gaia nos ha pedido eso, dijo Ojito. Que llevemos el modelo por el mundo. Este lugar es Hermoso, está lleno de animales, creemos que el Lago es ideal para la Alquimia Estelar.
Consigue ya un par de amigos, Pirú, cuéntales lo que te ha ocurrido y nos está ocurriendo. Forma tu Tríada, y así estarán en condiciones de transmitir el Lenguaje Universal de los Animales Secretos.
Si todos se ponen de acuerdo por aquí, lo que tienen que hacer es ir al Bosque Escondido y pedir el agua Cristalina.
Cuando vayan, hablen con Baltasar, la tortuga, el les explicará con detalles lo que deben hacer con el agua. Como trasladarla. Como Cultivarla. Luego otros pioneros a su vez podrían venir a vuestro Lago y llevar el Agua Cristalina a otros lagos para iniciar Nuevas Comunas.

-Aguarde, no vayan a irse, dijo Pirú. Voy a buscar unos amigos... pero no se vayan eh?
-Ve tranquilo Pirú. Djo Colafuego.
Al poco rato, Pirú volvió con dos amigos, una cigueña y un pato, quienes recibieron el Legado, y ahi mismo Pirú comenzó a organizar su propia expedición al Bosque Escondido. Alli donde los esperaba el Agua que todo lo cambiaba.

Se separaron a la tarde muy alegres, y con gran entusiasmo por parte de todos.
Colafuego con Ojito sobre su lomo, y la Lechuza allá en la altura, guiando el camino, se fueron alejando de aquel bosque que prometía ser tal vez el primer enclave en fundarse, y ojalá el ejemplo se difundiese velozmente...

Ojito iba visiblemente emocionada.
-Te das cuenta? Decía Ojito. Lo estamos haciendo. Lo estamos haciendo!
Colafuego no respondió, pero el movimiento de su cola era elocuente.

Ya habían salido del Bosque hacía un buen rato cuando Relámpago bajó y les comunicó que había visto un camino... un camino de humanos.
-Tomémoslo, dijo Ojito... No voy a negar que los humanos me dan un poco de yu-yu, pero más temprano o más tarde tendremos que encontrarlos, es decir: tendremos que encontrarnos.

Y resultó que el encuentro ocurrió más pronto de lo esperado, por que antes del atardecer, volvió Relámpago con la novedad de que un hombre, al parecer con un arma de fuego, venía rumbo a ellos en sentido contrario y que lo acompañaba un perro con manchas.
-Rápido, a esconderse, dijo la Lechuza
Y Colafuego salió rápido a buscar un escondite.
-Ahora si que me dió el susto, dijo la Rana.
-Tranquila, dijo Colafuego, los cazadores no gastan sus explosiones en animales como nosotros.

Se habían ocultado en unos arbustos, que si bien nadie podía verlos desde el camino, ellos si podían ver a quien venía por ese camino.

Un poco nerviosos, se quedaron allí esperando, entonces, de a poco, empezaron a sentir los pasos de aquel humano que se acercaba.
Pronto fue visible. Era un hombre de pelo largo y blanco, con barba larga del mismo color.
LLevaba un sombrerito de paja, ropa con señales de mucho uso, y un calzado en los pies que delataba muchos caminos recorridos.
-Si, tiene un arma, la trae al hombro, dijo Ojito, escondiéndose cuerpo a tierra.
Colafuego observó bien. Vió el perrito que venía más atrás y dijo:
-No, no es un cazador... Eso que lleva al hombro no es un arma. Es... un palo... con una bolsa colgada en la punta.
-Ey! Miren! Dijo Relámpago, acabo de ver salir un pajarito de esa bolsa.
-También lo he visto, dijo Colafuego. Yo voy a salir, este humano parece humano.
En ese momento sintieron un silbido. Aquel Hombre estaba emitiendo un particular silido que al parecer era respondido por aquel pajarito, que era un gorrión y que volvió a meterse de nuevo en la bolsa que el hombre llevaba colgada de aquel palo.

Colafuego entonces se hizo visible ante aquel hombre y ante el perrito que se quedó detenido observando, sin ladrar.

-Ah! Pues entonces era cierto, dijo el Hombre. Pero aquel hombre no hablaba el Lenguaje Universal, y no era tan fácil entenderle.
Colafuego movía la cola y ladró como saludando.
-Si si, decía el hombre, ya te he visto yo a tí...
El perrito manchado movía la cola, pero no salía de atrás del hombre.
-Te he visto en sueños... hace mucho tiempo. Pero no estabas solo...
Colafuego se dió la vuelta, y de entre los arbustos, salieron Ojito y Relámpago, algo confundidas todavía.
-Si, dijo el hombre, no hay ninguna duda, los conozco de mi sueño, era ustedes, si señor... pero... esto es muy fuerte...En ese momento, el gorrión salió de la bolsa que colgaba del palo y volando se fue a parar en el sombrero de aquel viejo caminante..
Pero la pregunta es... Y por que los conozco de un sueño? Quiero decir... Tiene sentido esto? Quienes son ustedes?

Colafuego hizo lo que siempre hacía cuando ofrecía el Legado. Sintió a la criatura en su corazón y le hizo la pregunta.
No estaba muy seguro de que pudiese oírla, por que era un Humano muy mayor, pero el anciano caminante la sintió enseguida, y sun dudar respondió:
-Claro que si...
Los animales entendieron su aceptación y se ubicaron frente a él. Ojito tocaba y miraba la Tierra, Relámpago miraba al hombre a los ojos y Colafuego, con los ojos cerrados lo sentía en el corazón.

El hombre había quedado inmóvil, el perrito gris y el gorrión, también muy quietos, miraban y esperaban.

-Bienvenido al Sendero del Conocer, querido Beto, dijo Colafuego. Recibir el Legado acarrea responsabilidad. El Lengiaje Universal nos conecta a todos, pero siempre, y en todo caso, debe ser bien utilizado.
Nunca debe ser usado para herir o atacar a nadie. Confiamos en ti, por que hemos confiado en nosotros.
-Lo comprendo amigos, y prometo ser fiel a esa confianza. Fueron las primeras palabras de Beto en el Lenguaje Universal.
Luego el Lenguaje fue transmitido al perro de las manchas, que era llamado Pucho por Beto, pero que eligió libremente llamarse Pelufo.
Luego le tocó el turno al gorrión que anidaba en la bolsa de Beto, eligió el nombre que Beto le había puesto: Julio Verne.

Ojito, Colafuego y Relámpago les contaron buena parte de la historia y el mensaje de Gaia.
El hombre por su parte, les contó su historia, que no era más que la historia de un hombre que, hastiado de las ciudades y sus normas y reglas, se había largado a andar los caminos... Asi que lo que más hacía era eso, caminar, y buscar sus medios de supervivencia. Además de meditar y reflexionar sobre la Vida, que para eso había elegido su destino de peregrino.

Les contó más en detalle el origen de su sueño, de ese sueño con ellos que en verdad había tenido hacía muchos años. Ese sueño en que por algún extraño motivo, la Tríada se había manifestado en un pasado lejano. Pero todos sabemos que en los sueños el tiempo es muy distinto...
Ojito no sabía que pensar sobre ese hecho, aquello les parecía extraordinario, pero solo un poco más extraordinario que todo lo demás que estaban viviendo.

Beto les confesó que el siempre había estado sintiendo ese llamado de la Tierra, y que es amisma Tierra había sido la matriz que lo había cobijado y sustentado todos aquellos años al aire libre.
También les confesó que sus sueños se habían trepado a la realidad, y que a partir de ahora, no había lugar a lo imposible.
Les contó como muchas personas le llamaban “loco”, pero el solo sabía que no podía fingir estar bien entre gente que se aprovecha de otros engañándolos y de gente que se aferra a la amnesia y deja que otros piensen por ella.
Y si, tenía bastante en claro eso de los Lunáticos, aunque el los llamaba de un modo diferente.
-Yo les llamo los E'epa. Son como ideas. Posiblemente sean una parte olvidada, no lo se... Hace que los seres no se sientan unidos, hace que no engañemos nosotros mismos.
-Y tu que crees Beto? Están los humanos listos para salir de esa influencia? Preguntó Pelufo.
-Antes pensaba que era imposible... pero ya ven... a partir de ahora...
-No hay lugar a lo imposible!! exclamó Relámpago.
-Eso...Exacto.
-Y como podríamos ayudar a desactivar esas ideas? Preguntó la Lechuza.
-Ustedes lo saben mejor que yo, dijo el anciano. Con Unidad por supuesto, con ayuda desinteresada...
-Con Amor... dijo Pelufo
-Pelufo lo ha resumido todo, dijo Ojito.
Y hubo risas.
-No, no es tarea fácil, dijo Beto, en tanto mordisqueaba una brizna de hierba y miraba como el cielo se iba poblando de estrellas. No es fácil, pero tal vez sea la hora de ir dándole una buena patada en sus culos invisibles a esos E'epas!!
Todos lanzaron ruidosas carcajadas.

Y asi pasaron juntos esa noche, intercambiando información del mundo humano y del mundo de los animales secretos, hasta que se fueron quedando dormidos todos bajo la protección de un gran Pino.
Como siempre, fue Relámpago la última en dormirse.

A la mañana siguiente, fue Julio Verne, el gorrión, el primero en despertar y salir de la bolsa donde tenía su nido.
Estiró sus alitas y salió a volar por los alrededores.
No tardó mucho en volver y hablarles así a sus amigos dormidos.
-Oigan! Oigan! Que he visto algo! Dijo el gorrión.
-Que...Que has visto Julio Verne? Preguntó Ojito todavia medio dormida.
-Es... como un círculo en el horizonte, o tal vez una esfera, no lo sé, respondió Julio Verne señalando con su alita hacia el sur.
-Como que un círculo o una esfera? Preguntó Ojito, visiblemente más despierta.
-Como si fiese un aro, un aro enorme. Y vi la cara de un cachorro humano mirándome desde adentro de ese aro.
-Yo también he visto un Niño de esa forma, dijo Ojito, saliendo a ver.
Relámpago alzó vuelo a ver si podía verlo, y volvió diciendo que si, que el círculo o esfera aún se veía, pero no el Niño.
Dijo que si llegaban al camino podrían ver el fenómeno en el horizonte.

Beto recogió su pequeño morral, el palo y la bolsa sobre la cual Julio Verne volvía a posarse, al Beto echársela al hombro. Y se dirigieron al camino, claro donde efectivamente todos pudieron ver aquella especie de aro en el horizonte.

-Esa es nuestra dirección, dijo Colafuego
Beto por su parte les dijo que le gustaría acompañarlos, pero que tal vez no era el momento, y que ya siendo que eran dos Tríadas, debían aprovechar para transmitir el Legado por sitios diferentes.

-Beto, Julio Verne, Pelufo, ha sido una maravilla el conocerlos, y nos han dado una carga extra de felicidad para seguir nuestra Misión.
-Misionarios! Dijo Beto. El Mundo Nuevo está muy cerca. Y saben algo? ...Ahora mismo lo estamos creando!

Muy lejos de allí, o tal vez muy cerca, el Niño que dibujaba, se había quedado dormido otra vez sobre el escritorio. Su Mamá nuevamente lo había llevado dormido a su cama y como la vez anterior, antes de apagar la portátil del escritorio, observó aquellos nuevos dibujos.
En uno, un hombre le alcanzaba un largo palo a dos zorritos que se debatían en un río caudaloso. El dibujo decía:
El Mago los rescata justo a tiempo”
En otro, un Indio junto a una fogata al lado de un animal que parecía un ratón muy gigante, y una paloma mirando todos al cielo en la misma dirección, este dibujo ponía: “La Niña de los Mandalas”
Y el tercero era un hombre con un palo al hombro y una bolsa con un pajarito parado encima y a su lado un dálmata, que iban por un camino, y en la otra dirección un perro de larga cola con aquella misma ranita encima de el y en el aire: una lechuza. Aquel dibujo ponía:
Ahora mismo lo estamos Creando”.

                                                        *

                                               *          *




                                                     XII


-Artax?... dijo el Mapache
-Que?... respondió el Puma.
-Que me parece que estamos llegando.
.Llegando a donde?
-Mirá la hondonada, allá, allá adelante. Y el mapache señalaba un sitio que enseguida alarmó al puma.
-Es lo que dijo el chamán, la pradera... la pradera de fuego...
-Asi parece, dijo el mapache. Detengámonos a descansar, de paso esperamos a Liber, que viene rezagado con Picasa.

Cuando los amigos los alcanzaron, les contaron lo que al parecer se aproximaba.
-Si quieren que les sea sincero, dijo Liber, si hace un rato estaba preocupado, ahora me tiembla hasta la sombra.
.A todos nos da miedo, dijo el puma. Podríamos evitar esta pradera... y volver para atrás. Pero, a pesar que no vi, ni escuché al chamán, igual me resuenan sus palabras cuando dijo “la Niña de los mandalas”.
-A mi me ocurre igual, dijo Liber.
-Y a mi, dijo Rufo.
-A mi lo mismo, dijo Picasa.
-Lo que quiera que sea... que sea, dijo el mapache.
Todos se miraron. Luego miraron hacia el este, donde allá, no muy lejos, se veía la pradera de pastizales colorados que semejaban fuego.

-Vamos, dijo Liber, y salió él primero.
-Allá vamos, dijo Artax
-Que diablos! Allá vamos! Dijo Rufo.

La Paloma alzó vuelony se adelantó. Sabía que tenía que vigilar como nunca... La Vida de sus amigos podía estar en sus alas... y en su buena vista...

En tanto los amigos avanzaban hacia el territorio de los Lobos, muy lejos de allí, o tal vez más cerca de lo que podría pensarse, una Niña de largo pelo castaño miraba por la ventana de su cuarto.
Tenía sobre una mesa, todas las herramientas para hacer lo que de un tiempo a esta parte, la tenía totalmente apasionada.
Tenía un compás, tenía reglas, escuadras, semicírculos graduados, y, sobre todo: muchos, muchos colores.

Lo que la inspiraba era aquella ventana cuadrada. Se ponía asi, a mirarla largo rato, y ocurría que la forma cuadrada de la ventana se le iba volviendo circular. Ella aguantaba la mirada, sin pestanear, y poco a poco algo empezaba a ocurrir... El paisaje del campo que se solía ver desde su cuarto, se empezaba a emborronar y una especide de torbellinos se producían en lo que ya era un círculo de colores.
La mágica ventana por donde la Niña contemplaba aquellas cambiantes formas.
Entonces, respiraba profundo, y las formas y colores en torbellino, empezaban a calmarse, y cuando ella estaba absolutamente en calma, solo observando, la figura se quedaba fija, en un diseño del que ella tomaba buena nota para luego aplicar a sus extraordinarios Mandalas. Ese era su pequeño misterio.

No muchos habían visto sus obras, pero quienes si las habían visto, coincidían en que eran de una Belleza turbadora, aunque nadie había podido describir exactamente lo que aquellos mandalas le provocaban.

Aquella noche era diferente. Ella intuía que algo más fuera de lo corriente la esperaba. Algo que implicaba una sensación como de peligro inminente.
Perdió su mirada en el paisaje, más allá de su ventana. En algún lugar había animales, los percibía, aunque no podía verlos.

-Se me acaba de ocurrir una idea, dijo Liber.
-Cuentala ya, dijo Artax.
-Bueno, ustedes saben que el olfato de los Lobos es infalible no?
-Si, claro, dijo el Mapache
-Y es casi seguro que nos detecten mientras cruzamos la pradera de fuego.
-Bueno, si, es posible, dijo Artax. Si ellos están ahi, van a olfatearnos.
-Mi idea podría darnos algo de tiempo.
-Vamos chico, sueltalá, dijo el mapache.
-Bueno, miren, conozco un yuyo, que por aquí abunda, el cual si se mezcla con la flor de una planta que podría haber por aqui también, produce una especie de bálsamo potente, un perfume pegajozo. Creo que si los disolviésemos en agua y nos bañásemos con eso, les costaría mucho sentir nuestros olores.
-La idea es buena, pero no se si tendremos tiempo, ya es media tarde.
-Yo he visto un charco más atrás, dijo el mapache. Ahi podríamos hacer la mezcla.
-Hay que encontrar las flores, el yuyo está por todas partes, dijo el carpincho. Y a continuación les explicó como era la forma y el color de aquellas flores que pronto todos salieron a buscar.
Picasa, en tanto, hacía patrullas periódicas hasta la pradera y volvía de a ratos a descansar, como para no agotarse tanto.

Lo cierto es que no era fácil encontrar aquellas flores. Tardaron mucho rato, y el sol caía. Cuando ya estaban a punto de decir basta. Liber gritó “Eureka!” Por que había logrado encontrar en un barranco, una buena cantidad de aquellas flores.
Entonces le hizo una señal a Picasa para que avisara a los amigos que la búsqueda había terminado.

Se reunieron, y el mapache los llevó al charco. Liber realizó la mezcla, y ciertamente emitía un perfume muy intenso, pero no muy agradable.
El mapache y el carpincho se bañaron primero.
El puma de último, quién agregó este comentario:
-De verdad que esto apesta!
-Esa es la idea, dijo Liber.
Apresurémonos que el sol ya está cayendo.

Asi que cuando llegaron al borde de la pradera de fuego al atardecer, realmente confirmaron el por que de su nombre, aquel campo parecía incendiado.

-No podemos separarnos ni por un momento, dijo Artax. Si nos descubren atacarán en manada.
Tenemos que correr hacia donde Picasa nos indique. Pero lo principal es no desbandarnos. Están listos para esto? Dijo Artax.
-Si, dijo el mapache. Pongámonos en las manos de Gaia, y que todo sea por su bien y el bien de todos.
-Digo lo mismo, dijo Liber.
-Bueno, saldremos a cruzar esto, pero al trote. Solo en caso que veamos real el peligro correremos, de acuerdo?
Los amigos respondieron afirmativamente, entonces el puma dijo “Vamos” y los tres, llevando el mismo paso, se lanzaron en lo que, según el chamán les había dicho, era el territorio de los lobos.

Picasa volaba adelante, sin novedades.
El sol ya se había puesto, el fuego de la pradera ya no relucía tanto. Los amigos trotaban y “malolían” pero no decían una palabra.
Picas hacía círculos amplios alrededor de sus amigos, y si bien hasta el momento no había percibido forma alguna de lobos, tampoco se veía rastro de ningún otro animal por allí. Cosa que tampoco era muy normal...
-Vamos bien, susurró el mapache, ya casi la cruzamos.
-No se fíen, dijo el puma.
Y siguieron aquel trote hasta que por fin cruzaron lo que creían que era el territorio de la amenza lobuna.
-Lo conseguimos, decía el mapache.
-Tranquilo, dijo Artax, esto no ha terminado.
-No no, dijo el carpincho, el chamán indicó que el peligro sería después de la pradera.
-Ay! Dijo el mapache. No es eso lo que yo tenía entendido...
-Sh!! no hablen más, dijo el puma.

Picasa había aterrizado y les comunicaba que todo parecía tranquilo, pero que no habían señales de ningún otro animal tampoco, lo que a Picasa inquietaba un poco.
-Sigamos con el trote, dijo Artax.
-El chaman dijo que fuésemos veloces como el viento, dijo el carpincho.
-Vamos veloces, dijo Artax. Quién hubiera preferido ir más rápido, pero sabía que sus amigos se cansarían mucho y empezarían a rezagarse, y aúun no sabían lo que podía esperarles.

Llegaron a un terreno rocoso donde apenas crecía le vegetación. Y ya empezaba a oscurecer. Luego una colina y después otra vez aquel terreno pedregoso.

-Aminoremos la marcha, dijo el Carpincho, aqui ya no parece haber nadie.
-No se fíen, volvió a decir Artax. Los territorios de los lobos son muy extensos.
-Lo que ya nos está dando alcance es la noche, dijo Rufo.
-Sigamos, sigamos, dijo Artax, cuanto más atrás dejemos estos parajes, mejor para nosotros.
-Es que ya me duelen las patitas, dijo el carpincho.
-Bueno, descansemos un poco, pero luego sigamos. De verdad que nada me gustan estos lugares inhóspitos, dijo el puma.
La Picasa bajó también a descansar, no estaba acostumbrada a volar tanto.

Asi que se quedaron alli, echaditos, recuperando fuerzas.
Fue Rufo el que dijo:
-Miren, la luna está saliendo
-Oh! Dijo el carpincho en tono de broma, es la hora de los lunáticos...
Pero no alcanzó a reirse de su broma por que en ese mismo momento sintieron nítidamente el lejano ahullido de un lobo.

-A la mierda! Dijo el mapache. Y quedaron todos de pie y alerta.
-Parece que el ahullido vino como de atrás no? Preguntó el puma.
-Si, dijo el carpincho, al que ya le temblaba la voz. Pa-parece de atrás si....
-Lo mejor es calmarnos Vale? Dijo el puma. El ahullido fue lejos y nosotros seguimos con el olor camouflado. Pero bueno, vamos saliendo, no nos podemos quedar quietos tampoco, hay que alejarse.

Y salieron a paso rápido, siempre sobre aquel terreno rocalloso donde raramente se veía algún arbusto.
Nadie decía nada... allá arriba, la Luna creciente parecía reirse de sus suertes.
De pronto, Picasa bajó en picado.

-Acabo de ver una sombra, no se de que, pero la vi moverse por el lado del norte, para este lado, no muy lejos.
-Hay que apurarse, dijo el mapache, hay que apurarse. Sería un lobo Picasa?
-No se, no lo sé, pero si, podría ser.
-Acá entre las rocas nos podríamos esconder.
Hay hondonadas y huecos que podrían ser cuevas, dijo el carpincho.
-No nos conviene quedarnos quietos, me parece, dijo Artax. Los lobos son muy territoriales, y si esta es su zona, lo mejor es salir pitando cuanto antes. Opino que sigamos Rufo.
-Tiene razón artax, dijo, si nos quedamos, es más posible que nos encuentren.
-Voy a ver, dijo Picasa, y salió volando. La adrenalina les empezaba a galopar en la sangre.
-Tranquilidad, amigos, vamos a intentar tomar por acá, dijo el puma. Subiendo por acá hay, hay una especie de...
Artax cortó su frase. O mejor dicho, el grito de Picasa cortó su frase.
En frente de ellos, a una cierta distancia, iluminado por la dévil luna, se veía la silueta de un lobo sentado en lo alto de una piedra.

El miedo les erizó el lomo a todos. Y la máxima alerta los puso en movimiento.
-Al trote parejo, dijo Artax en voz baja.
Y se alejaron de allí, de aquel inmóvil lobo.
-No atacó, dijo Liber, nos vió y no atacó...
-No atacó por que está solo, y por que yo soy muy grande para él, dijo el puma, pero yo creo que...Otra vez Artax quedó con su frase cortada, por que aquel lobo acababa de dar un ahullido que les heló la sangre a todos.
En respuesta, escucharon muchos otros ahullidos juntos, en diferentes lugares.

Los amigos seguían con su trote, pero cada vez se iban apresurando más; los corazones les palpitaban más fuerte que antes, sin dudas.

Picasa bajó en picado y dió la mala nueva.
-Vienen hacia aquí, son muchos!
-Cuantos? Preguntó Artax.
-Más de veinte, dijo Picasa.
-Ay mamita querida! Dijo el mapache temblando. Y ahora que hacemos? Y ahora que hacemos? Corremos? Que hacemos artax? Contéstame?
-Tendremos que correr, si, dijo el Puma, esto pinta muy más que feo. Ustedes vayan delante. Picasa! Buscá refugios o lo que sea que puedas encontrar para meternos, vamos!!

El carpincho y el mapache corrían todo lo que podían, el Puma les iba a la zaga. Todos tratando de imaginar algo que los sacase de aquel aprieto.
La manda volvió a ahullar, esta vez más cerca.
Los amigos corrían a toda la velocidad que sus patitas les permitían. La desesperación se estaba apoderando de ellos. La Paloma les gritaba: “Corran, corran, por ahi...!”

Los lobos ya estaban demasiado cerca.
Las esperanzas de escapar parecían ahora esfumarse del todo.
Artax comenzó a rugir con todas sus fuerzas, pero los lobos no se detenían. Y ahora ya casi podían ver en la penumbra de la noche, como los iban rodeando.
-No se paren! Gritaba el mapache muy agitado, pero ya sentían los más pequeños como les entraban a fallar las fuerzas.

Las cabezas les daban vueltas. Todos sentían eso: Como si las cabezas le diesen vueltas sobre si mismas. Como un torbellino. Si, esa era la palabra: Un Torbellino.
Como un espiral. Como muchos círculos.
Como un círculo que parecía llenarse de luces y colores. Muchos, muchos colores.

Muy lejos de allí, o tal vez muy cerca, una Niña de largo pelo castaño terminaba apresuradamente su obra.
Algo la movía a llevar aquellas prisas por terminar el Mandala. Algo que parecía de vida o muerte. Algo de lo que dependían esos animales esos animales que ella intuía.
Su papá ya la había llamado dos veces a cenar, y aquello parecía una carrera contra el tiempo.

Que le faltaba? A si, plateado en los bordes en los bordes de la circunferencia... Ya estaba!
-Lisa!
Era la voz de su papá que se acercaba.
El barniz!! le faltaba el fijador!!
Voló hasta el estante, se puso la máscara y le estaba aplicando una fina lluvia de barniz a su mandala, cuando su padre abrió la puerta del cuarto diciéndole:
-A cenar negrita, dale! Después terminas eso.
-Ya terminé Papá, ya terminé!

Cuando salía de su pieza alcanzó a ver por su ventana como una nubecitas tapaban la luna.

-No puedo más, dijo LIber, sigan ustedes, a lo mejor los detengo un poco... mientras me comen a lo mejor ustedes pueden lograrlo.
Las cabezas les seguían girando con aquellos extraños coloridos que también parecían ver en el terreno y en el mismo cielo.
-No!! dijo Artax, de eso nada. Juntos vinimos y juntos nos morimos!
-Amigos míos! Dijo Rufo. Voy a hablarle a estos lobos, no hay más opciones!

Todos quedaron detenidos en lo alto de una roca. Los lobos al fin los tenían completamente rodeados, todos gruñían y mostraban los dientes de forma amenazante.
Ellos arriba, los lobos abajo.
El Mapache gritó:
Gaia!! Acá están tus hijos!! Los lobos son tus hijos!! y se puso a llorar desconsoladamente en medio de aquel crujir de dientes y gruñidos.

Entonces ocurrió algo que no era de esperarse. Unas nubes plateadas cubrieron la luna, y de pronto, casi instantaneamente, todo el cielo se volvió gris, y antes de que se dieran cuenta de lo que estaba ocurriendo, empezaron a caer gruesas gotas del cielo. Y de inmediato: la Lluvia... la LLuvia torrencial.
Los amigos se abrazaron. La paloma en la cabeza del puma empapada también lloraba, todos lloraban, el cielo lloraba.
Morirían si, pero morirían juntos. Se acurrucaron a esperar el momento bajo aquella tormenta, y lo que ocurrió fue que allí mismo, bajo aquel aguacero, debido al agotamiento y el estress, se fueron uno a uno quedando dormidos.

La primera luz del amanecer los despertó.
Una bandada de ciznes pasó por allá arriba, por encima de ellos.
-Estamos vivos? Preguntó Liber.
-Asi parece, respondió Picasa
-Los lobos... los lobos no están, dijo Artax.
-Los lobos no están, repitió el mapache.
-Parece que Gaia te hubiese escuchado, dijo Artax
Los amigos se empezaron a reir de la alegría de estar vivos y empezaron a repetir: gracias gracias gracias, a quien fuese que correspondiera.

Cuando miraron mejor, vieron en el horizonte un enorme círculo con los más hermosos colores.
-Eso...dijo Liber... eso fue lo que vimos con el chaman.
-La Niña de los Mandalas! Dijo la paloma. Y alzando vuelo en la clara mañana les dijo a sus amigos: Andando! Andando!

                                                           *

                                                    *       *





                                                      XIII

El Señor Juan Doe, era un Mago ambulante que recorría el mundo con un carro de madera, tirado por una mula, la Mula Plateada, como ya habíamos dicho. Además de sus trucos de magia, tenía una rutina con luces y electricidad en la cual usaba su propio cuerpo como conductor de esa electricidad, aunque no siempre conseguía un suministro eléctrico en los lugares adonde llegaba, entonces se circunscribía a los trucos de magia. Se reconocía un mago de cinco trucos, aunque muy dentro de si, creía en la Magia con mayúsculas, a la que llamaba “Magia Activa”.

Pocas veces había tenido la oportunidad de verla en acción. Y aquel día era una de esas veces en que había hecho irrupción la Magia Activa, como cuando había sido Niño, y aquellos animales le habían enseñado como entrance aquella forma de hablar, el Lenguaje Universal... Y ahora todo aquello había vuelto. Y lo encontraba en el lugar y el momento justo, nada menos.

El sabía que esos Animales no andaban por ahí enseñando un Lenguaje Mágico, no.
Estos humildes animalitos, y otros tantos, lo que estaban buscando era transformarlo todo.
Gaia misma se los había pedido... Era findamental desactivar la influencia de los Lunáticos para alcanzar un Mejor Mundo, pero, Que serían esos Lunáticos que nadie podía señalar?

El señor Juan Doe, el Mago, había buscado mucho tiempo una respuesta que lo eludía. Pero ahora, estaba seguro que sus preguntas se habían empezado a responder.
Y lo cierto es que nada lo iba a detener ahora, para ayudar en lo que fuese a aquello que alguna vez había dado comienzo, y que apuntaba ciertamente a la Hermandad de todos los Seres.

De pronto, una voz lo distrajo de sus pensamientos.
-Don Mago?... (Era la voz de Mijail)
-Si, si, dime Mijail.
-Usted que ha viajado tanto, y conoce los caminos. Cree que si seguimos rumbo al este podríamos encontrar una playa?
-Una playa? Dijo el Mago. Pues...pues si. Pero es lejos si van por los caminos. Ahora, si atravesasen los cerros pelados, que son aquellos, indicó el mago con su dedo. El trayecto hasta la playa es más corto, bastante más corto.
-Oiga Mago, dijo Votán el ratón, y que si se viene con nosotros?
-Es que... es que no se si es el momento de dejar mi carro Votán. Pero te prometo algo. Voy a llegar a Bosque Escondido...
-Ojala asi sea! Dijo Nina. Visítanos, ve a buscar el Agua, lleva las buenas noticias al mundo, amigo Juan.
-Les puedo asegurar que volveremos a vernos, dijo el mago.
-Que el Agua y las Estrellas sean tu Guía, Mago salvador de zorritos, dijo Nina.

El Mago abrazó muy emocionado a sus amiguitos, allí se separaban sus caminos.
Hugo el zorzal cantó una canción de despedida, y luego, el Mono Titus recitó un poema que decía más o menos:
-“Por la pequeña y angosta puerta hemos de entrar,
siempre fue así.
Y de ese modo saber que allí estuvimos siempre,
así fue siempre.
Venga pués un adelanto de toda esa bendición
que se despierta.
Venga pues esa música, por la cual nuestros corazones
se hacen Uno.
Por un pequeño y angosto misterio
Adelante!
Todo queda aún por descubrirse
en el descenso a este vacío.
Todo por saberse de nuestro paseo en el silencio.
En el mismo centro de Nosotros
una Luz que sonríe...
El absoluto Triunfo de los Despiertos Corazones.”

El Hombre de la Pluma estaba escuchando recitar un poema suyo, el lenguaje no le era del todo conocido, pero de alguna manera lo entendía
Las voces venían como a través de una escotilla redonda. Y lo que hizo fue asomarse... Y allí estaba el escenario de su Historia, aunque ultimamente ya no estaba seguro de que fuese “su Historia”. Por que aquella Historia, por momentos parecía como si estuviese ocurriendo en el momento en que la escribía. A veces un poco antes, a veces un poco después. A veces venía en sueños... En sueños?

El Hombre de la Pluma abrió los ojos y estaba en su cama, y se levantó de inmediato. Tomó su pluma y retomó la Historia que creía estar escribiendo. Aunque por momentos empezaba a creer que era la propia Historia la que lo estaba Creando a él.
Parecía confuso... Pero a la vez parecía ir aclarándose. Aquello parecía surgir como un Amanecer. Y a los Amaneceres, nada ni nadie puede detenerlos. O tal vez si?
No importaba... Los Animales se acercaban, eso era un Hecho. Y con ellos, Algo... Algo indefinible, pero que ya empezaba a Adivinarse...

                                                      *

                                             *         *







                                       XIV

El perrito Nario jugaba con Baster, su hermano pequeño, con Lucy, la gata y con las ovejas. Pero su mente estaba en otra parte.
Echaba mucho de menos a su papá: Colafuego, quién hacía ya muchos días que había partido,
La culebra Pelusa había regresado, por que no pudo seguir el camino. Y Nario pensaba en que si a el le hubiesen permitido, hubiera seguido hasta el final de la aventura.
Aunque su Mamá le había dejado bien claro que las Tríadas no salían en busca de aventuras, sino para despertar criaturas a través del Lenguaje Universal. Lo cierto es que a Nario le hubiera encantado formar parte de una Tríada, Oh! Si, “Tres son una Nube”.

Se preguntaba como estarían hoy los Misionarios. Habían días en que llegaban animales que, tras haber recibido el Legado, querían conocer Bosque Escondido, y traían noticias de unos y de otros, pero era imposible saber como estarían en ese mismo momento. Y si, era inevitable que las criaturas de Bosque Escondido estuviesen preocupadas por la suerte de sus Hermanos.

En el caso de Nario, era que no podía contenerse, quería salir, quería alcanzarlos. Se imaginaba que si salía, podía ir encontrándose en el camino animales que se dirigiesen al norte, hacia el Bosque y que le fuesen dando datos sobre el grupo de su padre. Y asi hasta alcanzarlos.

Tanto le dió vueltas a la idea, que una noche, mirando las estrellas, decidió que al amanecer saldría con rumbo al sur, a encontrar a su padre y sus amigos.

Le costó mucho dormirse, pero al día siguiente, fue el primero en levantarse, bebió bastante Agua Cristalina, por que decían que luego se echaba mucho en falta.

Luego atravesó el desfiladero, y en ningún momento, por suerte, se encontró a nadie que pudiese hacerle preguntas.
Y tomó el viejo sendero de salida del Bosque Escondido, cruzando la meseta donde se hallaba.
Ya podía ver allá al fondo la Montaña de la Suerte.
No podía negar que estaba un poco asustado, y cuando llegó al borde de la meseta, para empezar a bajarla, sintió un chistido que le hizo dar un vuelco al corazón. Quien sería??

-Te pensabas ir sin avisarme eh?
Era Lucy la gatita quién hablaba.
-Lucy! Exclamó Nario, pero... Que haces acá?
-Yo podría hacerte la misma pregunta no? Pues... que vengo a acompañarte, o que creías. Además, hace días que esperaba que hicieses algo así.
-Pero... empezó a decir Nario
-No, sin peros amigo. Andar solo por lugares desconocidos y más siendo cachorros es peligroso así que si te vas yo voy contigo, y está decidido.
-Bueno, Lucy, lo has dicho todo... Yo encantado que me acompañes. Ya tendrán tiempo los mayores de retarnos por esta locura. Por cierto Lucy...Tomaste Agua?
-Claro, mirame la panza... estoy hinchada.
Ambos echaron una risita y Nario dijo:
-Bueno, andando entonces.
-Primera parada, el Valle de las Flores, dijo Lucy. Y bajó corriendo por la alta barranca rumbo al valle. Nario corría detrás.
Cuando llegaron abajo, Lucy dijo:
-Será mejor que nos calmemos y no malgastemos energía que luego vamos a precisar.
-Tenés razón Lucy. Y quiero decirte que me ha puesto muy contento que hubieses aparecido asi de improviso.
-Vamos a aprovechar que el sol recién sale para nutrirnos un poco, dijo la gata.
-Buena idea, respondió su amigo.

Miraron al sol por el tiempo necesario, y cuando enfilaron rumbo al sur, allí les esperaba imponente como siempre, la gran Montaña de la Suerte.
Iban cruzando el valle cuando Nario observó algo que al principio le parecía una ilusión óptica.
Le pareció como que la Montaña de la Suerte se había movido. Pero no dijo nada y siguió caminando.
Y luego le ocurrió de nuevo, pero fue Lucy quién habló:
-Nario?
-Que?
-No has visto nada... fuera de lo común?
-Entonces vos también lo viste... como que se movía la montaña?
-Si, la motaña...
Fue en ese momento que sintieron un gran temblor de tierra.
Y la Montaña, increiblemente parecía separarse en dos montañas diferentes.

-Pe...pe...pero que es esto? Balbuceó Lucy
-Ni idea, Lucy, ni idea...

Se quedaron allí, en medio del Valle, muy quietitos, observando aquel fenómeno.
De pronto, aquellas gigantezcas moles parecían tomar nuevas formas, era un espectáculo alucinante. Pero aún más cuando Nario y Lucy adivinaron las formas que se estaban creando!
La forma de la izquierda pareció sacudirse de una manera que a Lucy le era muy familiar.
-Estamos viendo lo mismo? Dijo Nario, casi sin poder creer lo que veía.
-Son... un perro, dijo Lucy
-...y una gata, continuó la frase Nario.
-Pero... quizo decir Lucy, pero ya no le salían las palabras, Y tampoco a Nario.

Las formas se definieron aún más, y no había lugar a dudas. Frente a ellos, estaban en posición de sentadosm un gigantezco perro y una gigantezca gata, hechos de material de montaña al parecer. Y se movían. Y parecían mirarlos a ellos.

Nario y Lucy se sentaron del mismo modo que sus figuras gigantes, y se quedaban mirando también del mismo modo.

Cuando se les pasó el momento de estar nerviosos y contemplaban realmente la belleza de aquel fenómeno, empezaron a oir sus voces.
Y las voces de aquellas imponentes criaturas, tenían una particularidad. Hablaban las dos simultáneamente, diciendo ambas, exactamente lo mismo.

-Queridos Hermanos! El valor que han demostrado al salir del Bosque, a pesar de su joven edad, ha sido lo que nos ha sacado de la inmovilidad aparente de esta Montaña.
Asi como las criaturas despiertan, todo tiende a despertar: desde lo más pequeño a lo más grande. Eso es la Vida: Buscar las mejores condiciones para que más Vida venga a la Vida.
El momento está cerca, muy cerca.
El desequilibrio debe llegar a su fin en este Mundo. Por eso hoy la Tierra hace el Llamado.
De unas formas o de otras.
Los más Inocentes lo escucharan muy claramente, así como ustedes lo están haciendo.
Una Estrella Azul vendrá bailando.
Las Criaturas de Paz sentirán la Unidad, que debe desarmar a las criaturas de guerra.
La Chispa de los Corazones tendrá la última palabra.
El Amor será...
Queridos Hermanos: Los Viajeros ya regresan. El Bosque los necesita.
Resistan otro poco. Lleven la Buena Nueva a sus Hermanos. No lo olviden.
La Chispa de los Corazones tendrá la última palabra... y será Amor”

Los dos gigantezcos animales volvieron a moverse, se abrazaron, y poco a poco procedieron a fundirse uno en otro.
Nario y Lucy miraban atónitos como la Montaña volvía a ser la misma de siempre.
No tenían palabras en ese momento, asi que solo se miraron y comprendieron que no era el momento de partir. Que era el momento de tener Paciencia.
Por que además... bueno, por que además debían llevar la Buena Nueva... era lo que la montaña les había encomendado. Y además, por que según ella, los Misionarios estarían regresando.

Cuando iban a atravesar el desfiladero de entrada al Bosque, Lucy le dijo:
-Nario, no podemos olvidar nada de lo que se nos ha revelado. Deberíamos contarlo de inmediato, temo olvidarme
-Si Lucy, estoy de acuerdo, pero antes de entrar permíteme algo, dijo Nario, y acercó su morro al de ella, y se quedaron asi por un ratito.

Muy lejos de allí, o tal vez muy cerca, quién lo sabe... el Niño signa su dibujo poniendo “Lucy y Nario deciden regresar”, en él se puede ver un perrito y una gatita, los dos de ojos cerrados, entre dos paredes de altas rocas y con las cabezitas bien juntas.

                                                       *

                                                 *      *



                                                    XV

El Hombre de la Pluma se había levantado muy temprano, y ahora bebía un café, enfrente a una hoja en blanco.
Había empezado a escribir aquella historia sobre los animales del Bosque como un juego de su Imaginación.
Lo que ocurría era que aquellos animales de la ficción, parecían hacérseles cada vez más reales.
Y por que quería verlos, y conocerlos, era que los llamaba.
Pero. Que eran?

El sabía bien que existía una honda sabiduría en todas esas criaturas que en diferentes niveles luchan por salir adelante.

Por ese motivo imaginó el Lenguaje Universal de los Animales Secretos, para que todas esas criaturas y todos en la Tierra pudiesen comunicarse y sobre todo: Entenderse.
Y por eso imaginó lo del Agua Cristalina, para que las criaturas no tuviesen que seguir alimentándose de otras criaturas, y asi todos pudiesen darle una oportunidad a la Paz, sin amenazas, ni peligros para ninguna especia.

Y aquella misma mañana se dió cuenta.
Por que él también adivinaba ese momento. Ese Momento que se acercaba preñado de Maravillas.
Y ya no quizo seguir forzando las situaciones de los Animales del Bosque Escondido. Había expuesto a gran peligro a la Tríada del Este, con aquellos temibles lobos.
Entonces reescribió:

La Paloma Picasa había alzado el vuelo gritando:
-Andando! Andando! Pero, al subir a cierta altura, pudo ver que se acercaba una figura humana hacia ellos. Una figura humana que la Paloma reconoció de inmediato.

-Que viene el chamán! Que viene el chamán!
Entonces el hombre de la Pluma terminó su café. Dejó la Pluma sobre la hoja ahora escrita.
Ahora sabía que los lunáticos no tendrían la posibilidad de seguir usando a la Humanidad. Por que los lunáticos no tenían imaginación para crear nada.
Lo que quiera que fuesen o hubiesen sido: Adiós!

La Montaña lo dijo:
El MOmento se acerca.
Pero el Momento es Ahora, agregó él.
Siempre es Ahora...
                                                      *

                                                *     *


                                                  XVI


Luego de aquel dibujo en que Lucy y Nario recostaban sus cabezitas a la entrada del Bosque, el Niño que dibuja había dejado de ver aquel flujo de imágenes que lo inspiraban.
Desde luego que a ndaie le había contado esto que le había estado ocurriendo los últimos días, ni siquiera a su Madre, pero ahora aquello parecía haberse detenido.

En su lugar, había una imagen fija.
Se trataba de una imponente torre de color negro, aunque no acertaba a saber que era aquello, por momentos parecía un rascacielos negro que alcanzaba las nubes; por momentos la torre de un castillo igualmente negro profundo.

Asi que allí estaba la imagen. Pero a él nada le apetecía dibujarla, era muy fea... es más, era siniestra.

Ese día, el Niño que dibuja no dibujó nada.
Estuvo jugando con el programa “Scratch”, haciendo unas graciosas animaciones con una foto recortada de su tía para distraerse, pero cerraba los ojos, y allí estaba inmóvil y molesta. Y así todo el día.

Mientras cenaba, haciendo montañitas con el puré para luego aplastarlas, se le ocurrió la idea.
Y es que, ya que la imagen no se iba, por que al parecer todo indicaba que debía dibujarla. Lo que él imaginó fue algo ligeramente distinto...

El Niño que dibuja subió a su cuarto.
Ya vería aquella torre oscura quién era él.
Y se puso a la tarea...

Esa noche, como casi toda esa semana, su Mamá entró a apagar la luz de la portátil, pero esta vez su hijo ya estaba acostado y dormido, por lo que no tuvo que trasladarlo esta vez.
Fue a mirar sus dibujos, esperando encontrar aquellos simpáticos animalitos, pero se encontró con algo distinto.

El último dibujo era bastante oscuro, y la Mamá contuvo una exclamación al mirarlo.
Aquello parecía un edificio negro que se desmoronaba, al parecer por el contacto de una especie de lengua de fuego.

Por algún motivo, la imagen le resultaba familiar, pero no alcanzaba a reconocer de donde.

Fue hasta su Niño, lo volvió a arropar y a darle otro beso en la frente, luego de apartarle su largo cerquillo.
A continuación apagó la portátil del escritorio y dejó la puerta del dormitorio entreabierta, como siempre lo hacía.

A la Mamá, le costó un poco más dormirse que otras noches.

                                                     *

                                               *      *


                                                XVII


La Niña de los Mandalas estaba aburrida.
Su familia había decidido pasar la tarde en el Río, pero no tenía ni ganas de bañarse, ni de hacer otra cosa.
Lo que venía ocurriéndole hacía días era algo diferente a cualquier otra cosa que le hubiera tocado vivir. Pero, de alguna forma misteriosa, todas aquellas intuiciones sobre tales y cuales animalitos con una misión que tenía que ver con los humanos, le parecían exactamente lo correcto.
Por que si bien muchos humanos querían seguir dormidos, eso ya no era posible, eso era parte de su Intuición. Otra parte era justamente esa en que los hermanos de la tierra, los animales, venían de unas u otras maneras para ayudarlo a despertar al ser humano.

Ella tenía su Arte. Su Arte era más que nada sus Mandalas. Eso la mantenía Despierta. Pero ahora, allí, a la orilla del río, no podía encontar su expresión, y se sentía aburrida.
Su hermanito jugaba en la arena con unos baldecitos y una cuchara.

De pronto, dejó de pensar tanto, y se quedó simplemente allí, sentada, abrazando sus piernas con sus brazos, con un lado de la cabeza recostado en las rodillas, y el pelo cayéndole hasta la arena.
Mirando el agua del Río pasar... escuchando su rumor.
Empezó a sentir el canto de los Pájaros, y casi sin buscarlo empezó a sentirse bien. Y a darse cuenta que estar allí, en medio de la Naturaleza, era un hermoso regalo.
Se emocionó mucho, pero nadie se dió cuenta.

Estuvo así, un buen rato, disfrutando aquella sensación.

-Ahora si estás aquí...
La niña alzó la cabeza, pero...Quien le había hablado?
Lo había oído perfectamente, pero no era la voz ni de sus padres ni de su hermano.
Había dicho: “Ahora si estás aquí”, eso podría jurarlo.
Buscó en los alrededores, pero los únicos que allí estaban, eran su hermanito, que seguía allí en la orilla, jugando, y sus padres, que estaban algo más lejos, hablando entre ellos, pero sin dirigirse a ella.

Entonces, oyó la extraña voz una vez más.
-Búscala... y Recuérdala...
Niró en dirección al lugar de donde procedía la voz. Y de la copa de un alto árbol vió como un pájaro de plumaje negro azulado y pico anaranjado alzaba el vuelo.

El pájaro, si es que había sido el pájaro, no dijo otra cosa y se perdió detrás de aquel monte nativo.

Aquello la había emocionado, no tenía dudas, pero en seguida volvió a calmarse, y volvió a descansar su atención en la corriente del río.
Se acercó a la orilla. Y su hermanito le ofreció sus baldecitos, y ella los tomó. Uno en cada mano.
Entonces procedió a llenarlos de agua del río. Se quedó mirando el contenido de los baldes, el Agua se había reposado. Entonces, en uno de ellos vió algo asi como estrellitas... ese balde lo volcó en la tierra, justo al lado de donde estaba su hermanito, que en seguida se puso a jugar con el barro producido...
El otro baldecito lo llevó hasta el río, donde la Niña se había metido hasta los tobillos.
En el fondo de aquel baldecito había lo que parecía otra estrella.
Era una sola, pero estaba más definida.
Era una Estrellita Azul.
Una Estrellita Azul que parecía bailar.
Una Estrellita Azul que empezó a girar.
Y al girar, la Niña empezó a ver surgir otros colores: amarillos, rojos.
La Niña observaba bien aquello. Si, era genial.
Aquel era su próximo
Mandala.
Entonces, vació el baldecito con agua en el Río y su familia la escuchó cuando dijo:
-Adiós Estrellita! Te veré pronto!

                                                       *

                                                 *      *


                                                  XVIII


El Caminante rumbeaba hacia el norte.
Al norte, les esperaba el Bosque Escondido, y es adonde quería llegar.
Sin embargo, algo en su corazón parecía detenerlo.
Por lo general parecía llevar alas en los pies, pero desde que se habían marcado el Bosque como destino, como que algo parecía frenarlos.

-Que pasa? Dijo el Caminante
-Estabas otra vez hablando en sueños, respondió el gorrión desde su nido-bolsa en el suelo.
-Como? Dijo el hombre, comprobando que efectivamente estaban acostados, y era de noche, pero tenía bien presente su sueño. Y por momentos dudaba si era el caminante que soñaba o era el soñador que caminaba...
-Y de que hablaba?
-Bueno, decías algo de la luna me parece
-Si, de la luna, corroboró Pelufo con mucha pereza.

-Les cuento que soñaba, si, pero era como estar viviéndolo. En el sueño caminábamos de noche, para ganar tiempo...
-Para llegar cuanto antes al Bosque? Dijo el perro.
-No, no era hacia el Bosque que íbamos.
-Y hacia donde entonces?
-Volvíamos...
-Volvíamos? Pero a donde? Preguntó Julio Verne desconcertado.
-Ahora lo se!
-Que?
-Tenemos que volver.
-Pero a donde? Volvió a preguntar el perro.
-Tenemos que ir a buscar a los amigos que dejamos atrás.
-Pero...y por que mejor no los esperamos en el Bosque.
.No, tenemos que ir, por que ellos no saben que tienen que volver.
-Y como lo sabes Tu? Preguntó el perro.
-Por que lo he soñado Pelufo, por que lo he soñado.
-Bueno, pero entonces... dijo el gorrión.
-Entonces yo creo que es buena hora para partir, dijo Beto, el Caminante.
-Ahora? En plena noche?
-Si... como en el sueño...Caminemos de noche. Pelufo, si estás muy cansado yo podría cargarte.
-No, tranquilo Beto. Si ya estoy desvelado.
-Asi que Caminata Nocturna, dijo el gorrión.
-Es lo que siento, dijo el hombre.

La luna brillaba allá en lo alto.
Y alguien...en algún lugar, pensaba en que tendría que ver la luna, con los lunáticos...

                                                   *

                                            *       *


                                               XIX


La Lechuza Relámpago volaba en círculos sobre sus amigos, observándolos.
Le costaba creer lo que estaba ocurriendo, pero lo comprobaba ya por tercera vez. Y es que sus amigos no daban sombra.
El mediodía, al parecer, había ocurrido hacía ya mucho rato, pero no había dudas de que el mediodía continuaba, por que sus amigos no daban sombra.
Decidió bajar y contárselos.

-Oigan! Dijo Relámpago, creo que está ocurriendo algo.
-Nosotros también tenemos la sensación, pero no sabemos que puede ser, dijo Ojito, hablando a título de Colafuego.
-Bueno, les cuento lo que vengo observando hace ya rato. Y es que... ninguno de ustedes proyecta sombra.
Y entonces comprobaron las palabras de la Lechuza, observándose que, efectivamente no proyectaban sombra alguna.
-Y hace mucho que ocurre? Preguntó Colafuego.
-No lo se, pero un buen rato, si
-Y a vos que te parece? Preguntó el perro.
-Que que me parece? Dijo la Lechuza. Pues que hasta donde yo se, esto no tiene nada de normal.
-Entonces que? Se ha detenido el Sol? Dijo el perro.
-No tengo idea, o tal vez la Tierra, que es la que gira, agregó Ojito. Gaia sigue en silencio...
-Tengo sed, dijo Colafuego, no se lo que daría por un trago de Cristalina...
Relámpago, entonces, salió a buscar agua.

Muy lejos de allí, o tal vez muy cerca, la Tríada del este contemplaba en silencio la nueva aparición de aquel hombre al que conocían como “Chaman”.
Supieron que su verdadero nombre era Piedra Palpitante. Y Piedra Palpitante les habló asi:
-Amigos, hasta aqui hemos de llegar. Lo que debía hacerse ha sido hecho. Es hora de Regresar a Casa.
-Pero como? Y la Niña...de los Mandalas? Preguntó Picasa.
-No se preocupen. La Niña ha hecho lo debido. A través de su arte, muchos podrán abrir sus propios canales, y muchos podrán sanar.
Ustedes ayudaron a que ella descubriese su Medicina, para compartirla.
-Y cual es esa Medicina? Preguntó Rufo, el mapache.
.Los Mandalas mismos... esa es la Medicina de la Niña.
-Entonces regresamos al Bosque? Preguntó Artax.
-Si, dijo el chamán.
-Pero...Y los lobos? Preguntó Liber. Estarán allí todavía...
-No, los lobos fueron una prueba superada. Viajaré con ustedes, nada habrá que temer.
Los animales que iban al este, ahora volvían al oeste.

Muy lejos de allí, o tal vez muy cerca. Los amigos que cruzaban las montañas peladas con rumbo a una playa, se habían detenido. Estaban un poco agobiados por el sol, y en aquellas montañas, que en realidad más bien parecían cerros, era difícil encontrar alguna sombra.Fue Hugo el zorzal, quién iba volando junto a Emerson, el Halcón el que vió primero aquella figura a lo lejos,

-Emerson, allá viene alguien.
-Si,es verdad, diría que es una mujer.
-Tiene el pelo rojo...
-Y viene con rumbo a nosotros, dijo el halcón.
-Bajemos a contar la novedad, dijo Hugo.
Y asi lo hicieron...

-Pelo rojo? Dijo Nina
-Si, así lo tiene, como la cola de Colafuego, dijo Hugo.
-Tal vez...tal vez sea... tal vez se trate de la misma chica que vi cuando me estaba ahogando allá en el río, dijo Nina.
-Tendrás que verla, dijo el halcón. Solo asi podrás saber.

Algo está ocurriendo ahora mismo) pensó Mijail. Pero fue Nina la que lo verbalizó:
-No se que es...pero está pasando, dijo Nina.
Todos lo sentían, era un estado que tenía algo de desorientación y algo de euforia. Y una sensación de inminencia. Como de que algo importante estuviese a punto de ocurrir.
Cuando estaban comentando exactamente eso, fue que vieron aparecer a la Mujer que estaban esperando.

-Así que acá nos encontramos, Dijo la Mujer. Y aunque no hablaba el Lenguaje Universal, los amigos le entendieron.
-Eras Tu! Dijo Nina, y corrió hasta la Mujer, que la agarron en brazos y quedaron asi, como abrazadas. Nina sabía que el llamado de aquella chica de pelo rojo, había puesto al Mago en su camino; y que gracias a ellos, habían salido de aquel caudaloso río.

Luego de eso, le transmitieron “El Legado”. Y ya quedaron naturalmente hablando
-Primero que nada, dijo la chica del pelo de fuego, gracias por el Legado, y gracias por venir, y gracias por ser y estar aquí. Creo que, tal vez como a ustedes también les ocurra, no puedo explicar los hechos y las cosas que nos están ocurriendo, pero si estoy segura que tanto ustedes como yo, nos estamos dejando guiar por el sentir de nuestros corazones, y eso es suficiente.

Votán, el ratoncito, se acercó hasta la chica.
-Maryam, dijo Votán el ratoncito, yo también te vi. Estabas en la playa.
-De allí vengo, dijo ella, allí vivía.
-Y ahora? Vamos hacia esa playa?
-No, es mejor alejarse de las ciudades ahora. Creo que lo mejor es volver al Bosque ahora.
-Regresar al Bosque? Dijo Nina.
-Si, dijo Maryam. Regresar al Bosque. Algo que tiene que ver con mariposas, no se bien... pero, si, lo mejor ahora es el Bosque.
-Oigan! Miren eso! Dijo el ratón. Miren el sol!
Cuando miraron, vieron que el sol parecía girar sobre si mismo, y parecía pulsar, parecía latir... La sensación que antes tenían ahora se volvía una cosa real.

Relámpago fue la primera en ver a Beto y a Pelufo acercarse caminando hacia el grupo. Con el infaltable Julio Verne paradito sobre la bolsa-nido al hombro del caminante.
-Beto!! gritó la Lechuza. Y Ojito y Colafuego salieron en dirección a donde venían los caminantes.
-Has vuelto? Dijo Ojito.
-Hemos vuelto... teníamos que alcanzarlos, dijo Beto un poco agitado.
Caminamos por la noche para llegar a ustedes cuanto antes. Que alegría reencontrarlos!
-Nosotros estamos bastante confundidos, dijo la lechuza, no lo han notado?
-Si hemos notado que? Dijo Beto
-Al parecer el sol no avanza, es como si el mediodía se hubiese quedado estancado.
-Puede que sea la Tierra la detenida, agregó Ojito. No tengo dudas de que esto es una poderosaa señal, pero todavía no sabemos que signifique.
-Bien, si, como sea, dijo Beto. Pero les diré por que decidimos de volver.
-Si, eso, dijo Colafuego. Por que has vuelto?
-Volvimos a buscarlos. Para volver juntos al Bosque. Tuve un sueño. Un sueño Guía. Espero que confíen en él, se que es difícil.
-Pero y el Niño? El Niño que dibuja? Preguntó Colafuego.
-El Niño que dibuja, seguirá haciéndolo. Nuestra historia continúa en el otro sentido ahora, si deciden volver con nosotros. Rumbo al sur...
-Siento un alivio al oir tus palabras, Beto, dijo Ojito. Y siento que ahora, el regreso es lo correcto. De alguna manera, lo que veníamos a hacer ha sido hecho. Ha sido una semilla plantada que crecerá en un Mundo Nuevo.
Las Tríadas volverán a salir, pasado el inevitable período de controversia que nos toca vivir.
Ahora hay que volver, como ha dicho Beto.
-Bueno, con esto del sol quieto lo que más quiero yo es volver con los nuestros, dijo Colafuego. Estar con mis hijos.
-Ey! Miren el sol! Dijo Pelufo. Parece que bailase.

El Hombre de la Pluma escribió:
De ese modo, todos los animales que habían salido en misión a difundir el Lenguaje Universal, y a contactar Humanos, comenzaban a volver.
Al parecer el sol se había estancado. O acaso era la Tierra... El sol había sido visto girando y bailando. Y todos convenían en que las señales se habían soltado y andaban por ahi, por todos lados. Indicando cosas que aún no estaban del todo claras.
Las criaturas estaban todo lo alerta que podían, pero... Que era? Aún no lo sabían. Lo que si sabían, es que los animaba una secreta confianza en ellos mismos.
                                                    *

                                             *       *

                                                
                                     XX

Las Mariposas Azules venían adelante.
Millones de Mariposas venían cruzando el cielo, como una interminable nube multicolor. Como un arcoiris fragmentado o hecho añicos.

Las mariposas aquellas habían aparecido y estaban tapando el Sol en plena actividad, con aquellos giros y pulsos.
De donde venían tantas Mariposas? Todos se lo preguntaban. Pero ni siquiera los más eminentes Entomólogos tenían la respuesta.
Y quienes las veían, se daban perfecta cuenta que lo que estaban viendo, era un suceso extraño que excedía los límites de la Naturaleza... un Prodigio...
Y es que eran tantas...

Lily, la Niña de los Mandalas, veía la escena a través de la ventana de la cocina. Su Madre veía lo mismo en la pantalla de su ordenador.
De todas partes del Planeta, llegaba el testimonio de la repentina aparición de infinidad de Mariposas. Azules, rojas, amarillas, blancas, negras, que estaban cubriendo la bóveda celeste, tapando al Sol y nublando todo el Orbe.
Lilly percibía algo falso, algo ilegítimo en aquellas invasoras, pero igual le resultaban fascinantes, era imposible que no te fascinasen.
Lilly abrió la puerta de la cocina y salió afuera.
El efecto en el cielo era tan sobrenatural, que uno se quedaba sin palabras...
-Mamá! Vení a ver!
Y mientras la Mamá de Lilly salía cautelosamente al jardín, Lilly empezó a sentir un sonido de tambores. Primero muy dévil y lejano, pero poco a poco más fuerte y claro. Y, dado que vivían en el campo, no podía imaginar de donde procedía aquel retumbar de tambores.

Tino, que era el nombre del Niño que dibuja, también estaba afuera contemplando aquel súbito oscurecimiento.
Los adultos hablaban sin concierto, suponiendo una y mil cosas.
Pasado un rato, les oyó decir que se había interrumpido el suministro eléctrico, y las redes de comunicación también estaban caídas. De manera que no había forma de saber como la ciencia y los gobiernos explicaban aquel fenómeno, si es que tenían alguna explicación sobre su origen. Cosa que los padres de Tino dudaban.

Tino no era de mucho hablar, a menos que tuviese algo importante que decir. Asi que lo único que le dijo a sus padres y a los otros dos adultos que estaban de visita fue:
-Podrían hacer un momento de silencio, me parece que oigo música
Los mayores hicieron silencio, pero no alcanzaban a oir, eso que Tino ya escuchaba, y que era algo así como una Sinfonía, esas piezas de Música antigua, hechas con muchísimos instrumentos diferentes.
Pero lo que más curioso le resultaba a Tino de esto, era que los instrumentos parecían venir de diferentes puntos cardinales y no de un mismo lugar o fuente, que es lo que hubiese correspondido.

Maryam, que era el nombre de la chica del pelo color de fuego y que a veces podía adivinar algunas cosas, se sentó un momento en el pasto y los animales hicieron lo mismo.
Hacía muchas horas que caminaban en la penumbra, y estaban algo cansados.
Aquellas mariposas habían aparecido de la nada y habían cubierto el cielo. La Tierra parecía ir poniéndose cada vez más oscura.

Maryam se había echado boca arriba en el pasto, mirando aquel interminable tapiz de mariposas que todo lo cubría.
Entrecerró los ojos, y empezó a Ver.
Veía a sus nuevos Amigos, y veía a sus viejos amigos.
Veía mucha gente desconocida también.
Ella podía verlos, y todos ellos parecían mirar hacia arriba. Ella los veía como en grupos, y no alcanzaba a saber lo que estaba ocurriendo.
Parecían como hipnotizados...
Maryam notó eso y empezó a hablarles...Se dió cuenta que lo hacía en el Lenguaje Universal, y además lo hacía mentalmente, no podía hacerlo de otra forma.
Lo que buscaba era sacarlos de esa especie de trance en el que estaban todas esas criaturas.
Algunas parecían no oírla, pero algunas parecía que si, daban vuelta su cabeza y algunos hasta la reconocían.
-Amigos! Les decía Maryam. No nos dejemos engañar. Este momento está siendo aprovechado para que aceptemos cualquier cosa que digan esas voces ajenas. Tenemos que alzar nuestras propias voces.
Y esa voz debe provenir de nuestros propios corazones.

Muchas de aquellas criaturas que estaban en la visión de Maryam, se dieron cuenta que podían hablar como Maryam, y supieron que aquello era también el Lenguaje Universal de los Animales Secretos.

Maryam les pidió que compartiesen el mensaje... El mensaje de que la Humanidad y las Criaturas no eran la suma de los seres separados, sino la Unidad de Algo más grande... La Unidad que permitiese a las finas frecuencias del Amor ingresar con Fuerza en este Mundo.

Y si.
Asi dió comienzo la Revolución del Amor.
Maryam salió de la Visión. Nina estaba a su lado, acariciándola.
-Empezaste a gritar, le dijo Nina
-Es que... es que me acabo de dar cuenta de muchas cosas.
-Bueno, ahora tranquila, dijo la Zorrita. Tenemos que llegar a un lugar seguro, ya casi no se ve.
Y aúun falta bastante para llegar a nuestro Bosque.

Juan, que era el nombre del Mago; había detenido su carro, le había quitado los arneses a la Mula Plateada , y le dijo:
-Amiguita, este carro se queda acá, ya no más esfuerzos mi Querida.
-Me encantó hacerlo, pero igual, gracias por el cambio, dijo Plateada.
-Ahora, dijo el mono Titus, Entramos a las montañas peladas o esperamos? No se ve casi nada...
-Yo diría de esperar, dijo Juan Doe.

Beto, que era el nombre del caminante, se detuvo y dijo:
-Cada vez se ve menos.
-Si, dijo Colafuego. Relámpago ve mejor en la oscuridad, y nos puede guiar, pero avanzar por acá abajo se está poniendo difícil.
Fue la ranita quien dijo:
-Descansemos, intentemos dormir un rato.
A todos les pareció buena idea, y se acurrucaron unos con otros, como solían hacer allá, en el Bosquecillo, luego de celebrada la Luna Nueva.
Con la diferencia que ahora no podían ver ni una sola estrellita allá arriba.
Las mariposas, tan hermosas al principio, habían dejado todo sin luz.
Los amigos, allá abajo, por la superficie de aquel precioso planeta azul, cerraban los ojos y veían y soñaban con otras criaturas que a su vez cerraban los ojos y veían y soñaban con ellos y también con otras criaturas.

Esas criaturas, se empezaron a comunicar en esos sueños y en esas visiones, de la misma manera en que Maryam lo hizo por primera vez.
Y de esa forma, se empezaron a conocer.
Y las consignas eran: Hay que aguantar. No olvidarse. Hay que ReUnirse. Nos tenemos que Unir...
Esas cosas, y otras muchas pasaban por la Mente y los Corazones de los Habitantes de la Tierra.

Piedra Palpitante, que era el nombre del chamán, viajaba por el mundo de los sueños. Siempre lo había hecho. Pero ahora era distinto.Las Criaturas del Mundo estaban asustadas.

Los cambios habían ocurrido muy deprisa. Así como los ancianos habían dejado dicho.
Llevaban dos días de oscuridad y les resultaba complicado avanzar en el terreno.
Piedra Palpitante había improvisado una antorcha. Y con ella se abrían paso en aquella oscuridad. Había transmitido el Legado a algunos temerosos animales que por el camino se iban encontrando, y el grupo se había empezado a ampliar.

Ahora descansaban, pero solo físicamente, por que el Mundo del Sueño estaba remezclando Realidades e Ilusiones.
Piedra Palpitante recordaba que los antepasados habían dejado dicho y él mismo había llegado a comprobar que el Tiempo era el aliento del Universo. Y que su camino era una Espiral. Una Espiral Armónica, donde todo se corresponde.
Los sueños, son el canal por donde la gente porvenir y los antepasados, se unen con Nosotros. Justo ahora.
Y Piedra Palpitante supo que los Espíritus pequeños, como el suyo, debían unirse para crear uno Mayor.

La Unidad, debía llevarlos a la Conciencia de ser un Gran Espíritu. Así que allí estaban todos: Los que habían Sido, los que Eran y los que todavía no estaban, pero Eran también.
El había conocido al Gran Espíritu, pero lo que ahora estaba descubriendo, es que el mismo y todos eran el Gran Espíritu.
El Sueño se lo había enseñado.
(Seguir Fuertes. No doblegarse. No recaer en el olvido. ReUnir a las Naciones)

Teodor, que era el nombre del hombre de la Pluma, estaba por momentos un poco perdido.
Todos los personajes de su Historia estaban actuando con valor y luchaban con todas sus fuerzas en el corazón de la tinieblas, para que el Mundo Nuevo pudiese Nacer.
Era un proceso arduo, por que tenía muy en claro el dolor y la injusticia que dominaban su Planeta.
No tenía idea que era eso de los Lunáticos que confundían a los Humanos. Los Lunáticos eran tan solo esos seres que en su ignorancia, solo daban valor a las cosas como el dinero y el poder sobre otras criaturas. Esos eran en realidad los lunáticos: los que alimentan su parte y prosperan a costa de los déviles.
El sabía que la Humanidad y todas sus criaturas, estaban más que hartas de la injusticia y del engaño. Incluso aunque no fuesen concientes de ello. Por que estaban hipnotizados por esos lunáticos que de tanto repetir las mentiras habían confundido todo y a todos.

Lo que hizo Teodor fue seguir escribiendo para mantener aquella confusión a raya, era su Medicina y lo sabía.
Era posible que su historia no cambiase significativamente el curso de las cosas, eso no podía saberlo; pero lo que tenía valor era el Intento de seguir luchando con los que Eligen Servir a los Demás, frente a los que eligen solamente servirse a si mismos.

Había que Resistir.
Había que Recordar.
Y Había que ReUnirse.

Entonces, al tercer día de aquellas tinieblas, todas las criaturas de buena voluntad comenzaron a sentir aquella percusión y aquella Música.

Era un tronar de Tambores por la bóveda del cielo. Y una enorme Sinfonía de sublime Belleza que parecía provenir de todas las cosas.
Y así, cada criatura sintió su corazón latir con él ritmo de aquellos imponentes tambores.
Y cada criatura sintió nacer sus propias Notas.
Las Notas que daban la armonía a aquella Inmensa Sinfonía de la que toda Vida formaba parte.

Y ocurrió que, encima de cada grupo de Criaturas Reunidas, un repentino agujero en la oscuridad permitía de nuevo Ver el Cielo Azul. Y a medida que los agujeros crecían, y el Cielo volvía a ser el de siempre, las Criaturas espontáneamente se ponían a Bailar y a Cantar.
Por que Ahora era la Hora.
Y habían conocido el Lenguaje Universal.
Y nadie volvería a tratar mal a nadie, por que Ahora... Todos Sabían Todo...

                                                +

                                         +     +



                                           XXI


Alegría grande había aquella mañana en el Bosque Escondido.
El Día y la claridad habían vuelto. La oscuridad se había ido.

-Abuelo, le dijo Nario a Sirio, no me acompañaría hasta el Valle Florido? Tengo fuertes ganas de ir ahí...
-Por supuesto Nario. Hoy es un Día especial...aunque todos los son en realidad.

Otros cuantos animales salieron acompañándolos, del Bosque, rumbo al Valle.
No podían ocultar aquella sensación de Felicidad y de Conexión luego de lo que había acontecido aquellos últimos días.
Y también volvían a sentir aquella hermosa Música que a tantos había dado esperanza en los momentos más oscuros, esa música que nadie podía precisar su origen... Era una música que parecía provenir de todas las cosas...

No podían explicar como habían llegado tan deprisa, pero no habían dudas, ya estaban cruzando la montaña de la Suerte.
-Ojito, dijo Colafuego. No te pasarías al bolso de Julio Verne, siento que tengo que correr, pero ahora mismo.
-Me imagino las ganas de llegar que debés tener, le dijo Beto.

Ojito saltó, y Colafuego salió corriendo que no se lo veía.
Llegó hasta la ladera que daba al Valle Florido y empezó a bajar corriendo la ladera echando polvo por todos los lados.

A punto de bajar la meseta, Nario vió la nube de polvo allá a lo lejos en la montaña de la Suerte, y en su corazón lo supo.
(Papá!!!)
Y antes de que Sirio pudiese decir nada, su nieto estaba echando polvo bajando por la cuesta de la meseta.
Sirio observaba todo desde su posición privilegiada allí en la altura.
Y fue testigo de como su Hijo Colafuego y su Nieto Nario, ambos corriendo por el extenso valle, cada cual desde su lado. Los vió como se acercaban, hasta encontrarse exactamente en el centro mismo del Valle Florido. Pero entonces Sirio ya no podía verlos bien, por que se le habían llenado los ojos de láhrimas.

Durante todo el día estuvieron llegando los viajeros y también sus nuevas compañías.
Llegaron primero Beto con Julio Verne y Ojito en su bolso colgante y la Lechuza Relámpago directo al Balneario a darse un chapuzón.
Llegaron más tarde Artax, Rufo, Picasa, Piedra Palpitante, y otra serie de amigos que encontraron durante la odisea del regreso.
Increíblemente llegó la tercera Tríada esa misma tarde, con Mijail, Nina, Hugo, Anerson, Maryam, Juan, Plateada, Titus y unos cuantos amigos más.

Emotivos encuentros y gran Energía en todo el Ambiente del Bosque. Saludos, abrazos, reencuentros, y aquella sensación de que las cosas, a pesar de todo, habían salido Bien.

Los nuevos visitantes reconocían sorprendidos aquel Bosque del que tanto habían oido hablar.
Más tarde, todos se trasladaron al Valle Florido a esperar a los que seguían llegando.

Había una gran cantidad de Criaturas, y todos se estaban conociendo y reconociendo cuando la música aquella regresó con más fuerza sobre el atardecer. Y nadie sabe quién fue el primero en ponerse a bailar, pero en pocos instantes, todos los Seres Vivos, allí en Valle Florido se movían con aquella Hermosa Música, que era la Comunión de la Música de las Esferas y de las Almas Despiertas.

Muy cerca de Todo, Ahora, la Distancia y el Tiempo eran Aliados. La Energía había vuelto, la energía Sana, y el Mundo había Cambiado. Todos lo sabían.
La forma egoísta del Ser, ya no dominaba en los asuntos del Mundo.

La Humanidad había pasado un momento muy difícil para que todo@s entendiesen la urgente necesidad de aquel Cambio.
Y el Cambio Real había empezado.

Lilly, la Niña de los Mandalas festejaba con los suyos todas las nuevas cosas que estaban ocurriendo en todas partes, y todo parecía Positivo: Energía Libre, Solidaridad, Cooperación, todos parecían dispuestos a hacerlo Bien esta vez.
Los nuevos inventos se liberaban. Y las organizaciones ya no perseguían el lucro del dinero, Por que ahora el dinero era la energía. Y la Energía era Libre.

Tino, el Niño que dibuja, se enteraba de las mismas cosas, y era una de salir a la calle a celebrarlo, por que hoy la gente era distinta. Y todos pensaban en los demás como en si mismos, y en la forma de ayudarse unos a otros.
(Que Suerte) Pensaba Tino (Ojalá que dure)

Y aquella tarde, en que las criaturas del Bosque danzaron al caer el Sol, Sintiendo la Conexión de Unos con Otros, hasta Sentir a todo el Mundo, fue la tarde en que el Mundo Nuevo había empezado, y así fue como la conocieron en adelante: “La Tarde en que el Mundo Nuevo había empezado”
No tenía fecha, por que las fechas ya no importaban. Ahora la Historia estaba en el Presente.
(La Madre Tierra lo sabía desde Siempre, y Ahora podía volver a Relajarse)

El Hombre de la Pluma sabía Ahora que su Historia tampoco terminaba con el fin de este relato. Por que también había llegado a la certeza de que Ahora la Historia estaba en el Presente del Amiguit@ que había llegado a escucharla hasta el final. Y eso no era un final.
Era un Nuevo Comienzo